Mona Heydari, tenía 17 años cuando fue asesinada por el hombre con el que se casó cuando tenía 12. Tras años de maltrato huyó de su país. Su marido y su padre fueron a buscarla y la llevaron a casa. Su esposo se paseó en público con la cabeza cercenada

Cuando la sangre de las mujeres pretende restaurar el ‘honor’ familiar 

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Cada año se registran cerca de 5.000 crímenes por honor en el mundo, aunque se estima que las cifras son muy superiores. Casi la mitad, unos 2.000, ocurren en India y Pakistán, según un informe de la Red de Concienciación sobre la Violencia Basada en el Honor. En Europa también suceden. En Albania, Chechenia, Italia o Grecia lo ‘justifican’ bajo el ‘romántico’ término de crímenes pasionales. «Las mujeres llevan el peso de este tipo de castigos porque son ‘guardianas’ de la familia o del honor de la comunidad”, dice una asociación de Derechos Humanos. Por honor, una manera más de justificar la muerte de las mujeres en cualquier rincón del planeta.

Los crímenes por amor es una práctica especialmente habitual en los países del sur de Asia, como Afganistán y Nepal, donde el concepto de honor está profundamente arraigado en la cultura y la tradición. Sin embargo, no se trata de una cuestión meramente geográfica. En torno a 5.000 asesinatos al año bajo la excusa de «por honor» se registran cada año en el mundo. Una manera más de justificar la muerte de las mujeres. Cerca de 2.000 feminicidios anuales se llevan a cabo sólo en la India y Pakistán. Muchos estados no los reconocen como tal y por ende, no se diferencian de los asesinatos comunes, según la Red de Concienciación sobre la Violencia Basada en el Honor (HBVA, por sus siglas en inglés). 

Los crímenes por honor en Oriente Medio 

También en otros países de Oriente Medio se registra un elevado número de estos casos, especialmente en las zonas tribales. En esta región, incluidos los países árabes del norte de África, Irán y las minorías no árabes dentro de los países árabes, como el Kurdistán, se registra un alto nivel de crímenes por honor. En estas zonas en las que la sharía impera sobre la legislación y es mezclada con la cultura popular es muy probable que los códigos legales dictaminen penas reducidas para los crímenes motivados por el ‘honor’ o más bien la ‘deshonra’. 

Sin embargo, tal y como matiza la HBVA en un informe sobre el tema en cuestión, “los crímenes por ‘honor’ se derivan de los códigos penales del Imperio Napoleónico, que legislaban los crímenes ‘pasionales«. En 2002, la región iraquí del Kurdistán eliminó la disposición que preveía penas más leves para los asesinos por motivos ‘honorables’, aunque sigue en vigor en el resto de Irak.

Perdonar por dinero

Siria ha aumentado recientemente de uno a dos años la pena mínima para los asesinos por motivos de honor -sobre todo desde el inicio el conflicto armado n el año 2011 este tipo de crecido han ascendido en volumen-. Y Palestina ha eliminado recientemente la disposición que heredó de la legislación jordana a raíz de un asesinato especialmente truculento. 

Pero, estos cambios tienen una funcionalidad limitada si no son aplicados por el sistema de justicia penal, que puede seguir tendiendo a pasar por alto los asesinatos y excusar a sus autores. La disponibilidad de penas reducidas hace que los asesinatos que tenían motivos económicos o de otro tipo se representen como relacionados con el honor, de modo que los autores de delitos no relacionados puedan beneficiarse de las penas reducidas aplicadas al honor. 

Por otro lado, en ciertos países como en Pakistán, por ejemplo, las tasas de condenas son muy bajas debido a las leyes de compensación monetaria, que permiten a los familiares perdonar a los autores del crimen, que quedan libre de cargos a cambio de una suma de dinero.

Ridículas penas de cárcel

Por su parte, en Afganistán la legislación establece que, “el que descubre a su esposa o a una de sus familiares cometiendo adulterio y la mata o hiere, queda exento de pena”. 

O un caso reciente en Irán, un tribunal ha condenado a siete años y medio de cárcel a un hombre  que decapitó a su esposa, Mona Heydari, de 17 años y con la que se casó cuando ella apenas tenía 12 años. Posteriormente, se paseó en público con la cabeza cercenada en febrero de 2022. Heydari tenía un hijo de años en el momento de su asesinato. La iraní había huido a Turquía antes de que su padre y su esposo la trasladaran de vuelta a Irán para su muerte. 

El caso de Mona Heydari abrió un debate esencial dentro de la sociedad iraní: un padre que es capaz de matar a su hija de 14 años por honor cumpliría una pena de 8 años de cárcel, mientras que una mujer que se quite el velo islámico es condenada a 24 años de prisión.

Cambios en la legislación

Los cambios legales son necesarios en la región de Oriente Medio si se pretenden imponer medidas de protección eficaces y poner fin a la cultura de la impunidad. No obstante, como relatan en el informe las ONGs asentadas en la zona, los niveles siguen siendo altos y aparentemente están aumentando. ¿Por qué?

Según la organización Human Rights Watch para Oriente Próximo y norte de África, “las mujeres llevan el peso de este tipo de castigos, ya que son percibidas con mayor frecuencia como ‘guardianas’ de la familia o del honor de la comunidad”. Es el caso de Aisha que, a sus 26 años de edad le hubiera gustado ser profesora pero, al ser la menor de tres hermanos y dos hermanas, el destino jugó en su contra

Insultos, vejaciones y palizas. La historia de Aysha

Como otras tantas mujeres en Oriente Medio, esta joven de Jerash, provincia situada al norte de Amán, contrajo matrimonio con un hombre dos décadas mayor que ella. No fue una ceremonia por amor sino más bien un acuerdo entre familias y el punto final para sus aspiraciones personales. 

Los primeros meses tras el enlace pasaron entre insultos y vejaciones. Seguidamente, llegaron los malos tratos físicos hasta que una mañana, con el cuerpo amoratado, la joven abandonó su hogar familiar.

Cuando conocí a Aisha, en el año 2017, caminaba lentamente por el casco antiguo de Amán con el rostro fijo en el suelo. Vestía un hijab aunque hacía tiempo que había dejado de rezar. Apenas llamaba la atención entre los viandantes que transitaban a su lado. Su rostro aniñado, tímido, y su voz tenue ocultaban las miserias de una corta vida que la había castigado con la peor de las fortunas, la deshonra familiar. 

Sus familiares y amigos, la condenaron a muerte, a vivir escondida, al ostracismo social. Laila Naffa, directora de la ONG Arab Woman Organization, ubicada en Jordania, recordaba entonces que, “en ocasiones es difícil encontrar pruebas que incriminen a la familia, vecinos o amigos. Muchos de los crímenes por honor se califican como suicidios. Se cayó desde un quinto piso, caso cerrado”. 

Jordania. 2017 / Foto: Beatriz Yubero

Y es que, la normalización de estas acciones criminales desvela un profundo problema de salud pública que debe atajarse desde diferentes perspectivas siendo la primordial, la Educación

Los crímenes por honor y la tradición

Atendiendo a un estudio publicado por la socióloga turca Duygu Asena, “estos crímenes tienen que ver con la construcción de la masculinidad y los procesos de socialización” por lo que la Educación cumple un rol esencial en el fomento o prevención de este tipo de crímenes. También tienen un importante papel las autoridades policiales y jueces, encargados de intervenir y enjuiciar este tipo de delitos, más teniendo en cuenta que en algunos países estas costumbres se han convertido en ley.

Por otro lado, la virginidad de la mujer sigue considerándose muestra de honor y orgullo para el padre o futuro marido en este tipo de sociedades, sin embargo, alrededor del 80% de las mujeres asesinadas suelen ser vírgenes. Esto desvela que detrás de muchos de los crímenes se esconden otras motivaciones o que, simplemente, en la mayoría de los casos se basan en rumores infundados.

Asesinada por su hermano por ser violada por otro hermano mayor

Rana Husseni, escritora y periodista árabe, ha investigado durante una década investigó este tipo de crímenes en Jordania. Su libro, Asesinato en nombre del honor, proyecta varios de los casos que siguió de cerca, especialmente el de una joven de 16 años que fue asesinada por su propio hermano después de que su familia descubriera que había sido violada por otro de los hermanos mayores. 

“En nuestra sociedad tradicional el estatus de la familia depende del honor de la mujer, por lo que cualquier cosa que le suceda les deshonrará. Desafortunadamente, algunos creen que la limpieza del honor familiar sólo puede restaurarse mediante una bala o un cuchillo”, explica a esta periodista. 

No obstante, sin perder la esperanza de que, algún día esta situación pueda variar, destaca como ejemplo el caso de Líbano, en el que las campañas mediáticas y las manifestaciones de activistas consiguieron que, en el año 2011, el gobierno libanés aboliera el artículo del código penal sobre crímenes de honor que amparaba los asesinatos de mujeres. 

Desde entonces, el continuo trabajo de las ONG’s que luchan a favor de los derechos de las mujeres en el país están, poco a poco, consiguiendo cambiar las tradiciones y normas sociales.

Crímenes por honor en Occidente

Por su parte, y aunque no lo parezca tanto en Europa como en América estos crímenes por honor, que parecieran silenciados, se dan con mayor frecuencia bajo el concepto de crímenes pasionales. 

Cabe recordar que en muchos casos los crímenes por honor no están relacionados con la religión sino con la tradición, la cultura general. Algunos países que han presentado un elevado número de crímenes por honor en Europa del Este han sido Albania, Chechenia o países mediterráneos como Italia y Grecia, según un informe publicado por la HBVA.

Patriarcado

A pesar de que en la Europa occidental este tipo de asesinatos se asocian a las poblaciones de inmigrantes que pretenden hacer prevalecer la supervivencia de sus sistemas patriarcales, muchos países del norte de Europa y escandinavos también se han visto obligados a desarrollar estrategias de protección para víctimas potenciales. 

También se han registrado crímenes por honor en Norteamérica, Canadá y Australia en poblaciones inmigrantes. En estas regiones, parece haber una respuesta menos organizada a la violencia de honor como un fenómeno más reciente, que se encuentra en las primeras fases de reconocimiento.

No obstante, cabe recordar tanto a la sociedad como a los Gobiernos que lideran estas sociedades que, no existe ningún tipo de honor en matar. 

Beatriz Yubero Parro

Periodista. Ha trabajado como corresponsal en varios países de Oriente Medio y Europa. También junta letras en economía y otros sectores especializados. Puedes localizarla en @b_yubero.