Festival de cannes
La modelo Ashley Graham en la alfombra roja del Festival de Cannes. Foto: Doug Peters/PA Wire/dpa

Festival de Cannes, un mundo de glamour entre la ficción y la realidad

6 Min. lectura

Crónica Libre viaja hasta el festival de cine más de película del mundo. Cannes, alfombra roja en la Costa Azul, la elegancia de las estrellas del firmamento cinematográfico se llevan todos los flashes, mientras que los residentes se quejan de los retrasos de los autobuses e intentan dar esquinazo a todo ese glamour efímero. Como si la ficción se convirtiese en realidad, Cannes también es ese lugar donde habitan seres de película que no salen en la gran pantalla.

París-Madrid, Madrid-Barcelona, Barcelona-Niza, Niza- Cannes. Es el periplo de quien firma esta crónica hasta llegar a la Costa Azul. Entre una multitud de maletas, abandonas la tuya en una consigna para buscar tu insignia de periodista acreditada. Aquí si no eres una estrella del celuloide, este carnet es imprescindible para sentirte protagonista de una película tan fascinante como disparatada; Bienvenida a Cannes, el lugar en el que todo es cuestión de méritos. No solo los cineastas, productores, distribuidores… Hasta el color de tu acreditación tiene que ver con tus años cubriendo el festival.

El cielo, protagonista

El arranque del festival fue soleado. El cielo escribía un guión optimista aunque pronto llegó el giro dramático. Lluvia sin respiro cambió el decorado del festival. Desfile de paraguas, entre artistas y fanáticos, los periodistas desaparecemos en las salas de cine. Todos nos reencontramos en esta euforia de alfombra roja y alfombra azul de la costa más célebre de Europa.

El frenético ritmo del festival sabe a éxito para los que amamos el cine. Los residentes en Cannes son los que sufren los inconvenientes de esta parafernalia entre la ficción y la realidad, son conscientes, de que el autobús tendrá retrasos durante estos 12 días.

Y de repente, a tu lado, la gran Cate Blanchet. En Cannes, es normal codearte con las grandes divas. La cámara es imprescindible. Foto: Andreína Mújica.

La alfombra roja versus la alfombra azul

Cannes es mucho más que sede de este festival de cine. Es mar, islas, arte, museos y lo mejor de la gastronomía francesa del sur. También muchos otros eventos, desconocidos tan sólo por una desproporción mediática que recibe la ciudad cada mes de mayo, cuando 5.000 periodistas de los mil medios y agencias más importantes del planeta, visten sus mejores y peores galas en el Palacio de Convenciones para hablar, escribir y vivir, sólo de cine. Los ojos te quedan redondos cuando has visto unos veinte films.

El mar de paraguas bajo la lluvia o bajo el sol. Foto: Andreina Mújica,

La reina Cate Blanchet y el antipático John C. Reilly

La ciudad cae en una suerte de hipnosis. Flashes y artistas se escapan en yates, pero te los tropiezas en los pasillos, como yo, buscando una sala de cine, ahí estaba la reina, Cate Blanchet, generosa, divertida, elegante y a la vez sencilla, ya de lejos en el pasillo destacaba un brillo, como una aureola, escarcha de campanita, de cerca era real, le habían rociado escarcha de campanita, pero también un talento infinito.

Ella venía de atravesar la alfombra roja. Ni que allí estuviese el mismo Aladino, que le tapie rouge tampoco es tan alfombra. Felicitaciones al creador del fieltro rojo, aguanta como pocos. Dura dos o tres pasadas de toda la vanidad y/o humildad del mundo artístico.

John C. Reilly, presidente del jurado de Un Certain Regard más altivo que Jacky Kennedy.

Otro es el caso del actor John C. Reilly, ahora presidente del jurado de Un Certain Regard. Su debut cinematográfico en Casualties of War (1989) de Brian De Palma fue lo que le catapultó a la fama. Ha jugado muchos roles en el genero de la comedia, se le recuerda mucho en The Lobster de Yorgos Lanthimos, un tipo con cara graciosa, pero más altivo que Jackeline Kennedy.

Se ha ganado un posicionamiento relevante como uno de los actores dramáticos de soporte y secundarios más contantes y/o usados por algunos de los más talentosos narradores de nuestra era. Cuando un artista se cree estrella deja de brillar, antipático con sus fanáticos, mantiene todos los metros de distancia posibles. No deja de ser un buen actor, pero menos simpático.

Escena de la película Monster, dirigida por Hirokazu Kore-Eda. Guión: Yuji Sakamoto. Cortesía Festival de Cannes

Una apertura japonesa

Curioso como los asiáticos y africanos tienen, una actitud mucho más humilde y relajada, el cineasta japonés, Hirokazu Kore-Eda, ganador de La Palma de Oro con su película «Un asunto de Familia«, es el mismo que tuvo el honor de dar apertura con la película La Vérité (La verdad), la 76.ª edición del Festival Internacional de Cine de Venecia, Catherine Deneuve y Juliette Binoche fueron sus protagonistas en su primera producción en una lengua ajena a la suya, comenzó sencillito, el francés.

Es uno de los favoritos en esta edición con su nueva película Monster, y él, relajado da entrevistas, se toma fotos, convertido en toda amabilidad. Fue el primer estreno de las 21 películas seleccionadas este año, incluidas 8 óperas primas.

La sala Agnes Varda una de las mas consentidas pues esta muy cerca del mar. Foto: Andreina Mújica.

Quincena de realizadores

Más allá de las categorías y de los géneros, la quincena se arriesga y permite nuevas formas de vida en un clásico de las artes, acoge formas híbridas, rechaza todo tipo de cuota de nacionalidades, sexo, color de piel, cancelaciones o género, no privilegian películas que ya tienen un distribuidor o un agente de ventas, no da prioridad a los largometrajes de prestigio, la Quincena es sobre todo un lugar para los descubrimientos, para los osados, para miradas que abran los ojos de quienes no quieren ver novedades. 

Mohamed Kordofani, director de Good Bye, Julia, con Siran Riak. Mi película favorita de Un Certain regard. Foto: Andreina Mújica.

Seis mujeres buscan la Palma, habemus directoras de buen cine.

Alice Rohrwacher (La chimera), Jessica Hausner (Club Zero), Catherine Breillat (Last Summer), Justine Triet (Anatomía de una caída), Ramata-Toulaye Sy (Banel at Adama) y Kaouther Ben Hania (Kaouther Ben Hania) son las cineastas que podrían alzarse próximamente con el prestigioso reconocimiento. La cantidad de directoras ha aumentando en un 23,8 % total de largometrajes dirigidos o codirigidas por mujeres en la competencia del festival

El primer premio de Un Certain Regard 2022 fue para la ópera prima de las directoras francesas Lise Akoka y Romane Gueret Les Pires (The Worst Ones). Mohamed Kordofani dio un discurso valiente presentando el film Good Bye Julia, que intenta explicar los origenes del conflicto en Sudan.

Centenares de fans buscan una entrada para cualquier película. Foto: Andreina Mújica.

Seguimos caminando entre los fans que se quedan hasta ocho horas bajo un paraguas protegiéndose del sol y la lluvia para obtener una foto y/o un autógrafo de los artistas que llegan en una limosina, mientras tanto voy saliendo de la película Le Règne animal de Thomas Cailley, y ¡zas! te tropiezas con la actriz francesa Adèle Exarchopoulos, famosa por su papel en el filme ‘La vie d’Adèle’ (2013).

Muy joven, pero con varios títulos interesantes en su haber, Adèle Exarchopoulos viene de la alfombra roja, así que tacones y vestido la visten de lejos, de cerca y de perfil. Mientras otros, seguro, la desvisten con tan solo mirarla.

Adèle Exarchopoulos, destacada por su papel en el filme ‘La vie d’Adèle’ (2013).

La artista ha estado en la mayoría de ediciones del Festival de Cannes, y este 2022 se presenta con películas como «Les cinq diables» de Léa Mysius y «Fumer fait tousser» del director Quentin Dupieux.

Viene el gran día, esta semana el sol ha bendecido a Cannes, en un par de días sabremos si esta Palma de Oro va para un japonés o un inglés, yo apuesto por estos dos magníficos films, pero a decir verdad, este año Cannes ha dado lo mejor del cine mundial.

En cuanto a un Certain regard yo voto por Goodbye Julia es una película dramática sudanesa dirigida por Mohamed Kordofani. Es el primer largometraje de Kordofani y la primera película de Sudán que se presenta en la sección Certain Regard del Festival de Cine de Cannes.

Callejeamos por una ciudad en la que se mezclan artistas y ciudadanos anónimos que se esconden (ellos) de las estrellas y del Festival, pedigüeños, marginados, gente sin techo e inmigrantes. Todos como si de la ficción se convirtiese en realidad donde habitan seres de película en las calles del festival.

Llevo años visitando Cannes, he cubierto cuatro ediciones del festival de cine y hay algo que tengo claro, vale la pena SIEMPRE. Te recuerda todo lo bueno que se puede hacer en equipo, por qué el cine es una de las grandes artes de la humanidad y cuánta gente cree y apuesta a sus sueños.