Feminista Irene Montero Crónica Libre
Irene Montero. Foto: Eduardo Parra / Europa Press
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Las feministas mataron a Manolete

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Tras una exhaustiva investigación llevada a cabo por el excomisario Villarejo, se ha concluido que no fue el toro Islero el que mató a Manolete el 29 de agosto de 1947, sino un comando de feministas que instigaron una conspiración para acabar con la vida del torero.

Y es que las feministas son tan arpías que desde entonces han seguido utilizando sus influencias para acabar con Irene Montero, con Podemos y con el Gobierno de Coalición. Las “cuatro tránsfobas que caben en un taxi”, en deliciosa metáfora de Pablo Echenique, son las mismas que en aquella plaza de Linares acabaron con la vida del diestro.

Las cuatro tránsfobas del taxi también van a ser, por lo visto, las que traigan el Lovox y al Pepé y, por tanto, van a ser las que claven la puntilla a Podemos pues en 300 años de lucha ya han adquirido experiencia en estas lides. Estos son algunos de los más sesudos análisis que se están haciendo estos días de frenéticas conversaciones entre los restos de Podemos y esa entelequia sentimentaloide que pretende Sumar.

La Agenda feminista y el gobierno más progresista

Las feministas cisheteropatriarcales privilegiadas del Occidente rico-y-ocioso-que-nos desplazamos-en-Mercedes somos fieles a una Agenda, y si esta hubiera sido defendida por el Gobierno más progresista de la historia, les seguiríamos apoyando.

Porque pese a los múltiples privilegios que tenemos como blancas-hegemónicas-golem-chupa-cabras-sedientas, votamos izquierda, pero ya llevamos contabilizadas 18 mujeres asesinadas en 2023 sin contar los feminicidios no íntimos (que sumarían 42), y lo único que se nos ha dicho es que el Ministerio de Igualdad lo siente mucho y que seguirá trabajando para llegar a tiempo. Pero no nos ha dado explicaciones sobre dónde se han invertido los mil millones del Pacto de Estado contra la Violencia de Género.

Durante los tres últimos años la señora ministra nos ha estado ninguneando a las feministas, excluyendo de reuniones, ridiculizándonos, llamándonos “personas menstruantes” y diluyéndonos en un “todes” que ha ocupado el 95% de su tiempo, porque el 5% restante lo ha empleado en hacer una infumable Ley del Solo Sí es Sí que, en el mejor de los casos, dará fruto de aquí a 10 años, cuando se haya podido hacer toda la “formación en violencia sexual” a la que se dedica la mitad de la ley.

No se sabe con qué presupuesto ni cómo y quién va a llevar a cabo esa formación. Pero en el peor, lo que ha ocurrido es que a 1 de mayo de 2023 había 1.079 rebajas de condena a agresores sexuales, y 108 excarcelaciones, según el CGPJ. La ministra había declarado muy seria que no se producirían estos casos, y que todo se debía a que los jueces eran machistas.

Sexo e identidad de género

El sexo como realidad objetiva material de la división humana ha desaparecido del lenguaje, de formularios y encuestas, porque ahora, como cada uno puede elegirlo a voluntad, y solo es un requisito formal que “no perjudica a nadie”, pues para qué vamos a mantener tal antigualla como forma de clasificación.

Mejor ni siquiera “asignarlo” al nacer, ya serán los individuos los que elijan el sexo registral cuando sean mayores, porque lo que importa es preservar la identidad de género, es decir, ese constructo social que no tiene ninguna existencia material, y que se impone a nuestros cuerpos generando la desigualdad entre los sexos. Y aunque no “hace daño a nadie”, o “que cada uno haga lo que quiera” ya ha llegado al deporte, por ejemplo.

Mujeres cis, trans y no-hombres

Así, Televisión Española (sí, esa que paga la ciudadanía en su conjunto) da por hecho que las mujeres nos dividimos de entrada entre cis y trans, y que algunas no-hombres (lo he visto escrito ya, no crean que me lo invento) sienten que están compitiendo con personas que tienen ventajas biológicas porque han nacido varones.

Pero eso no importa, porque ahora son Los géneros en juego, un amplio reportaje que se pudo ver en el programa ‘En Portada’ de La 2 de RTVE los que compiten, no los sexos. Además, el programa se desvía rápidamente del tema objeto de discusión –si los tratamientos hormonales dan ventaja o no a las personas trans en las competiciones – para pasar a ser una apología de lo trans, mezclando churras con merinas, como por ejemplo sacar del baúl de los recuerdos a María José Martínez Patiño, pues no tiene nada que ver una alteración genética con ser trans.

Ninguna reflexión sobre si les han preguntado a las deportistas lo que piensan, ni si quieren o no competir con personas que no sean de su sexo, ni incluir expertas que llevan años estudiando el tema, como Irene Agiar u otras del ámbito internacional, como Linda Blade.

Las feministas y la derecha política

En fin, que hagamos lo que hagamos, las feministas vamos a tener la culpa de que gane la derecha, porque somos tan pérfidas, padecemos tantos malestares, que preferimos por venganza u odio que se vote a Vox o al PP para castigar a la izquierda. Ni el Gobierno de Coalición –y en especial su ministra de Igualdad– ha tenido ninguna responsabilidad en el descalabro electoral, ni los partidos de izquierda han abandonado a las mujeres, porque ya se sabe que las mujeres no existen y en ese grupo puede entrar cualquiera que se defina como tal. 

Pues ya lo sabe el personal, las cuatro-tránsfobas-chupa-cabras odiantes vamos a cambiar el Mercedes por el taxi y vamos a volver a matar a los Manoletes de turno con nuestro estoque preferido: #FeminismoNoVotaTraidores o #FeminismoNoVotaMisoginia.

Juana Gallego

Profesora universitaria