Benzema celebra gol frente al Barcelona en el Clásico de la semifinal de la Copa del Rey. Foto: Real Madrid.

0-4: El Real Madrid se come al Barcelona

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¡Qué bonito es ser del Madrid! Eso es lo que pensarán los aficionados merengues después del 4 a 0 que le han endosado los blancos a los culés. Un hat-trick de Benzema y un gol de Vinicius han destrozado a un Barcelona que ha plantado cara sobre todo en la primera parte. La vuelta de las semifinales de la Copa del Rey ha dejado el quinto y último clásico de la temporada. Con el resultado de hoy, el Madrid se clasifica para la final del torneo y la serie de enfrentamientos entre ambos queda con tres victorias para el Barcelona y dos para el Madrid.

Un partido que llegaba tras el escándalo de los pagos realizados por el club culé durante más de una década a la empresa del exvicepresidente de los árbitros españoles, José María Enríquez Negreira, y después de la exclusiva de Crónica Libre y La Vanguardia que desvelaron que Javier Tebas, presidente de La Liga, aportó documentación falsa sobre el Barcelona al juzgado que se encarga del caso.

El Madrid, a por todas

Duelo de alta intensidad el que se ha vivido hoy en el Camp Nou con motivo de la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey. El Madrid, que tenía que remontar el gol en contra de la ida, ha salido con todo su arsenal ofensivo. Ancelotti ha dispuesto su clásico 4-3-3 con Valverde formando en línea de mediocampistas, ejerciendo de escoba y flanqueando a Kroos y Modric, y con Rodrygo como extremo derecho.

Esta es la variante más peligrosa con la que cuenta el italiano, pues aporta físico a la medular y velocidad y magia en la punta de lanza. Otra de las dudas era el lateral izquierdo, que en esta ocasión ha sido para Camavinga, el jovencísimo centrocampista francés, que cuando las circunstancias lo requieren puede ser de la partida en esa posición y que hoy ha sido uno de los mejores del partido al secar a sus emparejamientos.

Un Barcelona muy compacto

Por su parte, el Barcelona ha salido con una línea de cuatro centrocampistas, compuesta por Busquets, Gavi, Sergi Roberto y Kessié. Talento y músculo para contener las acometidas del Madrid, que acostumbra a rematar a los rivales por la vía rápida, la de los contraataques vertiginosos. Lo han conseguido por momentos los de Xavi Hernández.

En ataque, Lewandowsky ha partido como única referencia arriba jugando de espaldas a la defensa, labor en la que el polaco es uno de los mejores del mundo, y Rafinha descolgado en banda derecha para abrir el campo. La banda izquierda es propiedad del joven Baldé, un lateral de gran recorrido y con un talento ofensivo que permite esa variable táctica al técnico de Tarrasa.

Igualdad en la primera parte

La igualdad ha sido la tónica dominante durante la primera parte. Ambos equipos han comenzado con la intención de no dejar jugar a su rival con comodidad. Presión en bloque alto por ambas escuadras y repliegues de libro a la hora de defender. Se nota que se conocen y se nota el respeto. Unos primeros 45 minutos en los que apenas ha habido ocasiones claras de gol y en los que se ha acabado imponiendo el Real Madrid con un solitario gol de Benzema en el descuento.

Antes del gol madridista, los culés reclamaron un posible penalti por manos de Alaba en el minuto 3 de partido, pero el central austriaco tenía el brazo apoyado en el suelo al deslizarse para tapar el centro de Gavi. Nada punible. Una primera parte en la que Baldé ha sido el jugador que más peligro ha generado con sus internadas por la banda izquierda, y en la que Sergi Roberto ha disfrutado de un buena ocasión para disparar desde dentro del área que finalmente se ha estrellado en el cuerpo de Alaba.

Un gol que ha llegado, como no podía ser de otra manera, al contraataque. Justo después de que Lewandowski hiciera lucirse a Courtois en la ocasión más clara del Barcelona hasta entonces, el rechace ha permitido al Madrid ponerse a correr. Vinicius ha ejercido de maestro de ceremonias conduciendo el balón hasta la frontal del área para encontrar a Benzema a su derecha. Cuando la mayoría de delanteros del mundo hubiera buscado el gol, el francés ha parado el tiempo y, haciendo gala de su habitual altruismo, ha devuelto la pelota a su compañero que ha disparado a placer. Ter Stegen no ha conseguido desviar lo suficiente el esférico y ha acabado entrando llorando en la portería.

Karim «El grande» Benzema

La segunda parte ha comenzado como ha terminado la primera, con gol del Real Madrid a los cuatro minutos de empezar. En una jugada aparentemente sin peligro, Modric ha sacado a relucir varias de sus virtudes y ha fabricado el segundo para Benzema. Desde la banda derecha, el omnipresente centrocampista croata, que como el vino mejora con los años, ha dejado atrás a dos rivales con un cambio de ritmo en diagonal para habilitar al francés en la frontal del área. Desde ahí, con toda la calma del mundo, Benzema ha colocado el balón donde más molesta a los porteros: abajo y pegadita al palo. Imposible para Ter Stegen.

Justo en ese momento se ha roto el partido. El Barcelona ha intentado hacer un gol a la desesperada y a punto ha estado de conseguirlo con tres ocasiones de Baldé, Rafinha y Araújo. Sin embargo, el equipo se ha desordenado, se ha vuelto demasiado largo y han empezado a fallar en la circulación del balón, cometiendo varias perdidas que han propiciado las contras letales del Madrid. En una de ellas, Vinicius se ha plantado en el área culé y Kessié ha cometido penalti al propiciar un pisotón al brasileño. Una pena máxima indiscutible y que ha transformado Benzema haciendo el tercero en el minuto 57.

«O rei» Vinicius

El cuarto del Madrid ha llegado en otro contragolpe de libro en el minuto 79. Otra vez Vinicius pero esta vez desde la banda izquierda. El extremo madridista se ha infiltrado en la defensa culé y, con un movimiento al alcance de muy pocos pasándose el balón de una pierna a la otra, ha dado una maravillosa asistencia para que Benzema hiciera su tercer gol de la noche. El brasileño hoy ha demostrado que cuando está más pendiente de jugar que de protestar, es fútbol en estado puro.

Los últimos diez minutos de partido han servido para que el Madrid tuviera un par de ocasiones para conseguir la manita, con dos disparos de Benzema y Asensio, y para que el partido se enturbiara más de lo necesario después de un partido intenso pero sin gestos feos. En esos instantes finales ha habido una trifulca después de que Araújo propinara un empujón por la espalda a Vinicius que le ha costado la amonestación al defensa culé. Un altercado en el que también han visto la amarilla Baldé y Alaba.

También ha servido el final del encuentro para que la megafonía del estadio pidiera a los asistentes que dejaran de lanzar objetos al campo. Igualito el comportamiento del Camp Nou pitando a Benzema en su sustitución, que cuando el respetable del Bernabéu se levantó para aplaudir aquella inolvidable actuación de Ronaldinho en el 2005. Señorío lo llaman en la capital.

Jose Luis Espinosa

Periodista, madrileño y madridista. Antes de hacer Periodismo hice dos meses de Publicidad. Me gusta más contar las cosas que venderlas. En COPE me enamoré de la radio; en ABC descubrí mi pasión: escribir.