Dani Alves
El exfutbolista Dani Alves en la primera jornada del juicio por supuesta agresión sexual (foto: E.P.) sobre una imagen promocional del interior de la discoteca Sutton (Fuente: RR.SS.) en una noche de fiesta cualquiera. Creación digital: C.L.

Las grabaciones de la discoteca desmontan la defensa de Dani Alves basada en la falta de autocontrol por el alcohol

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La línea argumental principal de la defensa que se basa en la falta de autocontrol de Alves por el alcohol es totalmente contradictoria al comportamiento que grabaron las cámaras dentro de la discoteca y a las que Crónica Libre ha tenido acceso en exclusiva. El juicio contra Dani Alves por agresión sexual ha quedado visto para sentencia sin que ninguna de las peticiones de las partes haya variado. La Fiscalía mantiene su solicitud de 9 años de prisión, la acusación particular que representa a la víctima pide 12 años de cárcel y la defensa del jugador solicita su libre absolución o, en su defecto, que se estime la eximente de consumo de alcohol y que la pena se reduzca a un año de cárcel y a 50.000 euros de multa. La sentencia podría darse a conocer antes de Semana Santa.

Antes del juicio, Dani Alves había dado hasta cinco versiones diferentes de lo sucedido la noche del 31 de diciembre de 2022 en la discoteca Sutton de Barcelona. Finalmente, la defensa del jugador ha escogido la línea del consumo de alcohol como principal argumento de defensa, más que para exculpar al jugador, para intentar arrancar del tribunal la consideración del hecho de que pudiera estar borracho como una atenuante que rebaje en alguna medida la más que probable condena a la que se enfrenta.

Así, desde la defensa, a través de los diferentes testigos, cuyos dos principales han sido Bruno, el amigo mexicano de Alves que le acompañaba esa noche y Joana, la mujer del jugador, han intentado apuntalar esta versión de los hechos que es la que más se parece a la última que dio el jugador sólo unos pocos días antes del inicio del juicio.

«Se desplomó en la cama»

Tanto Bruno como Joana han declarado que el jugador estaba muy bebido, incluso Joana ha llegado a decir en sede judicial que “se desplomó” en la cama. Sin embargo, estas declaraciones no se corresponden con las imágenes del interior de la discoteca y que la propia defensa presentó como prueba durante el periodo de instrucción, cuando era Cristóbal Martell quien dirigía la defensa del jugador, y la principal línea de defensa se basaba en desacreditar la versión de la víctima y sostener que todo se trataba de un encuentro sexual fortuito y consentido.

En esas grabaciones de seguridad, a las que ha tenido acceso en exclusiva Crónica Libre, no se aprecia en ningún momento que Dani Alves tenga sus facultades mermadas. Se comporta con diligencia y interactúa alegre y ágilmente con todas las personas que le rodean.

Ni al entrar ni al salir del baño se aprecia que Dani Alves esté bajo los efectos del alcohol

En ningún momento se tambalea, ni se sienta ni demuestra ningún tipo de los síntomas habituales de una borrachera tal que no fuera consciente de sus actos. Habla con normalidad tanto con la víctima como con el personal de la discoteca y, ni al salir ni al entrar del baño se aprecia que esté bajo los efectos del alcohol. Por lo que, si el tribunal se atiene a lo que recogen las grabaciones, el argumento que sostiene la defensa sobre que todo lo que pasó estuvo condicionado por su estado etílico, decae.

Sin embargo, no es esa la única contradicción entre la defensa y los videos. El propio jugador ha declarado entre lágrimas ante el tribunal que se enteró de la denuncia al día siguiente. Sin embargo, el propio jugador supo, justo después de la agresión, que la víctima estaba siendo atendida por el personal de la discoteca. La razón es que la cámara de seguridad que enfoca a la salida del local registró justo el momento en que la chica, llorando y visiblemente afectada, estaba en la puerta con sus amigas siendo atendida por el personal de seguridad.

La salida de la discoteca, Dani Alves ve a la víctima y se va

En ese mismo instante se puede apreciar en la grabación como Dani Alves sale de la zona de la pista de baile justo al pasillo donde se encuentra el pequeño grupo de gente integrado por la víctima, sus amigas y quienes la atendían, y se ve de manera clara como el jugador se fija en el grupo, se da cuenta de que es la víctima quien está siendo atendida, y en ese momento le hace un gesto  a su acompañante indicando la salida, interpretable para el tribunal como que tenían que salir rápido de allí, antes de que la víctima le viera y pudiera alertar al personal de seguridad in sittu.

Este comportamiento del jugador deja también muy en entredicho otra de las líneas argumentales que ha intentado mantener la defensa del jugador, pero con mucha menos intensidad que el letrado anterior de Alves, que es la de la relación sexual consentida. Claramente, el abandonar a la víctima atropelladamente mientras es atendida resta toda la credibilidad a que lo acontecido en el baño minutos antes fuera consentido por ella. Así también desvirtúa la posibilidad de que Alves no supiera del estado de la víctima, puesto que la vio y se fue. Recordemos que uno de los motivos por el que se ha mantenido a Alves en prisión preventiva durante la instrucción ha sido el alto riesgo de fuga.

Todas las pruebas desmienten la versión de Dani Alves

Además de la grabación del interior de la discoteca, hay otras pruebas que desmontan la defensa de Dani Alves. Para empezar, la propia declaración de la víctima que se ha mantenido idéntica desde el día de los hechos, sin caer en la menor contradicción, incluso teniendo en cuenta la presión a la que ha sido sometida sobre todo después de que la madre de Dani Alves publicara imágenes suyas en las redes. Hay que recordar que la víctima, de 23 años, está en tratamiento psicológico por estrés post traumático desde que ocurrieron los hechos.

También los informes médico forenses apuntan a que existió violencia dentro del baño donde sucedieron los hechos, además de no dejar duda sobre que existió penetración, hecho que Alves ha negado de manera reiterada. Otra de las pruebas más contundentes en contra del jugador es el peritaje psicológico forense que se le realizó y mediante el que ha quedado acreditado que, si bien el jugador podría haber ingerido alcohol, era “perfectamente capaz de discernir entre el bien y el mal”, tal y como ha declarado textualmente una de las psicólogas forenses que declaró en la última sesión del juicio ayer por la tarde. 

El exiguo testimonio de Joana

Por último, ni siquiera una de las pruebas estrella de la defensa parece que vaya a tener la menor repercusión en la sentencia del jugador. Se trata del testimonio de su mujer, Joana. Hay que recordar que en una de las primeras versiones que dio Dani Alves sobre los hechos dijo que mintió para salvar su matrimonio. Sin embargo, a la vista de la declaración de Joana, que duró menos de cinco minutos, minutos en los que ni siquiera cruzó la mirada con su todavía marido, no parece que la relación esté en su mejor momento.

Ahora el juicio ha quedado visto para sentencia y fuentes judiciales apuntan a que podría resolverse antes de Semana Santa.  Aun así, hay que recordar que, aunque la sentencia fuera condenatoria no sería firme y Alves aún dispondría de dos recursos más, el de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya y el de casación ante el Tribunal Supremo.

Núria González López

Abogada, Activista feminista y Criminóloga. Autora de dos libros, “Vientres de Alquiler” (Ed. Lo Que No Existe, 2019) y “Vientres de Alquiler. La Mala Gente” (Ed. EOLAS, 2021). Escribe textos que utiliza como arma de destrucción masiva contra el patriarcado y la desigualdad.