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Histórico día aquél 9 de noviembre de 1989 en la que los alemanes se unieron para abrazarse por la caída del Muro de Berlín (derecha). A la izquierda, imagen de las manifestaciones violentas en Madrid en la que se ondean banderas nazis y franquistas, que en España siguen siendo legales.

34 años de la caída del Muro de Berlín… y en Madrid las banderas nazis y preconstitucionales campan a sus anchas

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Recordar y reflexionar para no repetir. Las tres erres. Se acaban de cumplir 34 años de la caía del Muro de Berlín. Ese evento es recordado con enorme ternura por aquellos que lo vivieron. De pronto, los habitantes de la zona este podían viajar libremente y sin previo permiso al oeste. Gentes que no se conocían de nada, se abrazaban por las calles que no habían podido pisar desde hacía 28 años. Los curiosos que pasaban la frontera, besaban y abrazaban a los soldados que hacían guardia. Y mientras el mundo celebra la caída del muro de la vergüenza, desde hace 15 noches en Madrid vivimos con indignación los altercados en la calle Ferraz con la presencia de neonazis, que se orgullecen de todos los los símbolos hitlerianos, incluida la bandera o el saludo. Alemania tuvo claro que para superar el fascismo había que ilegalizar la esvástica, el saludo hitleriano, el himno del partido nazi. Todas las fuerzas acordaron -y el pueblo celebró- que el uso y la distribución de los símbolos y canciones nazis quedaban prohibidos. Sin embargo, en España, las banderas franquistas se consideran preconstitucionales, pero no son ilegales. Aquí los símbolos nazis o del fascismo no están prohibidos y por lo tanto se pueden alzar banderas de este tipo. En este país, la sombra del franquismo sigue siendo muy alargada…

Para muchos de quienes vivieron aquel 9 de noviembre de 1989 los recuerdos están borrosos por las lágrimas de emoción. Eran momentos de inmensa felicidad porque los soldados tenían la orden de no detener a nadie ni disparar a aquellos que se acercasen al muro. De hecho, debido a esa orden habían fallecido 140 personas que intentaban huir de la República Democrática Alemana o DDR (Deutsche Demokratische Republik) entre 1961 y 1989 de acuerdo con los datos de Stiftung Berliner Mauer. Hay que recordar la historia del Muro de Berlín y qué significó para el mundo. Su caída nos hizo mejores, parece que muchos lo han olvidado.

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Derribo del muro de Berlín. Foto: Europa Press / Europa Press

Vivienda en una zona: trabajo, familia y amigos, en la otra

Para los que no se acuerden, Berlín estaba dividida en una zona oeste y una zona este que estaba separada por un muro de 4,2 metros de altura. La parte este estaba controlada por la URSS y la parte oeste estaba controlada por las otras tres potencias ganadoras de las II Guerra Mundial. Se construyó en 1961 casi de la noche a la mañana. Quedaron cortadas calles por las que circulaba el tráfico de una zona de ocupación a la otra. De repente, ya nada sería igual porque la vivienda quedaba en una zona y el trabajo en otra. También los amigos, la familia y demás. Se construyó ante el creciente descontento de la ciudadanía con el incipiente régimen comunista que veía en la huida su salvación.

Berlín fue todo un símbolo urbanístico de la guerra fría, porque había una franja en la parte este que estaba minada y vigilada por soldados que hacían guardia en unas casetas a una altura de unos 5 metros. Las potencias ganadoras de la II Guerra mundial tenían visiones diferentes sobre lo que debía ser el futuro de Alemania. Para la URSS, debía unirse al proyecto comunista, para Francia y Gran Bretaña capitaneados por los EEUU se tejió un plan para unirse al proyecto neoliberal.

Las escaramuzas y rebufos de los rivales eran la constante todos los días. Sin olvidarnos de el papel que desempeñaron los medios de comunicación que también perpetraron su particular guerra fría en uno y otro bando. Mientras los medios occidentales incidían en la falta de productos en los supermercados y el adoctrinamiento ideológico debido a la censura de obra literaria y científica etiquetada como occidental, los medios oficiales de la DDR incidían en los males del capitalismo salvaje como origen de bolsas de pobreza debido a la falta de educación universal gratuita para todos.

Celebración por la caída del Muro de Berlín. Foto: Europa Press

En la DDR como satélite soviético, como en todos los países miembros de la URSS, la educación era gratuita y universal. Lo mismo ocurría con la sanidad y la vivienda, aunque el lujo no estaba contemplado entre los derechos de la ciudadanía. Las fábricas en las que trabajaban los trabajadores si formación especializada estaban todas dotadas de guarderías en las que los padres recogían a sus hijos después de la jornada laboral. Una solución muy práctica además de ecológica al disminuir esta modalidad de cuidado de los hijos los desplazamientos diarios de miles de personas. 

La escritora Christa Wolf, defensora de la República Democrática de Alemania

Ser crítico desde dentro siempre tienen un precio y no fue distinto en el caso de Christa Wolf (1929-2011), que fue la apestada de las dos Alemanias. Nació en lo que hoy es Polonia y murió después de la reunificación alemana. En la RFA se la percibía como colabora del régimen comunista y en la RDA estaba en el punto de mira de los servicios secretos debido a sus críticas públicas al régimen.

Todas esas bondades del régimen de la DDR que los nostálgicos añoran casi medio siglo después de la caída del muro, no eran lo suficientemente valoradas porque ese sistema ideológico de valores que se gestó en Alemania por los trabajos teóricos de los filósofos y economistas alemanes Karl Marx (1818-1883) y Friedrich Engels (1820-1895), adoleció de algunos males cuando se implementó.

Uno de ellos fue el establecimiento de un sistema policial (STASI, Staatssicherheit) para poder detectar a ciudadanos contrarios al régimen. Todos los ciudadanos alemanes de la RDA fueron invitados a denunciar a personas que estaban en desacuerdo con el régimen y contemplaban la huida de la DDR como plan. Según Bundesstiftung Aufarbeitung, habrían huido del territorio de la RDA a la RFA unos tres millones de personas desde 1949 a 1961. Ese habría el motivo de la construcción del muro en Berlín según el relato oficial que, a mí, me sigue sin cuadrar. La frontera compartida entre RDA y RFA era de muchos cientos de kilómetros y quedó exenta de muro. Quien quería, podía huir, aunque salvando ciertas dificultades.

Recuerdo a los fallecidos del muro de Berlín, octubre 2023. Foto: P. Larrañaga.

La publicista Christa Wolf fue la escritora con mayor proyección internacional dentro de la RDA entre otros, por su novela, Kassandra, del año 1983 que tuvo un éxito sin precedentes, también en la RFA. Se le reprochó en la Alemania reunificada que fuese colaboradora de la STASI de 1959 a 1962 bajo el pseudónimo de Margarete. Escribió informes sobre cuatro personas, todos ellos positivos. Y, desde la ya unida Alemania solo se la veía como una apestada por su cercanía ideológica al régimen de la RDA ya que era miembro del partido comunista SED (Sozialistische Einheitspartei) desde 1949. Escribió en la tradición literaria de también intelectual comunista alemán Berthold Brecht (1898-1955). Una palabra contundente con una fuerte cadencia y mensaje potente.

Estaba convencida de que el socialismo como régimen político era superior a otros si estuviese bien engarzado. Y como estaba persuadida de ello, llegó a la conclusión que la implementación del socialismo en la antigua DDR no había sido correcta. Ya en 1967 se sentía desengañada y empezó a criticar al régimen, lo que impidió que llegase a las cotas más altas del partido SED del que era miembro. Se pronunció en contra de la expatriación en 1972 del también literato Wolf Biermann (1936-), hamburgués de nacimiento, que vivía en la RDA porque se mudó allí por motivos ideológicos. Desde ese momento, estaría en el punto de mira de los odios internos de la RDA.

Cascote picado en 1988 en la parte oeste del muro de Berlin. Foto: Pilar Larrañaga.

Los discursos que precedieron a la caída del muro de Berlín

Debido a que era una socialista acérrima era crítica con el régimen del partido SED, participó en un mitin mítico cinco días antes de la caída del muro en el que fue aclamada públicamente cuando dijo, entre otras cosas cualquier movimiento revolucionario libera hasta el lenguaje. […] Imagínate que es socialismo y nadie huye. […] Una sugerencia para el primero de mayo, la élite -del partido- pasa de lado sin ver a la gente”. Ese primero de mayo, fiesta nacional en todos los países afines a la URSS, nunca llegaría.

Era contraria a la reunificación alemana porque opinaba que la RDA se vendería a precio de saldo, de ahí que no fuese partidaria del término “Wende” o cambio. Temía que el territorio de la RDA cayese en el precipicio del capitalismo salvaje donde el lucro primaría sobre otros valores como la solidaridad. Y así ocurrió. Cuando cayó el muro seguía opinando que se podía reformar el socialismo que se practicaba en la RDA.

Otro observador de la caída del muro de Berlín fue el excanciller Willy Brandt (1913-1992) que analizó ese evento histórico diciendo: „Jetzt wächst zusammen, was zusammengehört“ “ahora crece unido, lo que una unidad inseparable”. El excanciller moriría apenas tres años después de la caída del muro. La reunificación la veía él con mucha ilusión porque los primeros años de la misma se vivía el proceso con muchísima fortaleza. Por ejemplo, la capital de Alemania volvería a ser Berlín en cuyo seno volverían a reanudarse las tareas parlamentarias desde el Reichstag.

Boca de ventilación del Bundestag en la cúpula de cristal. Foto. P. Larrañaga

En este proceso, se desmontaron muchos logros de la RDA muy sensatos, como el sistema de reutilización de botellas de cristal que fue sustituido por el envase de plástico que hizo nacer todos los problemas medioambientales unidos a él. Los políticos de hoy son dados a recordar que dos partes separadas por la fuerza están ahora unidas. La desunión que existe entre este y oeste es harina de otro costal.

Pilar Larrañaga

Periodista. Escribe sobre política europea y arte. Las decisiones que se toman en Bruselas y sus efectos sobre los ciudadanos europeos. El arte entendido como eje fundamental en la formación del ser humano.