Iberia, naturaleza infinita. Belleza y reflexión

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En el estrés del día a día, con una sociedad que necesita estímulos constantes cada muy poco tiempo y donde lo que pasa alrededor nos preocupa relativamente si no tiene que ver con nosotros mismos, encontrarse con el género documental, que nos hace parar, reflexionar y relajarnos es todo un logro.

En este aspecto, el cineasta Arturo Menor, nos hace olvidarnos de la parte de la Península Ibérica que tanto conocemos, sobrepoblada, masificada y estresante, y pone el foco en las zonas muy despobladas donde no pasa nada más que vida animal. Esencial vida animal, por otro lado.

En este documental seguiremos el rumbo de un águila real que ha sido expulsado de su zona y que busca nuevo hogar entre las zonas menos pobladas de nuestro país. Mientras seguimos su camino, iremos viendo otras especies que pretenden vivir en harmonía y tranquilidad, como, por ejemplo, el famoso lince ibérico, tan famoso por su riesgo de extinción constante.

Zonas despobladas por el ser humano

La huella del hombre tiene que ver poco aquí, sólo los peligros que suponen para estas especies como cables de alta tensión en medio de ninguna parte. Parece que estamos viendo kilómetros y kilómetros de nada que es impensable que lo tengamos en nuestro propio país. Zonas despobladas por el ser humano, pero pobladas de vida que pretenden vivir en tranquilidad. Y todo esto es lo que nuestro país puede perder si seguimos preocupándonos solo de nosotros mismos. Este documental pone el dedo en la llaga a la modernidad.

Menor, que no es su primer trabajo sobre naturaleza, sabe dónde poner la cámara y sabe usarla, y la paciencia para conseguir la historia perfecta se deja ver en cada plano enganchándote en miles de historias que te transmiten paz y curiosidad. Cada información que da sobre las especies que vemos está tremendamente documentada y narrada por la potente voz del actor Jesús Olmedo, que va sirviendo de hilo conductor a la vez que nuestra águila protagonista busca un nuevo hogar.

Lo que le pedimos a un buen documental es que nos traslade donde está el foco de lo que nos están contando, no que nos sintamos viéndolo sin más, y el director lo consigue con creces, nos mete desde de la Península Ibérica despoblada para acariciar mentalmente a todas esas especies animales que ni sabíamos que teníamos en esas zonas.

Nuestro hilo conductor en forma de águila nos mantiene enganchados en su historia y en su camino, con un inicio, un desarrollo y un final bien contado y carismático.

Este documental es ideal para aquella gente que quiera desconectar y entender que en nuestro hermoso país hay lugar para todo el mundo

Richard Pena

Actor, guionista y comunicador. Crítico de cine y series en Crónica Libre.