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Gagoshidze: el pintor que se mofa de la guerra

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La lucha de pinceles contra pistolas no es de hoy. El mundo está en deuda con los artistas que luchan contra todas las formas de opresión. Esa es la manera de expresarse del pintor georgiano Dato Gagoshidze. El arte siempre ha sido la avanzadilla que ha promovido cambios sociales de gran envergadura diametralmente opuestos a los intereses del poder.

Irrepetible. Quien haya visto un cuadro suyo seguro que reconocerá otro de su mano sin ningún esfuerzo. Formas geométricas simples y colores primarios combinados de forma singular. Rojos carmín y azules lapislázuli se entrelazan para crear un efecto visual con mucha fuerza que no le pasará desapercibido a nadie. Los labios, el cabello y las telas son su seña de identidad.

Con un solo trazo capta la forma y volumen de los labios típicos de las etnias que habitan el Cáucaso guardando las líneas generales del canon bizantino. Esperemos que no se lleve a la tumba el secreto de cómo le da volumen a los labios. Los ojos son un capítulo aparte. Arte naif de crisol caucásico en estado puro.

Retrato de Dato Gagoshidze

El canon bizantino en su interpretación moderna de Gagoshidze

El canon bizantino es omnipresente en el arte en Georgia, tanto en el arte moderno como de otras manifestaciones artísticas que lo impregnan todo desde hace siglos. Si es la primera vez que usted ve pinturas fuertemente influidas por el canon bizantino, es probable que llegue a la conclusión de que los personajes protagonistas del cuadro, pintura mural o fresco estén tristes. No es así. Es la forma de los ojos de los habitantes del Cáucaso.

Dato Gagoshidze, El ocupante, 2020

A pesar de ello, y si usted fija su mirada atentamente, podrá descubrir sosiego, tristeza, alegría y rabia en las telas de Dato Gagoschidze que, magistralmente, expresa con la inclinación de los trazos de las comisuras de la boca o el contorno de los ojos. Solo tiene que detenerse delante del lienzo y permanecer quieto unos segundos para percibir la sutileza de los trazos y cómo varían los sentimientos de los que ve delante suyo. La elección de las telas de la ropa le da un aire ingenuo de niño cándido a todos los protagonistas, donde el color transmite una sensación de paz y harmonía.

Dato Gagoshidze es licenciado en arte por la Academia de Arte de Tiflis (Georgia) y restaurador de iglesias. Y esto no es un detalle menor, porque Georgia tiene en su haber decenas de iglesias de la baja Edad Media con frescos espectaculares que se conservan a día de hoy. Para hacernos a una idea, se conservan frescos de arte sacro con una antigüedad de más de 1400 años. Tiene en su haber numerosas exhibiciones nacionales e internacionales.

Dato Gagoshidze, Ayer (2022)

El pequeño estado de Georgia es consciente del valor de esas pinturas y dota de presupuestos para su restauración, en la medida que lo permiten sus finanzas. Muchas de sus iglesias son patrimonio de la humanidad. Gagoshidze suele estar en los meses de verano restaurando iglesias, algunas de ellas de la Edad Media. Para quien no conozca Georgia, tiene que tener claro que, algunas de esas iglesias están a 2500m de altitud sobre el nivel del mar. Por lo tanto, el restaurador suele estar solo en ese paraje durante meses, donde la luz del sol marca la rutina diaria. No siempre hay tendido eléctrico. Y hace fresco en el mes de agosto.

Cuando se le termina la comida, un helicóptero se la traía hace años. A día de hoy, hacen ese trabajo los drones. Cuando termina la obra, lo vienen a recoger en Land Rover. En ese contexto sin ruido, porque el silencio es casi absoluto, el ulular del viento fuera de la iglesia parece música de fondo y permite una concentración absoluta.

Dato Gagoshidze, El repliegue del ocupante (2019)

Sin electricidad ni internet, el restaurador se torna eremita a tiempo completo durante meses porque se aloja, come y duerme dentro de la iglesia, en muchas ocasiones. La restauración responde no solo a la conservación de patrimonio histórico sino también a la necesidad de sus habitantes de vivir la espiritualidad en un entorno geográfico y social en el que el arte desempeña un papel fundamental.

En los recesos de trabajo en las iglesias, Gagoshidze pinta pequeñas miniaturas en cartón en las que el pan de oro es material fundamental. En las miniaturas se cuelan mensajes oníricos con figuras bíblicas como las ovejas, los peces y el pan. Un pastor que le toca la flauta a una oveja, dos damas con suntuosos vestidos a la deriva en un río repleto de peces.

Fabricar colores con minerales al mortero con Gagoshidze

La restauración debe ser de ser escrupulosamente respetuosa con los materiales ancestrales de ahí que los restauradores georgianos conozcan al dedillo cómo fabricar colores al mortero a través de minerales y aceite de lino cuya fabricación está sujeta a normas y cánones para preservar la obra a restaurar. Esto explica que Gagoshidze emplee, a veces, colores propios creados con técnicas tradicionales en sus cuadros donde tiene plena libertad para elegir colores, formas y temas.

Dato Gagoshidze, Los amigos, 2008

Este conocimiento sobre la fabricación de colores con minerales ha pasado de una generación a la siguiente de artistas. Los espectadores georgianos, sabedores de este dato singular, suelen dedicarle tiempo a la observación de las obras de sus artistas. Y es que cada pintor guarda algún que otro secreto en su paleta. No todos los colores han salido de un tubo de plomo. La riqueza cromática original es algo que el público georgiano aprecia mucho.

Fuerte mensaje de resistencia al opresor

El mensaje de sus cuadros de gran formato es el día a día. La música, el amor, la mujer y la familia tienen un lugar predominante en gran parte de su obra. Ahora bien, el temor constante a ser agredidos por cualquiera de las grandes naciones en sus lindes es algo que está siempre en su subconsciente y en el de muchos georgianos. El cuadro «guardianes» representa una alegoría del estado de vigilancia en medio de los quehaceres diarios como ganarse el pan pescando.

El temor a una confrontación bélica subyace en el imaginario de los ciudadanos georgianos. Es un reflejo de supervivencia en un enclave geoestratégico rodeado de grandes imperios expansionistas. Un pequeño país como Georgia no es capaz de repeler al instante una agresión de Rusia, Turquía o Irán. Las invasiones de unos y otros han sido la constante de la historia. El imperialismo siempre ha acechado a este pequeño país.

Dato Gagoschidze, En el río, miniatura en cartón y pan de oro. (2010)

De ahí que, desde la superioridad del arte, Gagoshidze se mofe de los soldados representándolos con tanques irrisorios de cuyo orificio brotan 6 o 7 soldados apretujados como en una lata de sardinas. O tal vez, robando un wáter hurtado en tierra conquistada. No se pierdan las expresiones faciales de los soldados con uniformes y cascos, pero hastiados y tristes por la misión que les toca cumplir por ley. Muy convencidos de su deber no parecen estar. O asombrados cuando deben huir. La mofa contra todos aquellos que se involucran en guerras es constante, no así de sus víctimas. Así, representa el retroceso del ocupante como soldados en calzoncillos corriendo precipitadamente ante un tanque blandiendo la metralleta desde su cañón. Fueron a por lana y volvieron trasquilados parece querer decirnos.

No parece casual que el color que emplea para representar la congoja de las víctimas sea el negro. El dolor y la angustia vienen retratados en blanco y negro. Este artista suele plasmar el mal en papel de algodón y con grafito. La leyenda de San Jorge que venció al dragón es un relato omnipresente en el imaginario georgiano. Es un tema recurrente en la literatura y también en la pintura georgiana. La sensación de ser víctimas de la ocupación rusa es omnipresente a día de hoy y no solo por los territorios de Abjasia y Osetia que están bajo administración rusa.

Se da la circunstancia que muchos ciudadanos rusos adinerados están comprando propiedad inmobiliaria en lo mejorcito de su capital. Y desde la política nacional no parece haber mecanismos legislativos para frenar la venta de su amada patria. Mientras los ciudadanos georgianos abandonan su terruño por falta de oportunidades laborales, los oportunistas y especuladores de varias nacionalidades hacen su agosto en la perla del Cáucaso, Tiflis. Gagoschidze lucha contra todas las formas de dominación cultural y social armado con su pincel.

Dato Gagoshidze, En la cama, 2021.

A todas las formas de dominación les da forma de animal fantástico, una especie de minotauro de la especie de los reptiles con cabeza canina que asfixia a todos aquellos que solo desean vivir felices. Luchan todos unidos contra el mal y este espíritu de lucha desemboca en la siguiente generación. Un niño carga con una botella gigante en la que han encerrado al depredador después de haber sido apresado por una acción colectiva.

El opresor no es siempre foráneo. A veces, los pintores lo sienten como local. Los artistas siempre lucharon por la supervivencia porque vender nunca fue fácil y ahora no es distinto. Georgia exporta cantidades ingentes de arte y el Ministerio de Cultura se ha erigido en guardián del patrimonio artístico georgiano. Es todo un reto mundano batallar por los papeles de exportación, tarea que corresponde al creador de obra. No me pidan más interpretaciones de estas obras. Párese a mirar y saque sus propias conclusiones.

Pilar Larrañaga

Periodista. Escribe sobre política europea y arte. Las decisiones que se toman en Bruselas y sus efectos sobre los ciudadanos europeos. El arte entendido como eje fundamental en la formación del ser humano.