Feministas protestan en Bilbao ante la celebración de un congreso sobre vientres de alquiler./Foto: Las Criadas.

Bilbao acoge un congreso de gestación subrogada en un local municipal y con representación institucional

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El Centro Cultural Alhóndiga Bilbao, que depende del ayuntamiento del PNV, acogerá los próximos días 20,21 y 22 de este mes el I Congreso Internacional de Mujeres y Gestación por sustitución en un nuevo intento de presionar a la Administración para legalizar esta práctica en España. A pesar de que su publicidad está prohibida en nuestro país, las asociaciones que defienden los vientres de alquiler no se arredran y buscan la colaboración de grandes organizaciones internacionales para incidir en la sociedad e inclinar la balanza a su favor. Al encuentro, organizado por Son Nuestros Hijos y su filial en el País Vasco Gure umeen ametsak, se ha sumado Red Libre, una organización internacional de corte transhumanista defensora de la gestación subrogada.

Aunque las organizaciones defensoras de los vientres de alquiler insisten en abrir el debate en España sobre la gestación por sustitución, lo cierto es que esta práctica está perfectamente regulada en nuestro país –está prohibida- y así está recogida en la Ley. El pretendido debate social no existe y los derechos que argumentan estas asociaciones no son más que deseos que chocan frontalmente con los derechos de las mujeres.

Aumentar la presión sobre el Gobierno se perfila como la principal estrategia y para ello quienes defienden esta práctica no dudan en buscar el respaldo académico y el de las clínicas de reproducción asistida que forman parte de un negocio internacional que crece sin parar. Y, a pesar de que se escucha continuamente que esta práctica está normalizada en el resto del mundo, esta afirmación no es cierta. Sólo un puñado de estados –alrededor de 20- permite, total o parcialmente, la gestación subrogada comercial o la denominada altruista, un término difuso porque las mujeres que se prestan a gestar bebés para otros, de una u otra forma, siempre reciben una compensación económica.

El Centro Cultural Alhóndiga Bilbao, de gestión pública, acogerá el I Congreso Internacional de Mujeres y Gestación por Sustitución los días 20, 21 y 22 de julio con “un programa bochornoso tanto para el feminismo como para la Academia porque es indefendible una práctica que es un violación a la dignidad y a los derechos humanos de las criaturas y de las mujeres”, señala Ana Trejo Pulido, fundadora del proyecto Stop Vientres de Alquiler.

Ana Trejo (izquierda) y Teresa Domínguez, integrantes de la Plataforma Stop Vientres de Alquiler./Fotos cedidas.

El programa del encuentro, en el que participarán varias mujeres que han gestado bebés para terceros, contará con mesas en las que se abordará esta práctica desde el Derecho y otras disciplinas académicas así como con el testimonio de varias familias formadas a partir de hijas e hijos nacidos por vientres de alquiler. Y, aunque partidos políticos como el PSOE se declaran contrarios a esta práctica, una de sus concejalas en el ayuntamiento de Polanco (Cantabria), Aurora Hernández, considera “todo un honor” participar en una de las mesas en las que se hablará de Derecho y Políticas Públicas, según ha comentado en redes sociales.

 “No tengo ninguna duda de que si esta gente es capaz de pagar por comprar un ser humano y hacer pasar a una mujer por todo lo que supone un embarazo ante el capricho de tener un hijo biológico, tiene intereses económicos muy fuertes en que esta industria salga adelante” sostiene Trejo quien considera que las mujeres que han gestado para terceros y ofrecerán su testimonio en este congreso “han sido pagadas por defender lo indefendible”.

De la misma opinión es Teresa Domínguez, integrante también de Stop Vientres de Alquiler y socia fundadora de FeministasRadicales.es para quien esta cita “no es otra cosa más que un blanqueamiento de la explotación reproductiva” y apunta que “cualquier contrato de gestación subrogada impide los testimonios de las mujeres salvo que cuenten con la autorización de los compradores”.

Sobre los perfiles de estas intervinientes asegura que algunas forman parte de organizaciones de las que cobran por expandir opiniones favorables sobre la gestación por sustitución, otras parecen ser mujeres que han accedido a ser madres de alquiler empujadas por la necesidad económica y participan también quienes, a partir de un embarazo para terceros, han montado sus propias agencias.

Protestas feministas

Esta es la segunda vez en los últimos dos meses que Bilbao acoge eventos en torno a la gestación subrogada. La primera vez fue en junio cuando la Asociación Nacional de Clínicas de Reproducción Asistida (ANACER) introdujo en su congreso una mesa redonda sobre vientres de alquiler. El próximo jueves se dedicarán tres días a hablar sobre una práctica que supone la explotación reproductiva de las mujeres de la mano de las asociaciones que defienden la obtención de bebés tras la firma de contratos de subrogación.

Las feministas vascas, organizadas en torno al grupo conocido como Las Criadas (en recuerdo de la novela distópica  creada por Margaret Atwood), han solicitado amparo al Ararteko (defensor del pueblo en el País Vasco) para que se impida la realización de este congreso y han enviado cartas al centro La Alhóndiga, de titularidad municipal y gestión privada, en las que piden explicaciones sobre la utilización de sus instalaciones para la realización del congreso a pesar de que la difusión de estas prácticas es ilegal en España.

La respuesta del centro, ante la avalancha de quejas recibidas, ha sido enviar un mensaje a todas las denunciantes en el que informa de que su queja ha sido descartada y, al mismo tiempo, modificar el canal de denuncias de su web para convertirlo en una herramienta de uso interno para su plantilla.

El Ararteko, por su parte, ha contestado a la asociación feminista que «en este momento existe un controvertido debate social, en muchos aspectos aún legalmente abierto […] entre quienes defienden
una regulación legal que ampare la libre voluntad de algunas mujeres para gestar bebés cuyos progenitores serán otras personas distintas a la madre que los gestó por voluntad de ella misma,
y entre quienes sostienen, por el contrario, una postura de radical interdicción y penalización de esa fórmula de filiación, que se considera una forma ilícita de comercio humano y de explotación mercantil de las mujeres
«.

Por lo tanto, insta a Las Criadas a organizar un encuentro similar al que se inaugurará el próximo jueves para equilibrar posturas. La respuesta del Arteko ha despertado la indignación de las feministas vascas puesto que, en estos momentos, no hay ningún debate legal abierto sino una Ley que considera esta práctica ilegal en España. Las Criadas han anunciado concentraciones frente a la Alhóndiga los días 20 y 22 para protestar por este congreso.

Conexiones internacionales

Este encuentro cuenta, en esta ocasión, con la colaboración de la Red Latina de Investigadores en Biotecnologías Reproductivas (REDLIBRE) formada por un grupo multidisciplinar e interuniversitario de investigadoras e investigadores de Europa (España, Italia y Portugal) y América Latina (Argentina, Brasil, Chile, México y Uruguay) especializados en biotecnologías relacionadas con la reproducción humana.

Entre las universidades españolas que aportan investigación a esta Red se encuentran la Complutense de Madrid, la Universidad de Barcelona, La Universidad Autónoma de Barcelona, La Universidad Pompeu Fabra, la Universidad Nacional de Educación a Distancia y la Universidad Nebrija. Y junto a expertos en distintas disciplinas universitarias, también forman parte de esta red personas con intereses directos en clínicas de reproducción asistida e integrantes de la Sociedad Española de Fertilidad, una asociación privada cuyo presidente se ha mostrado abiertamente favorable al cambio de legislación en España para legalizar los vientres de alquiler.

En la web de REDLIBRE puede leerse, entre sus objetivos, crear un nuevo orden social a través de la aplicación de la tecnología y en su ciclo de seminarios titulado Bioeconomías reproductivas los conceptos utilizados no dejan lugar a dudas sobre la intención de construir un gran mercado internacional de creación de seres humanos a partir, entre otros, de la utilización de vientres de alquiler.

Con denominaciones como Vida seleccionada: la economía española y la creación del buen futuro, ¿Y un caribeño que es?, La producción de la raza en la clínica de fertilidad o Nuevas rutas de la ‘seda’ reproductiva: movilidad transnacional de ovocitos entre países europeos y de Europa a Brasil, entre otros, podría decirse que es “puro eugenismo y puro racismo” como señala Berta O. García, copresidenta del CIAMS (Coalición Internacional para la Abolición de la Gestación Subrogada).

Precisamente, en el seminario número 8 incluido en este ciclo impartido en su totalidad en la Universidad Complutense de Madrid, participaron en octubre de 2022 Eduardo Chaperón y Pablo Bilbao, representantes de las asociaciones españolas Son Nuestros Hijos y su filial en el País Vasco  Gure umeen ametsak, organizadoras del congreso en Bilbao. Y, en el número 5 con el título La gestación por sustitución en situaciones de conflicto, el ponente fue Santiago Agustín, cofundador de Interfertility que se presenta como la mayor agencia de vientres de alquiler de Europa.

Diferentes cifras

Los datos oficiales recabados por los consulados españoles en el extranjero entre 2010 y 2021, aseguran que “se registraron un total de 3.273 bebés nacidos en el contexto de contratos de subrogación”, según recoge Ana Trejo Pulido en su libro En el nombre del padre. Explotación reproductiva de mujeres y venta de seres humanos en el siglo XXI (Serendipia, 2023). La misma autora confirma que los datos aportados por el Ministerio de Justicia indican que durante el año 2022 han sido 246 bebés. La suma, en estos últimos doce años alcanza una cifra de 3.519 criaturas.

Nuria González López, abogada

Nuria González López, abogada especialista en derechos humanos, recoge en su libro Vientres de alquiler. La mala gente (Luz y Taquífrafo, 2021) una cifra global de 4.559 bebés nacidos por gestación subrogada de ciudadanos españoles entre 2010 y 2021, según los datos ofrecidos por las propias organizaciones. Sin embargo, estas mismas asociaciones hablan en sus apariciones públicas de 10.000 niñas y niños en nuestro país nacidos a través de vientres de alquiler. ¿Dónde están registrados?, es la pregunta que se hacen las investigadoras. 

Testimonios directos recogidos por estas expertas apuntan a que un número indeterminado de bebés llegan a España y otros países occidentales como adopciones internacionales “fruto de la venta de embriones sobrantes de otras parejas”, señala Teresa Domínguez. Es decir, “se están implantando embriones en barrigas del tercer mundo para compradores que ya no tienen que pasar por el proceso de compra de óvulos, inseminación y fertilización y a los que no les importa demasiado la genética si consiguen un bebé a menor precio”, explica Domínguez.

Una vez nacida la criatura, los compradores lo registran como una adopción internacional. En España, “se supone que la Fiscalía estaba investigando estos procesos pero, sorprendentemente, no sabemos nada de sus actuaciones” apunta la integrante de Stop Vientres de Alquiler.

Altruismo

El escándalo que suscitó en 2018 algunas informaciones sobre las condiciones de las mujeres ucranianas que firman contratos para el alquiler de sus vientres ha obligado a los defensores de la gestación subrogada a cambiar sus discursos y dirigirlos hacia las bondades de esta práctica en países como Estados Unidos o Canadá, destinos que no están al alcance de cualquiera por su elevado coste. “El discurso es muy hipócrita” –señala Teresa Domínguez- “porque los compradores canadienses se van fuera de su país a conseguir sus bebés a pesar de que Canadá permite la modalidad altruista porque no hay mujeres que quieran gestar gratis”.

Esta experta, autora del blog letrasescarlata.org, explica que las mujeres canadienses no pueden cobrar por gestar bebés dentro de su país pero “sí pueden recibir compensaciones económicas desde el extranjero por eso los compradores de otros países eligen Canadá para conseguir sus bebés pero los nacionales los buscan fuera”.

El nuevo Código Deontológico de la profesión médica presentado el pasado mes de marzo ha mostrado su rechazo a esta práctica “siempre que esté supeditada a una remuneración pero sí ha abierto la puerta cuando se trate de una acción altruista y cumpla varios criterios” recoge Redacción Médica. Según esta publicación profesional, el artículo 65.1 de la nueva guía ética de los médicos reconoce que la gestación por sustitución con contraprestación económica es contraria a la deontología médica ya que “la comercialización del cuerpo de la mujer vulnera su dignidad”, señala.

Sin embargo, los mismos profesionales sí avalan esta práctica “cuando se trate de una acción altruista en la que no haya dinero por medio” y deberían, además, cumplirse tres condiciones: “que se preserve la dignidad de la mujer, que se mantenga el interés superior del menor y que se regule y se controle a través de la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida”.  La delegación española llevará al Consejo Europeo de Órdenes Medicas (CEOM) su modelo altruista a la próxima reunión en la que se intentará llegar a un acuerdo en Europa sobre la gestación por sustitución.

Todas las expertas consultadas aseguran que la gestación altruista no existe porque, de alguna u otra manera, las mujeres siempre reciben compensaciones económicas por “las molestias generadas” y, cuando las cantidades no superan las expectativas, no existen mujeres que accedan a gestar para terceros. Es el caso de Grecia, con una legislación altruista donde las gestantes ‘disponibles’ no son del país heleno sino de Bulgaria, Polonia, Georgia, Albania o Rumanía.

En Portugal, que tras varios intentos, aprobó en el Parlamento su ley de subrogación aunque no se ha desarrollado su reglamentación, sólo se ha dado un caso con embarazo fallido entre una madre y su hija. Finalmente, en el Reino Unido con una legislación altruista, la mujer recibe una ‘compensación por gastos razonables’ de entre 12.000 y 20.000 libras.

Todas las fuentes consultadas contrarias a la explotación reproductiva se cuestionan por qué sólo se pide a las mujeres que pongan su cuerpo a disposición de terceros de forma altruista si clínicas de reproducción, médicos, agencias y abogados cobran por sus servicios. 

Tuit publicado en Twitter por Aurora Hernández, concejala socialista en Polanco (Cantabria). /Foto: Twitter.

Partidos políticos

La elección de Bilbao para la celebración del I Congreso Internacional de Mujeres y Gestación por Sustitución no es una casualidad. Esta práctica prohibida en España cuenta también con sus defensores dentro del arco parlamentario, dos de ellos en esta comunidad autónoma. El Partido Nacionalista Vasco (PNV) se ha mostrado en más de una ocasión a favor de su aprobación, al igual que Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y el PDECat. Todos se mostraron favorables a la proposición de Ley que Ciudadanos presentó en 2017. A ellos se ha unido también  EH Bildu.

El Partido Popular ha cambiado de opinión en los últimos meses. En 2017 votó en contra de la propuesta del partido naranja por mostrarse “absolutamente contrario a que se pueda usar de forma mercantil el vientre de una mujer” según expresó Rafael Hernando, entonces portavoz en el Congreso. Sin embargo, el pasado mes de marzo, Núñez Feijoo abogaba por la apertura de un “debate” sobre la gestación subrogada siempre que “en ningún caso” exista ningún tipo de negocio económico.

Es conveniente recordar que este giro en las filas del partido conservador coincide con la entrada en el negocio de las clínicas de reproducción asistida de los Aznar-Botella. El hijo mayor de la pareja registró en 2017 la compañía Mistral Fertility Clinics S.L. con un capital inicial de 3.000 euros. En 2018 la pareja Aznar-Botella entra en el negocio con una ampliación de capital de dos millones de euros.

El caso de Podemos es singular. Mientras en manifestaciones públicas de la ministra de Igualdad, Irene Montero, se muestran totalmente contrarios a los vientres de alquiler, los hechos dicen otra cosa. En el Consejo de Participación de las personas LGTBI dependiente de la Dirección General de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI del Ministerio de Igualdad, figura como representante de las organizaciones sociales la Asociación de Familias LGTBI Galehi, firme defensora de los vientres de alquiler.

Este mismo órgano, además, cuenta con Marina Echebarría Sáez en la presidencia, favorable a la explotación de mujeres mediante gestación subrogada integrada, en la actualidad, en el núcleo más cercano a la propuesta de Sumar con Yolanda Díaz. Junto a la lideresa de Sumar han tomado posiciones también Más Madrid y Más País, favorables a la gestación subrogada.

Ante la próxima celebración del congreso en Bilbao, organizaciones feministas contrarias a la explotación reproductiva de las mujeres y el comercio de bebés han emitido varios comunicados en los que denuncian “la inacción de las administraciones públicas, gobierno estatal y autonómico del País Vasco, poder judicial y partidos políticos estatales y autonómicos” como señala el compartido por la plataforma Stop Vientres de Alquiler, CIAMS, La Red Estatal contra el Alquiler de Vientres (RECAV), Las Criadas y la organización No Somos Vasijas para la recogida de firmas.  

En la misma línea y con la intención también de sumar adhesiones, las feministas vascas organizadas en @LasCriadas (cuenta en la red social Twitter) mantienen activo en internet otro manifiesto en el que exigen que ”se cumpla la prohibición de publicitar y promocionar la venta de bebés en nuestro territorio y en el Estado así como cualquier gestión que se lleve a cabo para facilitar este comercio y no se permita que se celebre en nuestra villa este congreso”.

Cristina Prieto

Periodista e investigadora con más de treinta años de experiencia. Integrante del equipo español del Proyecto Monitoreo Global de Medios (GMMP), un estudio internacional para conocer la presencia de las mujeres en las noticias. Coautora del libro Nietas de la Memoria.