El coro de la Escolanía del monasterio de El Escorial elegirá a los niños que entrarán en sus filas para completar esa formación de voces infantiles. Con el llamamiento “Sé escolano”, la institución anuncia las audiciones –su propio ‘concurso, como el televisivo ‘got talent’–, a las que convoca a menores de entre 9 y 10 años. Ofrecen veinte becas para “una oportunidad de educación única”. En esta ocasión reservan cinco a niños ucranianos.
“Predisposición es exactamente lo que buscamos. Ilusión, no es necesario que ya sepan cantar si no que les pique la música. Que les intrigue, les atraiga, les guste. En lo que más nos fijamos es en que los niños sepan recibir consejos. Tengan buen comportamiento y sobre todo ganas”, así lo explica el director del coro, el padre Pedro Alberto Sánchez. Es el ‘got talent’ de una institución que vive con los tiempos e incluso tiene su propio perfil de Instagram. Allí muestran puertas adentro el día a día de sus alumnos.
El plazo de pruebas para una acceder a una educación completa y completamente becada está abierto para el curso 2023-2024. La enseñanza reglada que corresponde a la edad se complementa con una formación musical, solfeo, canto e instrumentos. “La beca aportada por los Padres Agustinos incluye desde manutención, internado, comidas por supuesto, clases de canto, viajes… todo. Las familias únicamente pagan 150€ al mes”, detalla el director de la Escolanía, José Miguel Abad. Entre los primeros niños de la clase del colegio, siempre hay algún Escolano, añade.
El hecho de que los candidatos buscados tengan que tener diez años como máximo es por cuestiones técnicas. “Es la edad en la que tienen lo que llamamos voces blancas, son las voces infantiles que todavía no se han desarrollado. Por lo que, aun no sabiendo cantar, es más fácil enseñar y aprenden más rápido”, expone el director del coro.
Los candidatos no tienen que tener formación musical previa, explica el padre. En solo tres meses ya alcanzan el nivel suficiente para debutar en el concierto de Navidad. Tampoco tienen necesariamente que ser católicos. “Lo único que se les exige es respeto durante los cantos litúrgicos y los tiempos en Misa. No sé impone pensar de determinada manera –apunta el director de la Escolanía–. Sí es verdad que el Monasterio es un lugar especial, y los niños acaban haciéndose preguntas y sacan conclusiones a las cuales probablemente no llegarían estando en otro lugar”.
Vivir en un lugar “de cuento”, como el internado de Harry Potter
El cierto anacronismo que puede suponerse, en principio, un coro religioso se disipa cuando se enumeran las oportunidades que brinda la beca. ”Ofrecemos acceso a una educación bilingüe excelente, conocimiento profundo de la música, de la historia y de los instrumentos… –añade el director–. Vivirán en un entorno privilegiado como es el Monasterio del Escorial con sus jardines, campos, vistas… Forjarán un carácter de trabajo y superación estupendo, así como amistades de por vida”.
Los niños que residen en el monasterio y ya llevan un tiempo en el coro parecen encantados. “Es muy divertido, es como vivir con amigos”, opina Marc, de 9 años. Lo de habitar un edificio que recuerda al internado de Harry Potter también es algo que fascine a este estudiante. “¡Los pasillos son como de cuento!”, exclama al ser preguntado por cómo es El Escorial vivido por dentro.
Como el resto de alumnos ´toca el clarinete y el piano, además de cantar en el coro. A su compañero Otto, que lleva dos años en la Escolanía, lo que más ilusión le hace es ir a Italia. Ya ha viajado por España, pero salir al extranjero forma parte del programa del coro.
Este alumno reconoce que tiene mucho trabajo pero es, añade, “muy entretenido”. Lo que destaca es que puede jugar con niños de todas las edades y lugares. “Me gusta mucho también el ensayo, una hora al día y una hora y media los viernes”, añade Otto. Aunque no todo es estudio, también hay tiempo para las actividades de ocio, excursiones, disfraces y deporte.
Entre sus compañeros los hay llegados de todos los rincones del país, desde Castilla y León, Castilla la Mancha, Extremadura, de Madrid o de Canarias. Y varios de los niños llegados de Latinoamérica. Marco, de Perú, cuenta como sus padres vieron por televisión un reportaje del coro y le propusieron optar a la beca. Está contento con todo lo que aprende en la Escolanía, explica con una madurez sorprendente para su corta edad.
De la capilla Sixtina a Estados Unidos
“En los últimos años los niños han tenido oportunidad de ir a Italia, China, Rusia… Han cantado en la Capilla Sixtina del Vaticano, en Hungría, Francia, Alemania, Panamá, Estados Unidos, entre otros lugares. Además de actuar por toda España e incluso en la cena de Gala de la UEFA 2019 en el Ayuntamiento de Madrid”. El director del coro lo cuenta con evidente orgullo.
Él mismo fue un alumno becado en la Escolanía. Hace 33 años, después volvió para dirigir el coro. En tres décadas, reconoce, que es completamente diferente. “Ha cambiado como de la noche a la mañana. Cuando yo estudiaba, no había laicos como educadores como hay ahora. No había mujeres tampoco, desde luego. Únicamente había Agustinos. Tampoco había móviles, obviamente, y llamábamos a nuestras familias desde las cabinas de teléfono. La limpieza de la Escolanía la hacíamos nosotros mismos”, añade el padre Sánchez.
En cuanto a las instalaciones recuerda que en sus tiempos eran “más decadentes” y ahora es “todo es prácticamente nuevo”. Tampoco entonces estudiaban instrumentos musicales, ahora sí. “Tanto si saben cantar como si no, se les prepara desde la base y además se refuerza el canto con instrumentos por lo que salen de la Escolanía con un conocimiento muy profundo de la música. Tienen incluso acceso al Conservatorio”, añade.
Un coro con medio siglo de existencia y adaptado a los tiempos
Lo que no ha variado son los corredores ni las voces de los niños alcanzan una sonoridad especial entre los gruesos muros hechos de grandes sillares de granito de El Escorial. Allí parece que el tiempo se detuvo y rezuma historia en cada rincón. Pero en lo demás, los tiempos mandan y se van adaptando al progreso. Así que usan su perfil en las redes y la aparición en los medios para promocionar sus audiciones.
Una de las asignaturas pendientes que, de hecho, se plantean subsanar es abrir su coro a niñas. “La Escolanía se formó por los Padres Agustinos en 1974, en aquellos años, todavía no era tradición que las niñas cantaran en los coros de las Iglesias. Nos encantaría tenerlas pronto. Es un proyecto que estamos mirando en el corto-medio plazo dado que es una bonita oportunidad para todo estudiante”, apunta el padre Sánchez.
“Quizá sea música sacra el más amplio puesto que nuestra labor principal es cantar en los Oficios Litúrgicos de la Basílica. Abarcamos desde el Canto Gregoriano que está en los orígenes del Canto Católico, hasta la música actual con compositores contemporáneos que aun viven. Desde música renacentista hasta actual y en varios idiomas: ruso, italiano, inglés, latín… Hemos llegado a cantar en chino”, señala el padre Sánchez.
Familias con recursos económicos pero también sin ellos
La convivencia también abre la posibilidad de contar con alumnos de diferente extracción social ya que las becas no atienden solo a los ingresos familiares. “Tenemos desde niños que podrían invertir en alta calidad de enseñanza musical, como otros niños con menos recursos, que aprecian el valor de la música para poder forjarse una buena educación y para ellos nuestras becas son muy importantes”, manifiesta José Miguel Abad.
En la convocatoria para el próximo curso escolar cinco de la veintena de becas se destinarán a niños ucranianos. “Somos conscientes de que la guerra de Ucrania ha hecho que estos niños que han sufrido tanto y sus familias han perdido recursos, pueden tener un futuro prometedor. También es muy enriquecedor para los niños españoles mezclarse y hacer amigos con otras culturas. Además, los niños del este tienen una voz muy bonita y son muy disciplinados”, dice el director de la Escolanía.