Por Eliana Paniagua @60líneas
En julio del año pasado, una joven hizo una denuncia en Protex (Procuraduría de Trata y Explotación de Personas), con ella, se inició una causa en el fuero Federal. La joven había sido convocada para realizar un casting en Lanús donde se buscaban bailarinas para trabajar en discotecas de Ankara, en Turquía. “Encontró algo extraño en el contrato y decidió denunciar, por eso se inició la investigación”, confirmó a Crónica Libre el juez Federal Luis Armella, a cargo de los procedimientos para desbaratar la organización.
STUDIO New Concept
Las víctimas, de entre 18 y 30 años, eran atraídas a una oficina improvisada llamada “STUDIO New Concept” en Anatole France al 1800 de Lanús. Les prometían el trabajo de sus sueños: en Turquía, con sueldo en dólares y con los pasajes y hospedaje pagados. Sin embargo, las chicas se encontraban con otra cosa: eran explotadas sexualmente en cabarets donde debían hacer shows y presencias. Cuanto más tiempo pasaban con los clientes, más dinero recibirían. Se calcula que los integrantes de la banda recaudaban alrededor 400 dólares por semana.
El 3 de septiembre, Armella solicitó a la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y a Gendarmería, la detención de dos reconocidos bailarines: Rubén Rodríguez (profesor de Folklore y Jazz), en un domicilio de Lanús, y Julián Morán (28) (profesor de Zumba y Bachata), en Zárate cuando volvía de un viaje con su novia. La tercera detenida es una mujer, también bailarina. La apresaron en un lujoso departamento de Belgrano, en la Ciudad de Buenos Aires.
Mánager, coreógrafos, profesores
Cada uno tenía su rol: “la mujer era la encargada de la operatoria y los hombres se dedicaban a la parte artística. Todos se negaron a declarar y estamos a la espera de resolver la situación”, explicó el juez Federal. En los procedimientos incautaron 14 móviles, cuatro notebooks, dos tabletas, un CPU, pasaportes, dinero en efectivo y documentación.
Según la investigación, la mujer detenida captaba a las bailarinas y se convertía en su “manager”, mientras que los hombres hacían de coaches, profesores de danza y coreógrafos. La denunciante contó que las performances tenían tinte erótico y eran filmadas. Fuentes de la investigación han comprobado que viajaron, al menos, nueve víctimas. “Estamos en constante comunicación con la embajada argentina en Turquía para seguir adelante con nuestro trabajo”, explicó Armella.
Sobre la infracción a la Ley argentina N° 26.364 de Trata de Personas, Armella detalló que “cada vez ocurren más estos hechos, lo vemos cotidianamente en la justicia con personas que son engañadas con trabajos en el exterior. Esto pasa tanto para las mujeres como para los hombres. A ellos los engañan con mentiras para triunfar en el fútbol, a ellas para conseguir trabajo como bailarinas o como domésticas, pero las explotan sexualmente”.
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