Ambiente en la Sala Equis el 18 de enero de 2023
Ambiente en la Sala Equis el 18 de enero de 2023
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Huelva sitio distinto: presentación de la nueva marca de la ciudad onubense

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Este miércoles 18 pasamos unas horas invitados a un evento de lo más peculiar. Aprovechando la Feria de Turismo FITUR de Madrid, -una feria de la que hemos hablado recientemente en estas páginas– algunas almas nobles de Huelva se acercaron a la Sala Equis a presentar el nuevo proyecto turístico de la ciudad onubense. 

Entre estas hermosas criaturas se encontraban el alcalde de la propia ciudad, Gabriel Cruz Santana, o el viceconsejero de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía: Víctor Manuel González. Juntos y con la ayuda de algunos artistas y creadores, se propusieron mostrarle a un público formado principalmente por personalidades del lugar y prensa, la apuesta de futuro de la marca Huelva, que pensando en un porvenir verde y renovado se propone la paradójica labor de no renunciar a su pasado. Para todo ello el evento fue presentado bajo el título de “Huelva, la ciudad donde todo comienza” y contó con la intervención de la productora Pirámida y del artista Ichbin Mupi, que realizaron un concierto A/V en el que presentaban esa imagen casi mítica de Huelva con su correspondiente vuelque hacia una perspectiva futurista; modernizada. Asimismo se invitó al chef Xanty Elías (reconocido por la guía Michelín con la estrella verde) a que realizase una reinterpretación y reelaboración de algunos platos considerados tradicionales de la región onubense. 

Quienes conocen la Sala Equis pueden imaginar la disposición del panorama: en la zona elevada de la izquierda se colocaron tanto Pirámida como como Ichbin Mubi con sus respectivas mesas y antes de su intervención, un poco más abajo, en la plataforma anterior de escaleras, tuvimos la del alcalde, que caracterizó a Huelva de “ciudad obtusa” e invitó a los asistentes a considerar esta nueva fase la propia perspectiva de la ciudad. Pero, centrémonos un poco en lo que pasó. Primero de todo, desde la propia apertura Xanty Elías se encontraba a pie de pista con su mesa -también de mezclas- y una cantidad -esta vez sí- obtusa de labores y preparados que fueron repartidos al público cuando no era este mismo el que vaciaba las bandejas en la propia mesa. De este modo, la supuesta muestra (que ya había sido realizada en la ciudad original) adquirió más visos de guateque o convite, en el que, entre finas láminas de mojama y un tartar curado, pudimos escuchar a duras penas el concierto-V/A de los artistas onubenses.

No se extrajo provecho alguno del diseño de La Equis, pues la mayoría de los emplazamientos que tiene para permitir que la gente se siente, se utilizaban como repositorios de bandejitas vacías, improvisados roperos o simplemente depósitos de copas a medio terminar, mientras la mayoría del público se agolpaba en la pista de baile superando con su cháchara entusiasta la sorprendente y bonita composición de Pirámida. Hemos señalado que esta presentación ya se había realizado y de hecho nos atrevemos a apostar que obviando a los invitados de la prensa capitalina incluyó a muchas de las personalidades y asistentes que repitieron en la Sala Equis. De hecho, la diferencia principal es que aquella presentación-intervención, por lo que hemos podido ver y saber se realizó en un teatro, con los espectadores sentados en sus respectivas butacas, dirigidas hacia la pantalla y el escenario, etcétera. 

Dicho rápido y pronto, en la presentación en Madrid de la propuesta ciudad de Huelva fuimos testigos de un fenómeno clásico de nuestro tiempo: la dispersión propia de la multiplicidad de estímulos; la indisposición para dirimir que nos empuja a escoger -sin querer sonar moralistas- lo más próximo e inmediatamente estimulante. ¿Qué fue en este caso lo que más llamó la atención de los asistentes? Evidentemente la comida y la oportunidad de intercambiar contactos, impresiones, nuevas formas de colaboración, placer y disfrute, merendola y jolgorio. La abstracción e intensidad propias de la representación del espíritu onubense que nos proponían Pirámida y Ichbin Mubi quedó en un segundo plano ante el disfrute en primer término de los refrigerios y viandas gratuitas y nos recordaron una cosa que no tiene nada de malo; que somos animales y nos encanta comer rico. 

¿Tiene esta observación una carga moralizante? Puede parecer que sí, pero en realidad sólo pretende recordar a los lectores algo sobre lo que socarronamente nos podrían aleccionar Os Resentidos hace -ya casi- cuarenta años con “Galicia sitio distinto”: que la tradición y la sofisticación futurista se llevan regular. No porque sean irreconciliables, sino porque generan paradojas e imágenes algo hilarantes y en ocasiones tienden a evidenciar las limitaciones de ambos discursos: del conservador defensor de la originalidad y autenticidad de la identidad… Y del liberal, optimista y tecno-ingenuo del capitalismo avanzado para principiantes. El verdadero capitalismo contemporáneo y la nostalgia se llevan fenomenal. También esta escena de bandejas repletas de viandas que apenas recorrían tres metros antes de quedar completamente vacías le recordó a quién suscribe esto a un dato que leyó recientemente en una novela de Sebald sobre ciertas orugas que comen hasta desmayarse. No como un insulto -de nuevo- hacia quienes allí estaban sino como una constatación de la propia naturaleza hedonista y no por ello inadecuada de ciertas criaturas; almas más o menos nobles. Es por esto que la marca Huelva parece, modernizada más o menos con una pátina brillante de luz LED y programación mundo-hacker, condenada a seguir funcionando tan bien como antes. La llamada de la naturaleza, o de la gastronomía según se mire, está ahí y nuestro país sigue disponiendo de unos recursos incomparables para ser considerado territorio-balneario del viejo continente. Pero personalmente no tengo la sensación de que el próximo Sónar se vaya a celebrar en la ciudad onubense. Ostras pero qué bien comimos.

Miguel Pardo Bachiller

Miguel Pardo. Crítico circunstancial. Graduado en filosofía y “especializado” en cuestiones de gestión cultural, crítica y arte. Crítico musical en webs y revistas musicales como Mondosonoro, Binaural o Beatburguer desde hace más de diez años. Seguirán cayendo nuevas inclinaciones e intereses, cada una menos coherente que la anterior. Ermitaño en las redes y community manager.