Un usuario se conecta a la plataforma Netflix. Foto: Eduardo Parra / Europa Press

¿Tiene futuro la publicidad en las plataformas?

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En la plataforma puntera mundial, Netflix, saltaban todas las alarmas. En todo 2022, este servicio anuncia que ha perdido más de 2 millones de suscriptores. La empresa de streaming analiza las causas de este descalabre y culpa de este descalabro a dos factores: La aparición y auge de otras plataformas competencia y el hecho de que, pagando una sola cuenta, sean varios los usuarios que se puedan beneficiar en diferentes domicilios… ¿En serio no se plantearon que si eso lo permitía la plataforma la gente no lo iba a hacer?

Para cortar de raíz esta fuga de clientes masiva, Netflix ha decidido tomar medidas drásticas, como limitar el hecho de que se puedan compartir perfiles, provocando el enfado de mucha gente y, sobre todo, crear un nuevo estilo de suscripción abaratando el coste mensual en 4 euros, dejando la cuota en 5 euros, pero incluyendo publicidad en las películas y en las series que se desean ver. Para que se hagan una idea, sería acercarse al modelo Youtube, donde cada vídeo está precedido y finalizado con uno, dos o hasta tres anuncios y con varios cortes por medio de publicidad dependiendo de la duración del vídeo.

Este modelo que inició la plataforma Youtube no hizo que los usuarios huyeran espantados del portal de vídeos, primero porque estamos hablando de productos mucho más cortos, además de no requerir un pago previo para el uso del portal y, también, porque el mismo servicio te permite saltarte el anuncio pasados unos segundos desde el inicio del mismo. Netflix no sería la primera en hacerlo, dado que otras plataformas como Rakouten TV ya ofrecen este servicio con las mismas normas que Youtube:  Es una plataforma abierta a todo el mundo con películas y series más nuevas de pago y muchas gratis, pero con anuncios y, sobre todo, no hay que pagar cuota de suscripción. En este caso a caballo regalado… pero el problema es cuando, encima, tienes que pagar por ver anuncios, aunque sea mínimo.

Pero la gran pregunta es: ¿Cómo le ha ido a Netflix desde noviembre que se implantó este plan más barato pero con anuncios? La respuesta la hemos sabido estos días, y no es otra que, solo el 1% de las nuevas suscripciones se han acogido a este plan. No ha funcionado.

Pero no es la única plataforma en crisis

Disney Plus también anunció pérdidas de unos 1500 millones y conocido es el caso de HBO, cuya empresa madre, Warner, ha tenido que fusionarse con Discovery, y, como consecuencia, va a replantearse todo su modelo en breve sacando una nueva plataforma conjunta. Obviamente, también han corrido rumores sobre adaptar el modelo con publicidad.

Así como pasó con otros mercados, como por ejemplo el de los móviles en el año 2000, a más oferta, más diversidad y esto hace que los que crecieron muy rápido desciendan y los que llegaron últimos les cueste mucho más llegar a objetivos porque hay que crearle al espectador una necesidad nueva que ya tenían por otro lado. Estamos en esa etapa donde nada cuadra, buscando la fase 3, que es el asentamiento.

Ni la respuesta es sacar mucho contenido de poca calidad, ni poner anuncios

Hay que ser realistas, ni la respuesta es sacar mucho contenido de poca calidad ni poner anuncios, algo de lo que la gente ya está muy resabiada por la televisión tradicional y por Youtube. La diferencia de precio entre el precio de sin anuncios y con es tan solo de 4 euros y es algo que, por muy mal que se vaya de dinero, si se amortiza, el espectador lo paga. Si habláramos de una cantidad mucho mayor ahí cambiaría el cuento.

Creo que es posible que, en un futuro, acaben conviviendo plataformas y anuncios, siempre y cuando imiten al modelo Youtube y no a la televisión convencional. Las plataformas no acabarán siendo televisión clásica por mucho que se empeñe Atresmedia en sus campañas. Bloques de anuncios muy cortos, que no interrumpan demasiado y que puedan pasarse rápido o evitar.

El streming funciona y la gente lo prefiere porque puede elegir su contenido cuando quiera y, aunque los siempre pesados anuncios interrumpan, se puede seguir consumiendo. La publicidad paga la televisión de toda la vida y podría ser el chute dea ciertos servicios para evitar su extinción. Simplemente, la poca habilidad de Netflix al implantarla les ha ido a la contra. Hay que encontrar la manera de que plataforma, espectador y anuncios convivan en harmonía. Pero para eso tiene que asentarse el mercado y asumir que va a haber mucho enfado por parte del cliente hasta que se adapte.