El lobbie proxeneta amenaza a Amelia Tiganus para intentar acallarla y el movimiento feminista sale en su apoyo en tropel

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La mafia proxeneta quiere amedrentar a la escritora y superviviente de la prostitución por su denuncia directa, de lo que significa ser prostituida en los campos de concentración a los que, al menos, uno de cada cuatro españoles, acude a violar cual putero a alguna de las al menos 200.000 mujeres y niñas explotadas y presas en pisos, clubs, rotondas o la propia calle solo en España. Sin embargo, Amelia Tiganus no está sola. El movimiento feminista camina de su mano y ha lanzado, entre otras acciones, una petición multitudinaria llamada #TodasSomosAmeliaTiganus.

Nuria Coronado Sopeña

La activista y autora de Amelia, historia de una lucha y La revuelta de las putas, por la verdad y la fuerza con la que cuenta y combate contra el infierno de la prostitución, quiere ser acallada por la plataforma proxeneta y el mercado de puteros a los que surte. No les ha gustado nada su reciente intervención en un supuesto debate sobre prostitución en el programa de televisión de La Roca en La Sexta y mucho menos que acuda al Congreso a presentar un documento con propuestas sobre la Proposición de Ley Orgánica para prohibir el proxenetismo en todas sus formas junto a las asociaciones Las Independientes, Emargi, La Sur-Feminicidio, Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres y Acción contra la Trata, así como por otras supervivientes de la prostitución.

El lobby proxeneta, ante la proximidad de una ley abolicionista la está acosando en los últimos días haciéndose el encontradizo con ella. “Me estoy encontrado muchas veces con proxenetas a los cuales conozco por haber sido explotada sexualmente en sus prostíbulos”. Además, está instrumentalizando en medios de comunicación y redes sociales a mujeres prostituidas mientras ataca y acosa a mujeres abolicionistas como ella.

Han tratado de desacreditarla

La última jugada del lobbie para desacreditarla es usar las declaraciones de una mujer prostituida en uno de los prostíbulos por los que Amelia tuvo que pasar. Una mujer para la que la activista solo tiene palabras de comprensión. “Han subido a su canal de YouTube una entrevista con ella. Me gustaría denunciar esta entrevista de difamación, pero esa pobre mujer no tiene la culpa y es utilizada por estos criminales como presa fácil”.

Sin embargo, lejos de acallarla y sin esconder la preocupación en la que Amelia se encuentra por esta campaña de difamación y amenazas, sigue firme en su propósito de vida. “Estoy intentando defenderme de la forma más adecuada del ataque. A lo largo de estos años de activismo por la abolición de la prostitución he puesto mi cuerpo, mi cara, mi mente y mi corazón en bandeja a toda persona que quisiera escuchar, pensar y sentir que la existencia de la prostitución trae mucha desgracia y sufrimiento a aquellas que más nos necesitan. No fue fácil tomar la decisión de exponerme públicamente, poniendo en riesgo mi integridad al encarar el crimen organizado. Sentí miedo, pero más fue el deber moral y ético que me empujaba y me sigue empujando a hacerlo. Conforme me iba haciendo más visible y estaba más expuesta paradójicamente más protegida estaba ya que causarme algún daño hubiera conseguido el efecto contrario al buscado por parte de los criminales proxenetas”, explica.

Una mujer poniendo en jaque al patriarcado

Tiganus sabe que su lucha es una verdadera amenaza para el mercado proxeneta. “Ahora mismo, con la ley contra el proxenetismo debatiéndose en el Congreso he aumentado mi presencia y exposición, pero en esta ocasión los proxenetas parece que lo quieren jugar todo a una carta. Imagino que por miedo”.

Pero Tiganus -que llegó a España comprada por un proxeneta por 300 euros y una deuda a sus espaldas: la de los 3000 euros por los seis meses que estuvo en un piso de Rumania donde esperó a cumplir los 18 junto con otras cinco compatriotas y donde les daban ropa, comida y lo más importante para ellos: las preparaban, como si de una academia se tratase, para ser la puta perfecta, no está sola. Desde que el movimiento feminista ha sabido de la campaña de los proxenetas la está arropando con toneladas de sororidad como la campaña de recogida de firmas en su apoyo. “Sé que si no me defiendo ahora seguirán y seguirán hasta hundirme. Así igual el lobby proxeneta entiende que cuanto más me ataque mayor será la respuesta y de esta forma igual paran esta campaña horrible. Necesito pedirte ayuda con esto porque realmente no sé qué podría hacer para protegerme y seguir luchando”.

Así son los proxenetas

Y es que Tiganus, como el resto de supervivientes que ahora son activistas, escuece y mucho al lobbie prostituidor porque le pone frente al espejo de la escuela de violación y violencia sexual que representa. Tal y como manifestaba Amelia en el comic en el que contaba su lucha “los proxenetas, al igual que los puteros, son el brazo armado de la esclavitud sexual, lo tienen muy fácil para pasar desapercibidos y lograr que el estigma recaiga sobre nosotras. Se mimetizan a la perfección con el disfraz del estereotipo (el del extranjero chulo y agresivo con pinta de matón cual armario cuatro por cuatro) para no ser vistos”.

Nada más lejos de la realidad. La activista denuncia que “son tipos normales en todos los sentidos: físicamente no llaman la atención y son de esos que van por la calle, te saludan y parecen encantadores. La mayor parte de los proxenetas son españoles y, salvo excepciones, no usan la fuerza bruta sino el maltrato psicológico para poner cadenas invisibles. Saben a la perfección que esta técnica es más efectiva que la del maltrato físico. Seducir o engañar antes que golpear para conseguir sus objetivos les resulta no solo más útil sino también más rentable”.

Además, esta mafia patriarcal juega a crear un ambiente de competición entre las mujeres, “el divide y vencerás de siempre, para generar cuantos más billetes para ellos mejor. Por eso buscan a sus favoritas, mujeres que por pura desesperación o supervivencia aceptan el papel que en realidad no es otra cosa que el estatus de la zona de confort dentro de la opresión. Estos seres tienen de media unos 40 años y aparentan ser empresarios. Su look suele coincidir con el de la elegancia desenfada. Si hay una cosa que le pierde son los coches, los relojes y los perfumes caros. Son el súmmum del hombre patriarcal que ha llegado a lo que él considera lo más alto tomando, eso sí, cocaína y alcohol”, destacaba en el comic.

Amelia Tiganus en el registro de propuestas.

La estrategia de defensa es la de indefensión aprendida

En cuanto a la demanda y los gustos de los proxenetas Amelia comenta que son quienes deciden la gama de mujeres a las que esclavizar. “Los hay que nos prefieren a las rumanas, ya que resultamos más baratas por la fama de secas y bruscas que tenemos, o los que escogen a latinoamericanas por ser más dulces o melosas. En cualquier cosa nos trataban como el que ejerce de padre autoritario y tiene el poder y el monopolio de una casa. Conocí a pocas mujeres que se rebelaban. Cuando lo hacían era porque estaban borrachas o drogadas. Tratábamos de adaptarnos lo mejor que sabíamos o podíamos a un lugar en el que te arrastras y solo sobrevives. La estrategia de defensa es la de indefensión aprendida y la disociación. Apenas hay trato entre nosotras, tenemos relaciones muy frágiles, porque todas estamos de paso y porque la competitividad que te inculcan tampoco da para hacer amigas. Recuerdo eso sí una vez que nos unimos ante un putero violento que agredió y clavó un tacón en la cabeza de una compañera”.

Tiganus ha pasado de estar esclavizada a ser una mujer libre que quiere la libertad del resto. “Tener todos los sentidos puestos en sobrevivir no deja margen para pensar y cuando me recuerdo a mí misma teniendo que tomar decisiones, el miedo me invade y me paraliza igual que lo hacía entonces. Me estremece el recuerdo de nosotras en fila esperando nuestro turno para cobrar el dinero que nos tocaba después de 12 horas de lo que la industria del sexo llama trabajo. Nosotras en fila esperando el cambio de sábanas, nosotras en fila dirigiéndonos a la sala del bar, nosotras en fila hablándoles a los puteros, en fila esperando el turno para comer, nosotras en fila haciendo cola para entrar a un cuarto con un putero”.

Buscan silenciarla con el fin de silenciarnos a todo el abolicionismo

Por su parte, desde el movimiento feminista, recalcan que no van a dejarla sola ni a ella ni a ninguna otra mujer. “Es una referente de lucha abolicionista, una herramienta poderosa para deslegitimar el discurso proxeneta. Por eso buscan silenciarla con el fin de silenciarnos a todo el abolicionismo. Amenazarla, difamarla, acosarla a ella es también un mensaje disuasorio para todas las mujeres que han sido o son prostituidas y se planteen alzar la voz contra el sistema. No podemos dejarlas solas. No podemos quedarnos calladas. Vamos a seguir plantando cara al lobby proxeneta todas juntas”, finalizan.

Nuria Coronado

Periodista, conferenciante, formadora en comunicación no sexista y organizadora de eventos. Coautora de Lolita contra el lobo y autora de Mujeres de Frente, Hombres por la Igualdad, Comunicar en Igualdad y
documentalista de Amelia, historia de una lucha.