Cartel de Silicon Valley Bank (SVB) en Pasadena. Foto: Ringo Chiu/SOPA vía ZUMA Press Wire/dpa
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La crisis del Silicon Valley Bank y la caja negra del capitalismo post 2008

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“What ever it takes” puede ser el slogan de la nueva era post crisis de 2008. Aquella frase del presidente del Banco central Europeo y posterior primer ministro de Italia, Mario Draghi, es la perfecta metáfora que resume la gestión de la crisis de 2008, que empezó con abundantes recortes y caídas de empresas, y terminó con la inyección de ingentes cantidades de dinero de los bancos centrales al sistema financiero en forma de rescates, bajadas de tipo de interés, y compras masivas de activos y deuda.

Un modelo final de reestructuración del sistema, que dividió los llamados “activos tóxicos” (principalmente  créditos subprime), que fueron concentrados y separados de aquellos de mayor valor. Esto, decían, garantizaría que no se concentrara el riesgo en entidades que tenían una importancia sistémica. A partir de entonces, el capital global se ha concentrado en las entidades que absorbieron esos activos, que a su vez iba derivando ingentes cantidades de capital (gracias al dinero barato) hacia el sector tecnológico, particularmente empresas de plataforma y redes sociales, que ofrecían tasas de retorno muy superiores a la media.

El banco custodio Blackrock

Era la caja negra del capitalismo, ejemplificada por el gran beneficiado por la crisis, el banco custodio Blackrock (roca negra, en inglés), el arquitecto de gran parte de la reestructuración financiera global y hoy la entidad sistémica más importante. A partir de entonces el sector tecnológico es la nueva burbuja donde coincidían inversores de todo tipo como fondos soberanos, bancos de inversión, fondos de inversión y capital riesgo. Tras el giro en la política monetaria y el aumento de la inflación, este sector empieza a perder fuelle, y amenaza con ser el talón de Aquiles del capitalismo. La crisis del banco Silicon Valley (SVB) y otros tres bancos puede apuntar a una crisis de mayores dimensiones.

Pues, ¿Quiénes son los principales accionistas de SVB? Blackrock, Vanguard, con casi un 20%, o el fondo de pensiones de California. Este domingo, la Reserva Federal emulaba a Mario Draghi, con la intervención de la entidad para asegurar los depósitos que no cubría la Fondo de Garantía de Depósitos.  Y es que una rápida vista a las inversiones y participadas del SVB puede acercarnos a la dimensión del problema: empresas tecnológicas de california, pero también de China, Brasil, Gran Bretaña, Alemania o España. En esta última, es propietaria de una start up de pisos turísticos aliada de Airbnb. Este sector, el de las empresas de plataforma de alquiler de vivienda, ejemplifica la simbiosis entre el sector inmobiliario, inversores, y tecnólogos posterior a la crisis de 2008. Asimismo, el banco participaba en más de 1.800 startaps del sector de las renovables.

Un hombre toma una foto en una sucursal del SVB en Pasadena (EEUU). Fotto: Ringo Chiu/SOPA Images via ZUMA Press

Caída de usuarios posterior a la pandemia

A pesar de la reciente caída del Silicon Bank, el declive del sector comenzó con el cuestionamiento a los números de las empresas de plataforma, tras la caída de usuarios posterior a la pandemia. La burbuja de nuevos usuarios producto del confinamiento trajo consigo beneficios nunca vistos en el sector. Pero todo ello terminó con la escalada de precios de 2021, cuando muchos inversores tradicionales comenzaron a salir del sector tecnológico hacia otros de menor rentabilidad pero menor riesgo, pues los activos no tangibles de las tecnológicas estaban sometidos a mayor pérdida de valor con la inflación. El precio de hoy de los datos de un usuario no iba a ser mayor que el de mañana. La perdida de confianza en el sector de las empresas de plataforma es ahora patente tras la salida de inversores y clientes de diferentes bancos expuestos a financiación de empresas de Silicon Valley.

El mismo Banco de Silicon Valley ofrecía un informe con las malas perspectivas del sector. En este pasado 2022, no se habían logrado cubrir la mayoría de rondas de financiación de las empresas del sector tecnológico. Las ventas públicas se habían reducido un 60%, así como la financiación de las start up en las segundas y terceras fases de su desarrollo.  

Y es que el esquema de huida de inversores ha terminado por afectar al propio banco, que el pasado miércoles admitía públicamente la existencia de un agujero de 1.800 millones en su balance provocado por un mal cálculo en el valor de sus bonos (no contaban con la depreciación producida por la subida de tipos de interés).

La retirada posterior de depósitos amenazó con colapsar el banco. Todo ello suponía que miles de empresas no podrían recibir financiación del banco y, en consecuencia, pagar empleados, proveedores, etc. Tras este comunicado, el valor del banco cayó un 60%, provocando la mayor quiebra de una entidad financiera desde el 2008, y la segunda mayor de la historia de EEUU.europapre

Gráfico de accionistas de las 35.000 mayores empresas del mundo a fecha 2021. En el centro, el núcleo interrelacionado de accionistas y empresas

La mayoría de bolsas siguen presentando valores negativos,

Tras la intervención de la FED este domingo, se presentía una cierta calma. No obstante, este lunes la mayoría de bolsas siguen presentando valores negativos, lo que apunta a una pérdida de confianza del inversor. Los principales afectados son los bancos, a los cuáles se empieza a ver con la misma mirada que al Silicon Valley Bank. Pues, la mayoría, han adoptado un esquema similar de diversificación de inversiones, apostando fuertemente por valores tecnológicos. La mayoría, además, presenta una estructura de la propiedad similar, dominada por bancos de inversión y custodio comunes a los del banco californiano. Sólo un 6% de los inversores actuales controlan más de un 50% de las cotizadas, y este porcentaje es mayor en las tecnológicas. Es lo que denominé en mi último libro como la caja negra del capitalismo post 2008.

La mayoría de medios de comunicación cuestionan el riesgo sistémico de la actual crisis del Banco de Silicon Valley, aludiendo a su estructura anacrónica, o a la existencia de respaldo de la Reserva Federal que cubre los depósitos de los clientes del mismo. Otras voces estiman que es el inicio de una crisis mayor, que tenderá a expandirse a otras entidades financieras. El resultado dependerá principalmente de la actuación de los bancos centrales, que tendrán que volver emular a Draghi en 2012, o exponer al sistema a un riesgo aún mayor.