La plataforma desde la que se cambia el mundo

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La plataforma Change.org ha logrado millones de victorias en todo el mundo. Detrás de cada petición, personas que reclaman sus derechos y cambios de la sociedad y de las leyes. Lo que logran con cada campaña son pequeños, y no tanto, cambios que poco a poco van creando impacto. Crónica Libre ha estado con el equipo español para ver cómo se cuecen esas ‘revoluciones’.

Atravesar la puerta de un céntrico piso en una de las principales arterias de Madrid y pasar “hasta la cocina” donde, literalmente, se está “cambiando” el mundo día a día, impresiona. Las oficinas en España de la plataforma Change.org, está capitaneada por Javier Sánchez y un equipo de otras cuatro personas. Jóvenes comunicadores que son el motor de la organización que en 2022 ha cumplido diez años. Fue fundada en San Francisco en 2012 y la segunda sede se abrió en España poco después.

Hoy, cuentan con 750 millones de usuarios en todo el mundo (en España, más de 14 millones), y están presentes en 196 países. Uno de cada dos internautas es usuario de Change.org. Aquí se han conseguido grandes victorias: como el teléfono de prevención del suicidio, consecuencia de una campaña que inició Carlos López Ballesteros después de que su madre se quitase la vida.

Romper silencios

Las cifras son terribles, once españoles se suicidan cada día y es la primera causa de muerte entre jóvenes entre 15 y 29 años. El teléfono 024 –que entró en funcionamiento en mayo y ya ha atendido más de 63.000 llamadas, de las que casi dos millares han sido derivadas al 112 por el elevado riesgo que se detectó– es uno de los logros de la iniciativa puesta en marcha por Ballesteros.

Soy mayor, no idiota es otro de los tantos que se apunta el equipo de Change.org en España. Que reclamaba, y ha conseguido, que la banca ofrezca un trato más humanizado a personas mayores. La petición fue iniciada por Carlos San Juan y logró más de 647.000 firmas y un gran eco mediático que resonó hasta en el Consejo de Ministros.

 “Está probado que quien firma da otros pasos en el activismo”

Javier Sánchez

Más allá de una firma

Estás son dos de las campañas que recuerdan con mayor orgullo el equipo de Change.org en España. “La participación no se limita a dar un click, la mayor parte de los firmantes va más allá. Está probado que quien firma da otros pasos en el activismo como acudir a manifestaciones, compartir, difundir…”, explica Javier Sánchez, director de Campañas en España.

Sus campañas saltan lo digital y promueven reuniones, protestas en las calles o actos de entrega de firmas y, sobre todo, crean un tejido de personas en situaciones similares. “Es una constante el comentario que nos hacen los usuarios ‘estaba solo y no sabía que había gente como yo”, explica María Valdemoro, responsable de campañas.

Una de las que más le ha llegado a esta periodista es la iniciada para lograr una regulación de la sumisión química. “Partiendo de lo más íntimo y duro, como es confesar una violación, se pretende lograr que la se implante un protocolo homogéneo, tanto en la Sanidad como en la Justicia. Solo seis comunidades autónomas contaban con ellos. La mujer depende de la suerte para que sepan cómo actuar y recabar pruebas que demuestren que ha sido drogada para abusar de ella”, explica María Valdemoro.

Las campañas tienen un efecto inspirador. En España se registran seiscientas nuevas cada semana. No todas prosperan, algunas son producto de una rabia pasajera. “Todo el mundo puede presentar una, siempre que se atenga a las políticas de uso. Hay una línea roja, no se admiten aquellas peticiones que inciten al odio o la violencia”, expone Javier Sánchez.

Cocinar el cambio

El equipo de campañas se encarga de apoyar y generar materiales para que cada petición tenga mayor repercusión. “Escogemos aquellas que persigan un bien común, que vayan más allá del interés particular. Las que tienen detrás una historia personal hace que la gente se vea identificada. Otro criterio de selección es que estén dirigidas a una institución o alguien en concreto”, explica Carmen Blanco.

Desde Change.org se encargan de ayudar en la redacción de las campañas y en favorecer su difusión pero el “propietario” siempre es la persona que la inicia. Su experiencia les hace constatar que las iniciativas no quedan en lo estático y en muchas de ellas hay un “momento presencial”, que reúne a personas en la misma situación y eso impulsa un movimiento más allá de lo on line.

Recuerdan especialmente el día que José Antonio Abascal se sentó en la sala de reuniones de la sede madrileña y les dijo “me quiero suicidar”. Lo que ansiaba este hombre es que hubiese una ley sobre la eutanasia. Tirando de su hilo, salieron otras peticiones que iban en el mismo sentido. Se unificaron y juntas lograron otra de las victorias gestadas a través de Change.org.

Fotos de esos triunfos cuelgan en las oficinas madrileñas. El equipo conoce por su nombre a cada una de esas personas que se implicaron para cambiar el mundo: Marcos, Carmen…

Recibieron a Cronica Libre en la cocina de sus oficinas y allí fuimos testigos de como bullen miles de peticiones que logran que se oigan voces que reclaman una sociedad más justa, solidaria y realista. Vivimos en directo con que pasión ese reducido equipo se implica en cada una de ellas.

Inma Muro

Periodista especializada en temas de denuncia social. Más venticinco años de trayectoria en medios de información general e investigación. Entre ellos las ediciones digital y en papel de la revista Interviú. Gabinetes de prensa, comunicación institucional y agencias de publicidad.