Ousmar Umar en Guinea, rodeado de los niñas y niñas que aprenden informática y programación gracias a la labor de la ONG Nasco Feeding Minds, que fundó en Barcelona en 2012.
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«La migración no se controla, se educa. No hace falta saltar vallas ni naufragar en pateras»

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Ha pasado por secuestros de la mafia del desierto, sobrevivió a dos naufragios y, en el tercer viaje de 48 horas en un ataúd flotante y sin saber nadar, finalmente llegó a España. Ousman Umar es un ghanés que, por su historia, seguramente debería estar muerto varias veces, pero como él mismo dice: «Vine por un destino». Y lo está viviendo sin descanso.

Ousman Umar solo sabe que nació un martes. En su tribu es así, solo sabes el día de la semana en el que vienes al mundo. En su caso, lo importante fue sobrevivir al dramático hecho de que su madre también muriera ese martes en el parto, lo que es considerado un pecado, el recién nacido también debe morir. Sus creencias dicen que «un bebé que asesina a su madre, qué no hará cuando sea mayor». Pero tuvo la suerte de que su padre era chamán y nadie lo tocó. Solo llevaba unas horas en el mundo y ya había esquivado una vez la muerte.

«En Ghana nunca pasé hambre, en mi aldea había dos ríos, uno para beber y otro para lavarse, es verdad que en tiempos duros desayunaba, almorzaba y cenaba mango, pero no pasé hambre».

Ousmar Umar, CEO de la empresa social NascoTech, que ha logrado que 14 jóvenes ghaneses trabajen desde su país para empresas españolas recibió el Premio Princesa de Girona 2021 en su categoría social. En la imagen, con los reyes Felipe y Letizia en un besamanos en el Palacio Real.

«La sangre de un negro peor que la de un perro»

Ghana es una democracia relativamente joven, un país en construcción, con una población de alrededor de 28 millones de personas al norte de África, pasando por el desierto de Sáhara. De las 46 personas que salieron con él en su viaje en busca de una vida mejor solo seis llegaron a Libia, 40 muertos en tan solo tres semanas.

«Descubrí que era negro en Libia. En una ocasión del viaje sangré mucho por la nariz y al llegar al puesto militar me dijeron que no me podían tocar por ser negro. Mi sangre era peor que la de un perro, que es el animal peor visto en Libia. No me quisieron tocar ni siquiera con guantes».

En Libia estuvo 4 años, sobrevivir allí siendo negro es un milagro. Consiguió reunir 1.800 dólares para seguir el viaje pero volvió a caer en la mafia. Túnez, Argelia, Mauritania, Marruecos… tomó por segunda vez la patera. Todos murieron, incluido su mejor amigo. Navegaron sin rumbo por ese inmenso cementerio hasta llegar a Málaga.

Pasó dos meses comiendo basura hasta que llegó a Barcelona. Ese día no se le olvida, 24 de febrero del 2005. Y conoció a Montse, una señora catalana que, junto a su esposo, acabaron adoptándole.

Ousmar Umar con su tribu en Ghana.

Un currículum excepcional

Dice Ousman Umar que es necesario darle voz a todos los que vio morir y alimentar las mentes del continente africano, nadie debe sufrir el horror que ha pasado. Entre 2005 y 2013 pasó todo el sistema educativo, estudio Administración y Dirección de Empresas (ADE), Marketing, Relaciones Públicas, hizo dos años de Químicas. Por si fuera poco, terminó estudiando un posgrado de Dirección y Cooperación internacional en el prestigioso ESADE Bussines School de Barcelona, institución ligada a los jesuitas y a la Universidad Ramon LLul.

En 2019 publicó el libro Viaje al país de los blancos (Plaza & Janés). No pudo elegir un título mejor, pasó cinco años de su adolescencia atravesando África, cruzando el desierto del Sáhara a pie y el mar Mediterráneo en patera persiguiendo un sueño: llegar al país de los blancos.

«La educación es la herramienta para cambiar el mundo»

Su currículum deja anonadado según lo vas repasando: En 2012 fundó su propia ONG en la ciudad condal, la Nasco Feeding Minds, que como su propio nombre indica tiene el objetivo de alimentar mentes. ¿Cómo? Creando aulas informáticas en escuelas rurales de Ghana y brindando soluciones al problema de la inmigración. Hoy por hoy beneficia a 23 escuelas habiendo creado ocho aulas informáticas. Durante la entrevista con Crónica Libre, Umar expresa su convicción de que «la educación es la herramienta para cambiar el mundo».

«Mi objetivo es alimentar las mentes, no los estómagos. Llevamos 77 años con la ayuda humanitaria y billones de dólares invertidos, pero África sigue siendo el continente más pobre»

Su organización nació hace ahora diez años con la compra de 45 ordenadores, los pagó con su sueldo de mecánico de bicis. Desde entonces, más de 20.000 niños y niñas han aprendido informática y programación. La formación comienza a los 10 años y acaba cuando cumplen los 18. Este curso académico ha escolarizado a casi 7.000 alumnos repartidos en sus más de cuarenta escuelas.

Ousmar con sus padres catalanes, Montse y su marido le adoptaron cuando llegó a Barcelona en 2015 y le dieron una educación. «Yo volví a sentirme persona en Barcelona, con Montse y su esposo, cuando me volvieron a dar cariño».

Premio de la ONU, Princesa de Girona y de la reina Isabel II

Esta labor le ha llevado a ser reconocido con el premio Commonwealth de la Reina Isabel II para emprendedores sociales. No es el único, en 2021 fue premiado con el Premio Princesa de Girona en su categoría social. Umar cuenta también un reconocimiento por parte de la ONU. Su discurso en la ceremonia de entrega emocionó a todos los asistentes.

«Traje a mi hermano desde Ghana para que recibiera el premio a mi lado. Él ha tardado cinco horas en llegar. Yo tardé cinco años en llegar aquí. No hace falta saltar la valla de Melilla ni de Ceuta; los inmigrantes no deben tomar pateras, alimentando mentes podemos salvar sus vidas desde casa».

Cuando llegó a España con 17 años hablaba árabe, inglés y dialectos como waka, asante o hausa. Su español hoy es casi perfecto, con un acento muy dulce. Tras un viaje de 21.000 kilómetros en los que vio morir a casi todos sus acompañantes en el desierto o en el mar, sigue soñando con crear un Silicon Valley en su país. Con ese objetivo creó hace apenas 10 años la empresa social NascoTech, que ha logrado que 14 jóvenes ghaneses trabajen desde su país para empresas españolas.

«El talento no tiene color. Mi meta es demostrar al mundo que realmente la inmigración tiene solución y el día de mañana podamos decir que no hay catorce, sino cuarenta, cuatrocientos o cuatro mil chicos de Ghana trabajando para empresas extranjeras desde su país. Ese es el Sillicon Valley que elegimos, el que vamos a crear».

«La inmigración es un derecho»

En 2022 Ousman Umar fue uno de los ponentes del Congreso Mundial de Educación, Tecnología e Innovación EnlightED, que se celebra cada año en Madrid y que reúne a los más destacados expertos internacionales en educación, tecnología e innovación para reflexionar sobre los retos planteados en el campo del aprendizaje y extraer conclusiones prácticas en torno al gran debate sobre la educación en la era digital.

Oumar Umar también se dedica a dar charlas y participar en importantes conferencias. En 2022 fue uno de los ponentes del Congreso Mundial de Educación, Tecnología e Innovación EnlightED, que se celebra cada año en Madrid y que reúne a los más destacados expertos internacionales en educación, tecnología e innovación.

Esa es una de las obsesiones de Umar: Desmontar el paradigma de llegar al paraíso. «El paraíso está en tu mente, a partir de ahí todo es posible, el paraíso es tu hogar, eso hace la salvedad, en países donde no hay guerras, peligro de morir de hambre», dice.

«La inmigración es un derecho. Todos tenemos derecho a marcharnos de donde no estamos a gusto. Yo volví a sentirme persona en Barcelona, con Montse y su esposo, cuando me volvieron a dar cariño. Tenemos que entender que lo que no es correcto es cómo llegamos aquí y pensar que los inmigrantes vienen a quitarnos el trabajo y saturar la salud pública. Esa gente ni siquiera se detiene a pensar lo que dicen, si trabajamos no podemos saturar la sanidad porque pagamos por salud, o una cosa o la otra».

Antes del 2007 no se hablaba así de los inmigrantes. Solo en Ghana hay 41 tribus y etnias distintas, África cuenta con 58 países, hay que buscar nuevos mecanismos para ayudarlos. Ghana tenía tanto oro que cuando llegaron los británicos le llamaron Gold Coast (Costa de oro). En 1957 se independizó y le cambiaron de nombre. ¿Cómo van a decir que en África, con esa tierra tan fértil, van a morir porque no pueden traer granos de Ucrania? Por favor… Ousman tiene la clave al hablar de países en guerra o dictaduras: «Hay que buscar soluciones desde dentro«. Sabe que nada es sencillo, pero su historia demuestra que no hay imposibles.

Ousmar Umar nació un martes en una tribu en Ghana donde no tenía futuro y hoy da conferencias en los más prestigiosos Congresos y recibe los más importantes premios sociales, como el Princesa de Girona 2021. Su ONG Nasco Feeding Minds ha enseñado informática a más de 20.000 niños en Ghana y 14 jóvenes trabajan desde allí para empresas informáticas.
Ousmar Umar durante su entrevista con Crónica Libre. Foto: Andreína Mújica.