El desembarco del equipo elegido por Mariano Rajoy en 2012 para dirigir la seguridad interior de España dejó estupefactos a quienes desde hacía años nos dedicábamos a estos temas de penados y penales. Y no era solo por las diferencias entre el fallecido socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, que empujó el desarrollo de la Comisaría General de Policía Científica, simplemente es que Jorge Fernández Díaz no tenía en su currículum nada relacionado con la seguridad, con la táctica y la estrategia o con el diálogo.
Sabía, eso es así, del mundo de la noche, de los clubes, de la vida de juerguista, hasta que en un viaje en Las Vegas se le apareció La Virgen y entonces abandonó la vida disoluta por la misa diaria. Sin duda su mayor virtud, debió pensar también el presidente Rajoy, era la obediencia, pues Jorge Fernández Díaz no tardó en confesar en una entrevista que tenía un ángel que se llamaba Marcelo y le ayudaba a aparcar.
Interior: Mantillas y descendientes de Santa Teresa de Ávila
Un compañero de penas, penados y penales bautizó entonces al ministerio como el Monasterio del Interior, porque la devoción ultracatólica se palpaba más allá de las mantillas de la entonces secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, en los desfiles de la Guardia Civil.
Para más misterio, el Director Adjunto Operativo (DAO), Eugenio Pino, que logró el puesto por recomendación directa de Mariano Rajoy, afirmaba ser descendiente de Santa Teresa de Ávila. Y no lo decía bajo los efectos del éxtasis, que lo soltó en una entrevista en El Mundo y le pareció igual de normal que al ministro hablar con Marcelo… Muy mariano todo.
Sin embargo, siendo serios, había que ir más allá. Mi compañero de escritura y catedrático de Criminología de la Universidad de Valencia, Vicente Garrido Genovés, cuando le he consultado por extrañas voces que oía por el teléfono me ha hecho preguntas claves: ¿te hablan a ti directamente? ¿Si tu las hablas te contestan?… Por si tenía un brote esquizofrénico o similar.
El ángel del ministro y la amnesia global transitoria de un jefe de la policía
Supongo que Fernández Díaz, La Milagrosa como le llama Villarejo en sus agendas, sí tendría conversaciones con Marcelo, «que eches la marcha adelante, Jorge, más despacio» y él obedeciendo. ¿Y si el ministro necesitaba una revisión y sin embargo le dejaron ordenando lo primero que se le pasaba por la cabeza para salvar al PP y hundir al enemigo? Algo muy poco cristiano, que hace pensar que Marcelo era un diablo y no un enviado de Dios. Cuidado que el pecado, está a la vuelta de la esquina.
Lo sorprendente es que el presidente del Gobierno no se inmutó. Le debía parecer que las personas encargadas de la seguridad de un país transmitían una tranquilidad infinita hablando con ángeles o demonios y descendiendo de santas vírgenes.
Pero lo de Eugenio Pino ha ido a peor. En la causa Kitchen ha presentado documentación asegurando que desde que era DAO padece amnesia global transitoria, con un ingreso hospitalario incluido. Y esto ya es de juzgado de guardia, porque una persona con ese problema de salud mental no es apto para llevar un arma, y si no puede llevar un arma no puede ser policía y si no puede ser policía mucho menos DAO.
Pero ahí le dejaron, dirigiendo operaciones alegales, ilegales, en las que unas veces pone de cerebro al comisario Marcelino Martín Blas para después decir que no es cierto y que este no participó en nada. Así también lo han dicho el propio jefe de seguimientos, una agente de dicha Unidad y el chófer de Bárcenas, Sergio Ríos Esgueva, que niega conocer a quien era jefe de la Unidad de Asuntos Internos (y que salió bien parado, se llevó de la Operación Kitchen 54.000 euros, una pistola y un puesto de trabajo en la policía para toda la vida). ¿Pero quién va a creerles frente al testimonio de un DAO descendiente de Santa Teresa?
«En el Ministerio del Interior piden que se cuente que está como una cabra»
Es algo parecido a lo que ocurre con el ex secretario de Estado Francisco Martínez, vale que lo sabe todo, pero además de asentir nunca se le escucha dar una orden. Supongo que con transmitir las de Fernández Díaz, Marcelo, Pino y su ascendencia, Villlarejo y Enrique García Castaño – ya repuesto del ictus que sufrió- tenía suficiente. Un balneario necesita.
Lo de Pino encima era una secreto a voces. En uno de los audios entre el exsocio Daniel Montero y el comisario José Manuel Villarejo, el primero comenta que «en el Ministerio del Interior le han asegurado (y piden que se cuente) que Eugenio Pino es bipolar medicado y que “está como una cabra”. En fin, un peligro con pistola y amigo de Mariano Rajoy.
Así que a lo mejor entre todos han vuelto loco también al juez García Castellón y por eso quiere dejar fuera de la casusa Tándem a María Dolores de Cospedal, a pesar de los audios con encargos a Villarejo desde el año 2009. Eso debe ser una movida como para acabar en el manicomio y el juez, la verdad, lo que quiere es jubilarse.