La elección de Montse Tomé como seleccionadora del conjunto nacional femenino genera muchas dudas tanto por su corta experiencia en los banquillos, como por su pasado en el cuerpo técnico de Jorge Vilda.
Pedro Rocha, presidente en funciones de la RFEF, comunicó el lunes a Jorge Vilda su destitución como seleccionador del conjunto nacional. Tan solo dos días después, la Federación emitía un comunicado anunciando que la encargada de suplir el puesto sería Montse Tomé, la que había sido su segunda desde el 2018, año en el que Luis Rubiales alcanzó la presidencia de la Federación.
Aunque el cambio responde a la intención de renovación institucional a la que los presidentes territoriales de la RFEF se comprometieron, se antoja insuficiente. Con Luis Rubiales suspendido por la FIFA y con Jorge Vilda cesado como seleccionador, puede parecer que hay una reestructuración, pero cuesta creerlo cuando los han sustituidos por aquellos que han sido su mano derecha durante tantos años.
La renuncia de Montse Tomé
Una vez pasada la asamblea convocada por el presidente de la Federación para informar de que no dimitía, y del posterior cese temporal por parte de la FIFA, Montse Tomé encabezó la renuncia de gran parte del cuerpo técnico de la selección, lanzando un comunicado para condenar los sucesos y para apoyar a Jenni Hermoso. Además, expresaron su incomodidad por “tener que asistir obligatoriamente a la asamblea del 25 de agosto, en la que, además, a varias de las integrantes femeninas del ‘staff’ técnico se les obligó a situarse en primera fila, intentando dar a entender que compartían la tesis del presidente de la RFEF”.
De esta forma, la actual seleccionadora no se desvinculaba solo de la federación, sino también de Vilda, cuyo puesto ya estaba en entredicho. Para muchas jugadoras, este movimiento llega tarde. Montse Tomé ya era parte del cuerpo técnico de Vilda cuando las jugadoras exigieron tener más privacidad, pues se les registraban las bolsas cuando volvían de compras, o pidieron mejorar los entrenamientos, para recibir como respuesta que eran unas caprichosas. La actual seleccionadora no se pronunció al respecto. Parece difícil creer que va a haber un cambio real cuando la sustituta es la aprendiz del sustituido, al que nunca se ha enfrentado.
Sin experiencia como entrenadora
Montse Tomé colgó las botas en el 2012, después de haber pasado por clubes como el U.D. Levante, donde consiguió ganar la liga, o el F.C. Barcelona. Después de un breve paso por la enseñanza, en 2018 hizo el curso de entrenadores para vincularse de nuevo al fútbol. Ahí conoció a Jorge Vilda, quien le propuso unirse a su staff como segunda incluso antes de obtener el título. Desde ese año hasta la actualidad ha estado a las órdenes de Vilda, consiguiendo un puesto de primera entrenadora en la selección sub-17 en 2020, al que renunciaría en noviembre de ese mismo año.
Sorprende que desde la Federación hayan concluido que la mejor opción para llevar el timón es alguien que no tiene experiencia como primera entrenadora.
El mal perder de Jorge Vilda
Jorge Vilda, por su parte, no se ha tomado bien su cese como seleccionador. Tras conocer la decisión, concedió una entrevista “El Larguero” para contar cómo ha vivido toda la situación. Aprovechó las preguntas de Manu Carreño para declarar que considera que ha sido cesado “injustamente”, después de ser “campeonas del mundo”, omitiendo utilizar el masculino para referirse al conjunto femenino, como sí hizo en la celebración tras la consecución del título, por lo que le llovieron muchas críticas.
También utilizó el micrófono de La SER para intentar defender sus aplausos a Rubiales, usando los mismos argumentos que Luis de La Fuente, justificándolos por la presión del momento, pues “cuando aplauden 150 personas es difícil ser el único que no lo hace.» Ahora el asunto está en manos de los abogados. Al ex seleccionador le quedaba un año de contrato, más otros cuatro con aumento de sueldo que le prometió Rubiales en la asamblea, a razón de medio millón de euros anuales, lo que podría suponerle un duro golpe a la RFEF.