Acoso escolar, marcha silenciosa contra el bullying.
Acoso escolar, marcha silenciosa contra el bullying.

Acoso escolar, faltan protocolos que se activen desde el primer indicio

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Hoy se celebra el Día Internacional contra el Acoso Escolar, un problema creciente. No solo porque se visibiliza más, también porque cada año aumentan las cifras. Las cosas están cambiando pero aún queda mucho camino por recorrer. Familias de las víctimas reclaman «un protocolo que e active desde el primer indicio». Al año 200 escolares se suicidan en todo el mundo por causas relacionadas con el bullying. En España, este mismo fin de semana se conoció el suicidio de Claudia, una joven de 20 años que dejó una carta en la que señalaba a sus acosadores como causantes de su muerte.

“Hasta que un niño no recibe el tercer golpe, no se activa el protocolo contra el acoso escolar en el colegio”. Esta declaración tan rotunda la hace José Manuel López, el padre de Kira. A su hija “la suicidaron” en 2021. “Porque mi hija no se suicidó, la suicidaron”, recalca, tras años de acoso escolar.

Los profesores, alerta, no se ponen en marcha hasta que no tienen constancia de varios episodios de violencia. “Esto que suena tan crudo es así. En el primer golpe dicen que es un caso puntual, aislado. Al segundo que son conflictos que arreglan entre ellos… No lo activan hasta el tercero. Esto es una vergüenza. Los menores no tienen derechos civiles. A mí, al primer golpe me voy a una comisaría y lo denuncio, con un niño eso no funciona. En un colegio, hay que esperar”, denuncia José Manuel.

Lucha por cambiar la ley

Se ha convertido en un símbolo contra el maltrato en los colegios desde la lucha que inició tras  la muerte de su hija Kira, en 2021. Ha presentado 253.000 firmas en el Congreso de los Diputados reclamando una ley integral que regule en todo el Estado este problema. “Que deje claro a los profesores, a los alumnos y a los padres cómo actuar ante una situación de acoso”, reclama.

El sábado pasado, 29 de abril, organizó la manifestación que recorrió las calles de Barcelona y congregó a 350 personas contra el bullying. “Puede parece poco, pero hace dos años fueron 100”, subraya. Esto demuestra que la conciencia sobre el acoso escolar está calando.

Otra de los hitos que remarca el padre de Kira es que en la cabecera de la marcha había diez padres o madres de niños que se han suicidado, porque no podían aguantar más la situación de acoso que sufrían cada día en clase. Bajo el lema de “El acoso escolar mata”, salieron a la calle en un marcha silenciosa convocada por la Plataforma Trencats, organización independiente que han contribuido a crear los padres de Kira.

Padres sin vergüenza ni culpabilidad

 “Iban sujetando una pancarta con las fotos de sus hijos, su nombre y la fecha de su nacimiento y su muerte. Esto pone cara a un problema del que antes no se hablaba. Esto era impensable hace un tiempo. Son padres y madres que han superado su dolor y salen orgullosos, sin culpabilidad ni vergüenza. Como padres lo hicimos lo mejor que supimos”, añade José Manuel.

La discapacidad o el aspecto físico son algunas de las cuasas que pueden desencadenar el acoso escolar.
Acoso escolar, marcha silenciosa contra el bullying el 29 de abril en Barcelona.

En esa cabecera estaba la madre de Alana, la gemela de Sallent que se suicidó en esta localidad barcelonesa. También participaron la activista y escritora Lolita Bosch y Aitor, víctima de acoso por ser señalado como diferente por tener autismo y síndrome de Tourette.

“Me habéis machacado”

Durante la marcha recibieron la noticia de la muerte de Claudia, la joven de 20 años que se suicidó en Gijón el pasado sábado. Dejó una carta en la que acusaba a sus acosadores de ser los culpables de su muerte. «Habéis cogido a una niña de alta autoestima y de altas capacidades y la habéis machacado hasta el punto de no salir de la cama en años y de llevarla al suicidio”, dejó escrito.

También pedía que parasen de atormentar a otros: “Por favor, parad el acoso, dejad a las personas ser quienes son». Las buenas notas, destacar en clase, es uno de los motivos que pueden desatar actitudes violentas, insultos, burlas o poner motes. Otras causas que hacen diana del maltrato son el aspecto físico, o tener alguna discapacidad.

“En el caso de Claudia se iniciará una investigación pero se cerrará diciendo que ha sido un suicidio. Nadie va a pagar su muerte –explica el padre de Kira–. Si van a juicio, el juez determinará que no hubo relación entre su muerte y el acoso. Algo que cualquier psiquiatra o psicólogo certificaría. Les han robado su autoestima, han acabado con ellos, les han suicidado, no se han suicidado”.

Los protocolos actuales se dirigen a la víctima, pero no se hace nada con los acosadores. Cuando el problema lo tiene quien ataca. Así lo entiende José Manuel López, quien reclama que se trabaje con quienes tienen actitudes violentas, «son quienes tienen que ir a un psicólogo, no solo las víctimas», apunta.

Los niños normalizan un problema social

Brian Giner fue víctima del acoso escolar durante doce años, desde 1º de Primaria hasta el final de la ESO. Hoy da charlas, colabora con los Mossos de Escuadra en visitas a colegios donde cuenta a los chavales su caso pero, sobre todo, escucha y da herramientas.

Cuenta como durante cuatro años no comentó con nadie lo que sufría cada día en el colegio. «Lo vivia como si fuera algo normal. Es lo que hacen los niños normalizan un problema social», cuenta Brian Giner. En 2010, cuatro años después de que se iniciase el maltrato en la escuela, les dijo a sus padres qué pasaba, para entonces con solo 10 años ya había intentado suicidarse en dos ocasiones.

Primero le insultaban, se metían con él. «Tenía estrabismo y llevaba parche en un ojo. Eso les valió para señalarme como el diferente. Luego, en todos los colegios en los que estuve, se fue agravando. Cuando llegué a secundaria, un día me clavaron un boli en la mano, el siguiente iba al cuello pero me defendí», narra.

A punto estuvieron de expulsarle a él del colegio por haber hecho lo que le recomendó que hiciera el director del centro, defenderse. «Es lo que me dijo que hiciera, frente a la ética de la palabra, me aconsejó que usase la fuerza», explica Brian.

«Siempre encontraban el ángulo muerto donde no me veían para atacarme»

Antes de esa reacción suya, había padecido todo tipo de abusos, palizas entre ocho o nueve, le tiraron por la escalera, le arrojaban la mochila por la ventana… «En 3 y 4 de la ESO tenía un grupo de amigos que me apoyaba, pero siempre buscaban la esquina, el punto muerto donde no me veía nadie para atacarme».

Dejó de ir al colegio para huir de los golpes y vejaciones. Les mentía a sus padrea, durante dos años suspendió y repitió porque no iba a clase. «Hasta que un día, como vino, el acoso paro. Mi acosador encontró otra víctima», recuerda.

Brian Giner fue víctima de acoso escolar durante 12 años. Ahora da charlas para acabar con este grave problema.

Como víctima del bullying y como activista contra él, Brian Giner sabe bien de las carencias del sistema. «No existe educación ni protocolos que funcionen. Actuar contra el acoso escolar no es solo ver un power point. Se trata de dar un seguimiento a esa información, de dar herramientas para actuar. Hay que dar información, que tiene que calar y canalizarla», indica.

Conectar con un niño que sufra abuso y que se abra

«Las cosas han cambiado –admite Brian pero a continuación añade que no necesariamente a mejor–. Ahora vamos a peor. Sabemos qué es el bullying pero nos pasamos o nos quedamos cortos». Explica que hablar solo del problema no arregla si no se sabe llegar al niño y controlar esa situación.

«No puede ser que yo en una hora de charla consiga que un niño se abra a mí y cuente una situación que pasa desapercibida al profesor que está todos los días, todas las horas con él», critica. Esa parte de conexión con los escolares es la que más satisfacción le produce de su actividad contra el acoso.

Además de las conferencias que hace con otras instituciones u organizaciones, también actúa como free lance acudiendo a escuelas de España y Latinoamérica. Ha escrito el libro Golpeado pero no derrotado y mantiene a través de las redes sociales una actividad constante para visibilizar y denunciar esta lacra.

«Lo que he vivido me ha marcado, claro. Pero también me ha traído algo positivo. Cuando doy una conferencia, cada vez se abre la herida. Pero esa herida vuelve a sanar cuando empatizas con un crío, cuando conectas. Esa conexión no se paga con nada. El amor de un niño, no hay nada mejor»

Actuar con los agresores, no solo con las víctimas

Cuando se le pregunta a José Manuel López qué aconsejaría a las familias que se encuentran con este problema contesta, “cambiar de colegio”. Aunque sabe que esa no es la solución, como no lo fue para Brian. Pero es lo que le sale, lo que sí está en manos de los padres de forma inmediata.

Luego, más sosegado, añade que acudan al centro escolar y pida que levanten acta de cada reunión. “Hay que dejar constancia por escrito de todo, mandarlo por correo o incluso grabarlo. Eso dejará prueba de lo que ocurre”, señala.

Durante años su hija Kira estuvo sufriendo acoso por parte de sus compañeros. «Tú confías en el colegio y no te informan de lo que ocurre. Y si lo hacen te hacen creer que el problema lo tiene tu hija. Solo después de que mi hija se suicidara me enteré de que en su colegio, el Mayanet de Sant Andreu, había tres casos más como el de Kira y decenas de casos con de estudiantes con ideaciónes suicidas», comenta José Manuel López.

 La Fundación ANAR, organización que lleva desde 1970 ayudando a niños y adolescentes, publicó un estudio el año pasado, realizado junto a la Fundación Mutua Madrileña, en el que un 24,4 por ciento de los alumnos, casi uno de cada 4 estudiantes, percibía situaciones de acoso escolar en su clase.

El año anterior esta cifra era del 15,2 por ciento. Un aumento que aunque parece muy elevado, es inferior a la que arrojaba la encuesta de 2019 en el que era un 34 por ciento. Esta organización sin ánimo de lucro tiene un teléfono de ayuda al menor, 900 20 20 10.

Gran parte de las llamadas que reciben al año, más de 250.000, son referentes a episodios de acoso escolar. En concreto, según cifras del año pasado, un 8,5 por ciento estaban motivadas por el bullying, solo por detrás de las que estaban relacionadas con maltrato físico o psicológico.

Inma Muro

Periodista especializada en temas de denuncia social. Más venticinco años de trayectoria en medios de información general e investigación. Entre ellos las ediciones digital y en papel de la revista Interviú. Gabinetes de prensa, comunicación institucional y agencias de publicidad.