Los máximos responsables de la Real Federación Española de Fútbol se reunieron ayer de forma extraordinaria para abordar con rapidez los acontecimientos que han asolado el fútbol español en las últimas semanas. Los presidentes territoriales de la RFEF publican un comunicado en el que dan su apoyo al actual presidente en funciones y mano derecha de Rubiales, Pedro Rocha, pero sin aludir a Jenni Hermoso ni a Jorge Vilda.
En el comunicado emitido al finalizar el encuentro, los presidentes territoriales de la RFEF instan a Luis Rubiales a dejar su cargo por “los últimos acontecimientos y los inaceptables comportamientos que han dañado con gravedad la imagen del fútbol español”. Además, dan su total apoyo al actual presidente en funciones, Pedro Rocha, quien fue designado por el propio Rubiales, pero le exigen retirar de inmediato la denuncia interpuesta ante la UEFA y la FIFA por el secretario general de la RFEF, Andreu Camps, por injerencia gubernamental, puesto que las consecuencias pueden derivarse en la exclusión de las selecciones y clubes nacionales de las competiciones auspiciadas por la UEFA (Champions League, Eurocopa, Europa League o Conference League, entre otras).
También han aprovechado para felicitar a las jugadoras de la selección nacional que consiguieron levantar la copa del mundo y para mostrar su apoyo al fútbol femenino, cuyas futbolistas se han enfrentado a la Federación en los últimos días, llegando a ser 81 las que han renunciado a jugar en la selección hasta que se resuelva la situación.
El comunicado evita mencionar a Jenni Hermoso y Jorge Vilda quien, junto a Luis de la Fuente, apoyó a Luis Rubiales cuando se plantó y decidió no dimitir. Los dos seleccionadores no tardaron en distanciarse ya que, a las 24 horas de aplaudir las palabras del presidente de la federación, Vilda declaró “lamenta el comportamiento impropio” del señor Rubiales, mientras que Luis de la Fuente afirmó que censura “sin paliativos el comportamiento equivocado y fuera de lugar del presidente de la RFEF”
El futuro de ambos pende de un hilo.
Todos estos acontecimientos se dispararon el pasado 26 de agosto, cuando la FIFA, a través del Comité de Disciplina Deportiva, decidió suspender durante 90 días a Luis Rubiales tras escuchas sus declaraciones del día anterior, cuando se negó a dimitir y acusó al “falso feminismo” de su situación.
El gobierno es consciente de que no puede destituir a un presidente de una federación, como afirmó el presidente Pedro Sánchez: “La Federación Española de fútbol no pertenece a la estructura, ni al organigrama del Gobierno de España. Es elegido y destituido el presidente de turno de la Federación por sus asociados”.
Por tal motivo, ha elevado al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) las denuncias presentadas contra Rubiales (Miguel Ángel Galán, quien ya consiguió que inhabilitasen a Villar; la Asociación para Mujeres en el Deporte Profesional; Sumar; el exárbitro internacional, Xavier Estrada Fernández; y la de la Patronal del Fútbol Femenino), a través del ministro de Deportes, Miquel Iceta, y del presidente del Consejo General de Deportes, Víctor Francos para conseguir cesar a Rubiales lo más rápido posible.
«Falta muy grave»
El Tribunal Administrativo del Deporte, que se suele reunir los jueves, pero que excepcionalmente lo hizo el pasado lunes a petición del gobierno, ha decidido que necesita más documentación para inhabilitar a Rubiales por “falta muy grave”. Las consecuencias pueden llegar más allá del ámbito deportivo. La Fiscalía ha determinado que debe abrir diligencias contra Rubiales, instando a Jenni Hermoso a que formalice una denuncia para poder continuar con el procedimiento.
Todos estos sucesos han desembocado en que la madre de Luis Rubiales se haya declarado en huelga de hambre, encerrándose en la iglesia de la Divina Pastora de Motril, puesto que opina que su hijo está sufriendo una “cacería inhumana y sangrienta”.
