El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, interviene durante el acto homenaje a la Constitución Española en su 44 aniversario en la Real Casa de Correos, a 2 de diciembre de 2022, en Madrid (España). Este acto organizado por la Comunidad de Madrid pone en valor los logros sociales, políticos y económicos que ha traído la Carta Magna y el régimen democrático a España durante los últimos 44 años. 02 DICIEMBRE 2022;HOMENAJE;ACTO;CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA;CONSTITUCIÓN;LOGROS;SOCIALES;CARTA MAGNA;ANIVERSARIO Alberto Ortega / Europa Press 02/12/2022
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Las mentiras de Almeida sobre Madrid Central

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¿Hasta qué punto se puede creer en una democracia que permite poner pero no quitar? Sé que es una pregunta muy “nivel usuario” pero, no nos engañemos, más del 90% de los españoles lo somos a nivel político, incluido el que os habla. Cuando hay elecciones estamos ya acostumbrados a leer y escuchar promesas de los que nos gobiernan y de los que nos quieren gobernar para conseguir nuestros votos pero, en los 4 años que dura su mandato, no pasa nada si ese político incumple muchos de los motivos por el que fue votado.

No hay consecuencias más allá de no seguir en el poder pasado este tiempo. Pongamos un caso práctico simple: En el año 2018, la alcaldía de Madrid, bajo el mando de Manuela Carmena, ponía en marcha un plan impulsado por la Unión Europea que consistía en cerrar una zona del centro de la capital a ciertos vehículos con el objetivo de reducir la contaminación en el centro de la gran ciudad.

Esta decisión dejó a un grupo de madrileños descolocados

En el caso de Madrid, la mayoría de las opciones culturales y de ocio quedan en esa zona, y, sobre todo, la gente que vive a las afueras no tenía otra opción que coger su vehículo sin comerse largas horas de transportes públicos y aglomeraciones perdiendo su apreciado tiempo. Con los meses, muchos de estos ciudadanos aceptaron que podía ser algo necesario y que Madrid Central tampoco comprendía tantas calles como para no poder hacer un esfuerzo.

En ese momento, y como pasa con cada decisión que un partido al mando toma, parte de la oposición se puso en contra de esta nueva medida. En concreto, curioso es el caso del PP, capitaneado por el ahora alcalde Almeida, que hasta llegó al Tribunal Superior de Madrid para tumbar esta medida. Parecía que Madrid Central iba a ser otro proyecto fallido.

El esfuerzo de Almeida por no limitar la movilidad de los madrileños

Pero llegaron las elecciones, y la ciudadanía valoró el esfuerzo de Almeida por no limitar la movilidad de los madrileños y por buscar otras opciones, poniendo en su programa electoral el siguiente punto citado textualmente:

“Creemos que Madrid Central ha perjudicado a los madrileños, al comercio y no ha mejorado la calidad del aire. Por eso, acabaremos con Madrid Central”

José Luis Martínez-Almeida
Alcalde de Madrid

Teóricamente, aquí no mintió Almeida, porque Madrid Central ha desaparecido y se ha convertido en Madrid 360, más grande, más fuerte y más restrictiva si cabe. Incluso ha llenado titulares presumiendo de haberla mejorado.

No, señor Almeida, no… Nadie se cree que usted no supiera que, tratándose de un abogado del Estado, lo repito de nuevo, abogado, usted no supiera que quitar la restricción de Madrid Central no solo nos costaría el enfado de la Unión Europea sino que también podría llevar consigo una multa millonaria. Desde la oposición que se enfade Europa no pasa nada, pero desde el poder la historia cambia. En este caso tengo que aludir a una nueva expresión clásica que dice “no tengo pruebas, pero tampoco tengo dudas”.

Decenas de miles de coches afectados

El ciudadano español está pasando por una crisis sin fin que se va renovando, por un motivo o por otro, desde 2008 y el ciudadano no puede cambiarse el coche a su antojo comprando los últimos modelos. Estos coches ahora rechazados, por cierto, con su revisión y su ITV perfectamente pasadas.

Y no solo Madrid Central es ahora más grande aún, sino que su plan es que acabe de abarcar toda la ciudad de Madrid. Cómo ha cambiado el cuento desde las promesas electorales de hace tan solo 3 años, ¿verdad? Por supuesto, tema aparte es el hecho de que haya incorporado nuevas zonas verdes fuera de la M30, ese territorio donde muchos madrileños dejan el coche para poder adaptarse a las medidas nuevas y que, hasta entonces, era intocable para el bolsillo del ciudadano.

Con Irene Montero en el centro de la diana pública, le hemos escuchado hablar de dimisiones según su opinión, pero, ¿Acaso no debe de dimitir alguien que ha incumplido tan flagrantemente su programa electoral por el que se le votó y que ha defraudado a una ciudadanía que quería justo lo contrario de lo que está haciendo y que por eso le votó?

Después de este y miles de ejemplos similares y mucho peores, el sentimiento de mucha gente es el ya clásico ¿Para qué voy a votar si luego harán lo que les dé la gana? A lo que la respuesta más habitual suele ser el ya famoso “es que si no votas luego no tienes derecho a quejarte”. Pero la siguiente frase a esta conversación debería de ser “¿Sirve de algo quejarse?”. No, lo máximo que puede hacer el ciudadano es esperar a las siguientes elecciones para que el ciclo comience de nuevo, y, mientras, comerse todas las medidas que no ha votado y seguir su vida como buenamente pueda.

¿Qué se puede hacer?

Nada. Solo quejarse en conversaciones de café con los amigos  o twittear con fuerza. El sentimiento del ciudadano es que un político puede decir lo que quiera y luego desdecirse porque sí, que todo vale para conseguir un voto más. No hay consecuencias. A La mayoría de los políticos se le olvida que, aunque parezca mentira, 4 años de un ser humano es mucho tiempo. Señores políticos, nuestro tiempo en la Tierra es oro, no jueguen con él.