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Ruedas quemadas en el acceso a la cárcel de Lledoners este lunes. Los funcionarios de prisiones han cortado el acceso a cinco centros penitenciarios de Barcelona, Lleida y Tarragona en protesta por la muerte de una cocinera presuntamente a manos de un preso que después se suicidó en la cárcel Mas d'Enric de El Catllar (Tarragona). Foto: Marc Trilla / Europa Press
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Asesinato de Nuria: la desidia política cuesta vidas

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El 13 de Marzo un preso del centro penitenciario de Mas d’Enric, en el Catllar (Tarragona), mató a cuchilladas a Nuria L., de 48 años, que trabajaba como cocinera desde 2015 en dicho centro penitenciario, desarrollando su trabajo en el Centro de Iniciativas para la Reinserción (CIRE) de la prisión catalana. Después de asesinarla, Iulian S., rumano, de 48 años, se suicidó. El sindicato CSIF Prisiones en Cataluña denuncia que no es la primera vez que ocurre un hecho similar: “Nos preocupa mucho el incremento de agresiones sexuales a compañeras, siempre a mujeres, que han pasado de 6 en 2022 a 17 el año pasado”

El asesino de Nuria era reincidente. Ingresó en prisión por cometer otro asesinato en 2016. En aquella ocasión asesinó a una compatriota de 47 años, (prácticamente la misma edad que Nuria), una mujer prostituida a la que conoció en 2015 y con la que se relacionó como putero, aunque, en su versión de los hechos, dijo que estaba enamorado de ella, y a la que le habría pedido «que abandonara la prostitución y que se quedara con él», una proposición que ella no aceptó.

Estuvo unos meses sin verla pero en 2016 volvió a contactar con ella y la reclamó para que acudiera a su vivienda donde, como solía hacer, pagó para imponerse sexualmente sobre ella, ya que en eso consiste el comportamiento putero, y esa era la “relación” que mantenían. Horas después los dos empezaron a discutir y él la golpeó y la agredió en reiteradas ocasiones con un cuchillo de cocina, hasta que la degolló ocasionándole la muerte. Posteriormente, se personó en la comisaría de la Policía Local de Valls para confesar el crimen y quedó detenido.

Golpeó a la mujer, cogió un cuchillo de cocina de 15,5 centímetros y la degolló

En el relato de los hechos el fiscal sostuvo lo siguiente: «El hombre, con la intención de ocasionarle la muerte o siendo plenamente consciente que la realización de sus actos lo ocasionaría, golpeó a la mujer y cogió un cuchillo de cocina con una hoja de 15,5 centímetros, con el cual la agredió en reiteradas ocasiones a la mujer. En un momento de la acción, puso el cuchillo en su cuello, degollándola».

La actuación violenta del acusado se produjo en el comedor de la vivienda, un espacio que él conocía a la perfección. Según la fiscalía, en el momento de los hechos el acusado era plenamente consciente de que la mujer no podía huir de la casa donde se encontraba, lo cual impedía su capacidad de defensa y garantizaba el resultado homicida pretendido. La víctima sufrió numerosas lesiones ocasionadas por el agresor y, también, varias lesiones de defensa para repeler el ataque.

En el momento de los hechos, el individuo presentaba una concentración de alcohol en sangre de 0,87 gramos por litro, como consecuencia de la ingesta de bebidas alcohólicas. Sin embargo, no presentaba signos de embriaguez ni síntomas de patología psiquiátrica «que interfirieran en su inteligencia, conciencia y voluntad».

No es la primera vez

En base a todo lo expuesto, para la fiscalía los hechos constituían un presunto delito de asesinato con alevosía por el cual pedía 20 años de prisión. Realizado el juicio a través de un jurado popular, Iulian fue condenado a prisión con una pena de 11 años por un delito de asesinato, con las atenuantes de embriaguez y confesión.

La pena que corresponde a un caso de asesinato es de 15 a 25 años de prisión, pero aquí se aplicaron los atenuantes mencionados. Y aquí yo me planteo una serie de preguntas: ¿estuvieron bien aplicados los atenuantes?, ¿se tuvo en cuenta la perspectiva de género a la hora de entender el recurso de aplicación de la violencia extrema del asesino, dueño y señor absoluto de la situación?.

Y por qué me planteo esas preguntas, pues porque me ha alarmado leer las declaraciones de Jorge Vilas, responsable nacional del sindicato CSIF prisiones: «No podemos permitir que la administración siga con el buenismo y la falsa reinserción. No es la primera vez que ocurre algo así con internos que no están preparados para trabajar en un CIRE, en este caso en la cocina de Mas d’Enric, donde tenía acceso a cuchillos.”

Violencia contra la mujer

Y es que es imprescindible que nuestras/os queridas/os representantes políticas/os tengan claro de una vez que para que la reinserción sea efectiva, ha de realizarse un perfil psicológico muy riguroso de los presos con condenas por aplicación extrema de la violencia. Y además esa violencia, cuando se ha aplicado sobre mujeres, es imprescindible que se evalúe teniendo en cuenta la perspectiva de género, tal y como quedó establecido en 1993 en la “Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer” promulgada por la Asamblea General de las Naciones Unidas:

”Reconociendo que la violencia contra la mujer constituye una manifestación de relaciones de poder históricamente desiguales entre el hombre y la mujer, que han conducido a la dominación de la mujer y a la discriminación en su contra por parte del hombre e impedido el adelanto pleno de la mujer, y que la violencia contra la mujer es uno de los mecanismos sociales fundamentales por los que se fuerza a la mujer a una situación de subordinación respecto del hombre.”

Y dos años más tarde, la IV Conferencia Internacional de la Mujer que tuvo lugar en Beijing en 1995 se centró en la violencia específica ejercida sobre las mujeres que lleva en su seno el  modelo cultural y socioeconómico Patriarcal, cuyo objetivo, a través del maldito género, es mantener separados y jerarquizados los sexos. Ese es el origen de la siguiente declaración que entonces hizo ONU Mujeres:

”La transformación fundamental que se produjo en Beijing fue la adopción del enfoque de género, de modo que se reconoció que toda la estructura de la sociedad y todas las relaciones entre los hombres y las mujeres en el interior de esa estructura tenían que ser reevaluadas.”

«Es un miserable, me ha amenazado»

Y ahora volvamos al asesino reincidente examinando que su primera víctima fue una mujer prostituida, de una edad similar a la actual víctima, con la que tuvo un contacto reiterado, que “malogró” sus planes para una posible convivencia, afrenta que no olvidó porque volvió a contactar con ella y al parecer con ganas de hacérselo pagar, según relató el fiscal:

”Después de recogerla, a las 1:55 horas del 24 de abril el acusado envió un mensaje a un amigo diciéndole que fuera a su casa para mantener relaciones sexuales con la mujer. Por su parte, ella a las 2:08 horas envió cuatro mensajes a su compañera de piso en que le decía que el acusado «es un miserable», «me ha amenazado», «no hagas nada», «que me tiene en casa y el lunes vengo en auto». Pero el lunes no llegó para ella, porque minutos después fue brutalmente golpeada y acuchillada de la manera que expuse anteriormente.

Y ahora volvamos al asesinato de Nuria en la cocina de la prisión, esa cocina con numerosos cuchillos a su alcance, y aporto un detalle que debía haber hecho reaccionar de forma diferente a la dirección de la cárcel respecto a su vuelta al CIRE precisamente en la cocina, porque las últimas informaciones que la prensa ha facilitado son que Nuria había denunciado el comportamiento de Iulian por falta de respeto, y que una pelea con otro de  los internos hizo que fuera apartado de la cocina durante unos meses. Sin embargo la dirección del centro permitió que el ahora asesino volviera a la cocina.

«Nos preocupa, y mucho, el incremento de agresiones sexuales a compañeras»

«Era muy trabajador, aunque no toleraba órdenes», es una afirmación que sobre el asesino ha hecho uno de los representantes sindicales que reclaman otros protocolos para poder realizar su trabajo sin poner en riesgo su vida.

Es importante tener en cuenta que Nuria era la encargada y por tanto que le correspondía dar las órdenes que fueran precisas para el desempeño de su trabajo. Y a esto habría que sumar las declaraciones de Alberto Gómez, coordinador de CSIF Prisiones en Cataluña y funcionario desde 2007: “Nos preocupa, y mucho, el incremento de agresiones sexuales a compañeras, siempre son a mujeres, que han pasado de 6 en 2022 a 17 el año pasado. Las agresiones van desde presos que se masturban delante de las funcionarias a tocamientos.”

Para acabar de aportar datos que muestran que la perspectiva de género no parece que se haya tenido en cuenta, a la hora de entender cómo elaborar un adecuado programa de reinserción para presos con estas características, he extraído unos fragmentos de la investigación que la doctora en Psicología Melissa Farley presentó en 2022 sobre el comportamiento de los puteros, ya que Iulian lo era: ”Los puteros tienden a tener falta de empatía, lo que es un antecedente para deshumanizar a las mujeres y también facilitador de la violencia.”

”Los puteros de los seis países analizados obtuvieron las puntuaciones más altas en la medida de identificación masculina hostil”

Las también doctoras en Psicología Esperanza Bosch y Victoria A. Ferrer escribían en un libro publicado en 2002, incidiendo en lo reflejado en la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer: “Las relaciones hombre-mujer siguen gobernadas por la creencia, mucho más extendida de lo que nos gustaría reconocer, de que las mujeres son inferiores a los hombres, y por tanto, están sujetas a obediencia. El poder masculino ha utilizado la violencia para someter y mantener sometidas a las mujeres.”

Y como podemos comprobar también para castigarlas cuando no se pliegan al sometimiento. Nuria ya no está, y en reconocimiento a su memoria necesitamos cambios urgentes en la mentalidad de quienes dicen defender los derechos de las mujeres, y sin embargo se niegan a profundizar en los principios ideológicos de la Teoría política Feminista y implementar lo establecido en la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres:

“La Ley se refiere a la generalidad de las políticas públicas en España, tanto estatales como autonómicas y locales. (…) La ordenación general de las políticas públicas, bajo la óptica del principio de igualdad y la perspectiva de género, se plasma en el establecimiento de criterios de actuación de todos los poderes públicos en los que se integra activamente, de un modo expreso y operativo, dicho principio.”

Es inaceptable que esta Ley se aprobara en 2007 y que casi 20 años después apenas se haya implementado ni a nivel estatal ni a nivel autonómico. Y el precio a pagar por esta desidia política son vidas de menores y mujeres.

Puri Liétor

Puri Liétor es Psicóloga Sanitaria, activista feminista e integrante de la
Plataforma Autonómica Front Abolicionista-PV, de la plataforma Estatal
Confluencia del Movimiento Feminista y afiliada del Partido Feministas al
Congreso (PFAC).