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Más de 20.000 niñas británicas víctimas de redes de pederastas paquistaníes

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Las agresiones sexuales grupales a niñas menores de edad perpetradas por bandas de hombres, en su mayoría, de origen y/o nacionalidad paquistaní durante décadas han alcanzado cotas de prevalencia altísimas. Este secreto a voces en algún momento tenía que saltar por los aires. Se conocen ya más de 20.000 casos en todo Reino Unido y es solo la punta del iceberg. Muchos miembros de las jerarquías policiales británicas estaban al corriente e hicieron la vista gorda durante décadas.

Un reciente documental titulado «Grooming gangs. Britain’s shame» de GBN desentraña algunos aspectos de este delicado tema entrevistando a víctimas de violaciones grupales múltiples en el Reino Unido que eran menores de edad cuando ocurrieron los hechos. Ilustra con todo lujo de detalles datos poco conocidos y, además, entrevista a algunas víctimas de las agresiones sexuales perpetradas por bandas organizadas de pederastas. La mayoría de los vecinos de Rotherham ya tenía noticia de estos crímenes al haber oído de casos similares en su entorno más inmediato. Y, aunque sea difícil de creer, estas decenas de miles de víctimas casi no se ven reflejadas en las estadísticas oficiales del Reino Unido y, si lo hacen, de una forma muy descafeinada. Y lo que es peor, no hay prácticamente datos sobre los victimarios.

Documental sobre redes de pederastas y agresiones sexuales grupales a menores de edad en el Reino Unido.

El periódico The Independent calcula que son más de 20.000 casos conocidos, pero se estima que son muchos más en toda Gran Bretaña.

La lucha incansable de la ex policía Maggie Oliver para defender a las víctimas

Los casos que desencadenarían actuaciones ulteriores los dio a conocer al gran público la expolicía que se convirtió en wistleblower Maggie Oliver que creó la Fundación Maggie Oliver. Fue miembro de la policía durante 16 años y dice haber sido testigo de malas prácticas en la policía británica. Por lo menos después de 2003 y hasta 2016, que fue cuando dimitió de su cargo porque ya no lo soportaba más. Ella asegura no haber conocido este tipo de delito hasta 2003, pero la clase política era plenamente consciente de ellos, por lo menos, desde los años 90 del siglo pasado.

Además, esboza a grandes rasgos su periplo al dirigirse a sus mandos superiores rogando apoyo para acometer su labor policial de forma eficiente. Solo así se podría juzgar y encarcelar a los delincuentes. La policía ya entonces disponía de muchas pruebas sobre sus delitos. Ella estaba luchando por las víctimas. No ocurrió nada y dimitió. Relata que sí se hacía un seguimiento de esos delitos, aunque insuficiente, hasta cuando ocurrió el atentado islamista de Londres en el año 2004. Fue entonces cuando ya dejó de investigarse este tipo de delito.

¿A qué se debe la inacción de la policía?

Especula que, tal vez, era porque la mayor parte de los involucrados en trata y prostitución infantil eran musulmanes de origen paquistaní. Y añade que se intentaba ocultar este dato ante la opinión pública para mantenerse en el terreno de lo políticamente correcto. Es tajante cuando dice que en derecho, si la víctima es percibida como perteneciente a una raza, el delito se juzga con el agravante de pertenencia a una raza. A nadie lo acusaron con el agravante de raza en los miles de casos de explotación sexual infantil en los que las víctimas eran blancas.

Argumenta que un violador es un violador independientemente de su raza o de la fe que profese. Si no se les juzga y condena, siguen perpetrando crímenes tipificados como agresión sexual a menores de edad. Magigie Oliver invita a todo el mundo a ver el documental y, muy en especial, a los miembros de la comunidad étnica de donde proceden los violadores. Además, incide en que hubo muchas personas en la jerarquía policial y política que tenían conocimiento de las agresiones sexuales a menores de edad y tienen que rendir cuentas ante la ciudadanía.

La ex-policía Maggie Oliver habla sobre las redes de pederastas en el Reino Unido

Las violaciones grupales no han desaparecido

Asegura que las violaciones grupales, lejos de haber desaparecido después de que los primeros casos se dieran a conocer hace una década, siguen dándose. Acusa a las autoridades de que son conocedoras de casos similares a día de hoy, pero siguen haciendo la vista gorda. Cuenta que 60 menores se pusieron en contacto con ella la semana anterior a la entrevista concedida a GBN en 2022. Por tanto, la explotación sexual infantil se sigue practicando.

Ante esto, lo que las autoridades británicas deberían plantearse es por qué las víctimas desconfían de la policía y acuden a asociaciones de autoayuda o a fundaciones lanzadas por individuales.

Informe sobre la explotación sexual de 2014

Toda esta indiferencia y desdén hacia las víctimas resulta ciertamente incomprensible, porque las agresiones sexuales perpetradas por hombres adultos de origen paquistaní se hicieron públicas en 2014. El informe titulado Investigación sobre explotación sexual infantil en Rotherham fue elaborado por la catedrática Alexis Jay. Recoge datos recabados desde principios de los años 90 porque ya entonces los trabajadores sociales de Rotherham había alarmado de que existía explotación sexual infantil en la ciudad. Este informe no aborda el problema a nivel nacional. Es algo que está por hacer.

El silencio de los grandes medios de comunicación

Los medios hegemónicos no han informado debidamente sobre esta cuestión que generó una alarma social sin precedentes. Es el caso de la BBC que publicó un artículo titulado «Child sexual abuse: Extensive failures in tackling grooming» que enlaza la frase clave «Independent Inquiry into Child Sex Abuse«. La BBC prostituye el lenguaje y se refiere a los victimarios como hombres de origen asiático para diluir a los agresores en un término con significado muy amplio. Ahora bien, si se trata de agresiones sexuales, todo el mundo en el Reino Unido imagina que los asaltantes son musulmanes paquistaníes. Seguro que ni a los hindúes, japoneses o vietnamitas respetuosos con la integridad de los niños les agrada que su afiliación étnica se vea señalada todos los días. Los despidos masivos de periodistas inciden directamente en la calidad informativa de las noticias.

Fachada de la BBC . Foto: Liam Mcburney/PA Wire/dpa

Si nos molestamos en pinchar el enlace, nos lleva a una página en la que se encuentran numerosos artículos vinculados a los escándalos sobre los abusos sexuales en el entorno de la iglesia católica. Destacan por el detalle de informaciones, señalando que la iglesia católica desde 1970 a 2015 recibió más de 3000 quejas contra 900 miembros de la iglesia. No incluye ningún artículo sobre el tema de las agresiones sexuales grupales a menores de edad perpetradas por hombres adultos paquistaníes. El sesgo es indiscutible porque se estima que son más de 20.000 casos desde 1990, pero es solo la punta del iceberg.

El informe de Alexis Jay de 2014 analiza la situación en la ciudad de Rotherham (Reino Unido) de unos 100.000 habitantes en una comarca de unos 260.000. Da cuenta de la magnitud del problema, la tipología de las víctimas y la de los victimarios además de unas recomendaciones finales. El informe es demoledor.

Tipología del violador y de la víctima

El informe arranca diciendo que «especialmente en un gran número de casos del pasado, la mayoría de las víctimas de la muestra eran niñas británicas blancas. La mayoría de los perpetradores eran de comunidades étnicas minoritarias. Fueron descritos genéricamente como «varones asiáticos» sin que se hiciera una referencia exacta a su origen étnico.» (página 35).

Ahora bien, el UK Muslim Women’s Network desmintió este análisis en parte al haber encontrado 35 casos en 2013 de abusos sexuales a niñas musulmanas perpetrados por abusadores musulmanes. Ellas argumentaron que el abuso sexual no es exclusivo de niñas blancas (página 94). Seguro que la explotación sexual sí. Pero las decenas de miles de casos de niñas blancas frente a los 35 casos de abusos sexuales de niñas musulmanas está en una relación de uno a mil. Por lo tanto, ese delito sí tiene un componente de raza.

Los delincuentes a los que se refiere el informe son en su mayoría paquistaníes mucho mayores que sus víctimas. No se dice que sean musulmanes, pero es algo que se puede inferir. Y en ningún momento se refiere a ellos como pederastas y lo son. La ausencia de culpa de uno de los pederastas, Adil Khan del grooming gang de Rochdale de 51 años, que dejó embarazada a una niña de 13 años es aterradora.

La percepción del delito por el propio perpetrador

Declaró que su delito no era tan grave y que es culpa de los periódicos que son los que los han retratado como criminales. El Reino Unido ha cursado una orden de deportación a Paquistán ante la cual ha apelado alegando que él renunció a su nacionalidad paquistaní y además tiene derecho a vida familiar. El desdén hacia la víctima es escalofriante. El grado de deshumanización de ese y otros perpetradores debería hacer saltar todas las señales de alarma.

«En agosto de 2007, después del acto de juicio de Blackburn CSE, dos ciudadanos paquistaníes de 46 y 32 años fueron condenados a penas de prisión de 7 años y 8 meses por delitos que incluyen secuestro, actividad sexual con un niño y suministro de drogas. A las niñas al cuidado de los servicios sociales en Blackburn las seleccionaron y se las ofrecieron a hermanos, tíos y amigos para tener relaciones sexuales.» (página 138). Es uno de los muchos casos de explotación sexual.

Y si se ofrecían niñas a los familiares más cercanos, no se entiende cómo ningún miembro de esa familia lo denunciase a la policía.

El modus operandi de los pederastas depredadores sexuales

El informe de Alexis Jay relata que la banda de delincuentes de trata contactaba a muchas de las niñas en redes sociales y a otras directamente en las escuelas o instituciones en las que vivían bajo tutela. Todas ellas tenían un perfil psicológico de vulnerabilidad debido a que procedían de familias cuyos padres tenían historiales de violencia doméstica o abuso de drogas. Eran niñas que estaban buscando desesperadamente atención y afecto.

El informe revela que las escuelas habían alertado de que niñas de 11 a 13 años eran recogidas en las escuelas en coches de alta gama por hombres jóvenes que decían ser sus novios. Las atraían con regalos como teléfonos móviles. Poco a poco, las iban poniendo en contacto con hombres adultos. Estos hombres, al principio, las agasajaron de obsequios, les daban alcohol y drogas. Las niñas estaban muy felices de recibir la atención que nunca recibieron o eso era lo que creían. El objetivo era aislarlas de sus familias y su entorno social con esos regalos que sus allegados jamás hubiesen podido comprarles. Poco después empezaron a violarlas.

En las violaciones grupales, las niñas pasaban de un pederasta violador al otro. Cuando uno terminaba de violarla, venía el siguiente. Por lo tanto, los pederastas eran conocedores de los abusos de los otros, cada cual más brutal. Nadie tomó la iniciativa para denunciarlo a la policía.

Explotación sexual infantil en Reino Unido

El informe relata, además, en qué condiciones tenía lugar la explotación sexual. «Las víctimas fueron secuestradas, golpeadas e intimidadas además de violadas por múltiples pederastas y también fueron objeto de tráfico a otros municipios y ciudades en el norte de Inglaterra.. .» (página 35)

«Leemos casos en los que una niña fue rociada con gasolina y amenazada con prenderle fuego, niñas que fueron amenazadas con armas de fuego. Niñas que presenciaron violaciones brutalmente violentas y fueron amenazadas con ser la próxima víctima si se lo contaban a alguien. Niñas de hasta 11 años fueron violadas por un gran número de perpetradores masculinos, uno tras otro.» (página 36)

«En dos de los casos que leemos, los padres dieron con sus hijas y trataron de sacarlas de las casas donde estaban siendo objeto de abusos. Pero el fin de la historia fue que fueron ellos los que resultaron ser arrestados cuando llamaron a la policía a la escena del crimen. En un pequeño número de casos (que ya han recibido la atención de los medios), las víctimas fueron arrestadas. Fueron acusados de delitos como alteración del orden público o estar borracha y desaliñada, sin que se tomaran medidas contra los perpetradores de violaciones y agresiones sexuales contra las niñas

Estos son solo unos pocos casos. Merece la pena leer el informe para informarse sobre el perfil psicológico de los victimarios. Unos verdaderos monstruos.

Un caso aterrador

Estos pocos casos nos dan una idea del infierno que han pasado miles de niñas víctimas de explotación sexual en el Reino Unido en los últimos 30 años. El caso más aterrador es el de esta niña. «Estaba recibiendo asistencia para declarar ante el juez que recibió un mensaje de texto que decía que el perpetrador tenía a su hermana menor y lo que sucedería a continuación dependía de lo que ella eligiese hacer. Ella retiró su denuncia.»

Lo que hay que preguntarse es cómo el delincuente supo que la niña estaba declarando en una comisaría de policía. ¿Tienen los pederastas cómplices dentro de la policía?

Aunque es una pregunta incómoda, es algo que deberían plantearse los medios de comunicación para lograr encarcelar a los victimarios de por vida.

La responsabilidad de la jerarquía policial y política

La policía sabía perfectamente lo que estaba pasando y, lejos de ayudar a las víctimas, las culpabilizaron. Es lo que ocurrió con la niña D (página 39) y muchas más. Fue la tónica general por parte de la policía británica en los primeros años que cubre el informe de 2014. También a día de hoy se sigue negando que existe un problema de explotación sexual de niñas británicas perpetrado por bandas de pederastas paquistaníes. En algunos casos, los policías aseguraban que los testimonios de las víctimas eran exagerados (página 101).

A más tardar en 2005, toda la jerarquía policial de Rotherham era consciente de este problema, pero optaron por dejar pasar el tiempo. Tal vez, consideraban que la cuestión étnica podría perjudicar la cohesión social y esto ocasionaría un deterioro de su reputación o que podría comprometer la labor policial. Todas esas decisiones fueron premeditadas y a las víctimas se las dejó a su suerte. La paz social a cambio del sufrimiento de las víctimas. También cita informes en los que se atestigua que a la cúpula policial le aconsejaron restar importancia a la cuestión étnica.

Para ponerlo en contexto, en febrero de 2023 se armó un revuelo porque un niño autista de 14 años había ocasionado un pequeño rasguño a un corán después de que se le hubiese caído al suelo en el colegio en Yorkshire (Gran Bretaña). A cuatro alumnos los expulsaron del colegio durante una semana y recibieron amenazas de muerte. El jefe de la policía tuvo que asistir a una reunión y pedir perdón. No me consta que los imames hayan pedido perdón por las decenas de miles de casos de violaciones a menores en Gran Bretaña perpetradas por depredadores sexuales musulmanes.

Presiones a funcionarios para cambiar su forma de trabajar

Además de estas cuestiones, la policía recibió presiones porque «varios de los involucrados en la gestión operativa de los servicios públicos informaron de algunos intentos de presión para que cambiaran su enfoque de algunos temas. Esto afectó principalmente al apoyo brindado a las mujeres de ascendencia paquistaní que huían de la violencia doméstica. Un pequeño número de concejales había exigido que los trabajadores sociales revelaran el paradero de estas mujeres o lograran la reconciliación en lugar de ayudar a las mujeres a tomar sus propias decisiones

Aquí se refiere la reconciliación con el todavía marido en el sentido de la sharia, que se aplica en algunas comunidades musulmanas del Reino Unido en asuntos de familia. «El personal de atención al público no informó de sus experiencias personales de intentos de influir en su práctica o toma de decisiones debido a cuestiones étnicas. Quienes estaban involucrados en la explotación sexual de menores eran muy conscientes de estos problemas. Recordaban un nerviosismo general en los primeros años acerca de discutirlos, por temor a ser considerados racistas.» A ello hay que añadirle que la jerarquía policial hasta 2009 era totalmente machista e intimidante.

La responsabilidad de la jerarquía policial y política

El informe da cuenta de las presiones recibidas al objeto de no mencionar la filiación étnica de los pederastas y concluye de forma tajante que «La cuestión de la raza, independientemente del grupo étnico, debe abordarse como una prioridad absoluta si se sabe que es un factor importante en la actividad delictiva de abuso organizado en cualquier comunidad local. […] Un funcionario superior sugirió que algunos influyentes consejeros pakistaníes en Rotherham habían actuado como cortafuegos o barreraAmenazas de racismo.

El Secretario de Estado del Ministerio de Interior británico Sajid Javid fue acusado en 2019 de inacción por un fiscal ante la envergadura del problema de la explotación sexual en El Reino Unido. También él es musulmán de origen paquistaní y seguro que está en una situación delicada y un dilema a la hora de abordar esta cuestión.

Se puede concluir sin miedo a equivocarse, que toda la jerarquía policial es culpable de no haber auxiliado a las miles de víctimas de explotación sexual infantil.

Recomendaciones del informe que han tenido poco impacto en las prácticas policiales y mediáticas

El informe recomienda implicar a las comunidades paquistaníes para debatir el tema y hacerles partícipes en la solución del mismo. Si bien ha habido algunos tímidos encuentros, no se ha logrado casi nada hasta ahora porque el pederasta convicto no es rechazado por su propia comunidad debido a su conducta. Tal vez tenga que ver con el corán que legitima la esclavitud sexual en la azora 4:24 y no impone sanción alguna al violador por el delito de violación. Será Alá quien castigue al violador de acuerdo con la azora 4:33 y perdonará a la violada. Mientras tanto, la violada tendrá que cargar con el estigma y los múltiples traumas en la vida terrenal. ¿De qué le sirve a la violada el perdón de Alá si debe llevar la carga de la condena social de por vida?

4:33 «A quienes no estén en condición de casarse se les requiere que se mantengan castos hasta que Dios, merced a Su bondad, los capacite para casarse. En cuanto a los esclavos que os solicitan un compromiso formal de emancipación, si advertís que actúan con sinceridad, se os requiere que os comprometáis formalmente con ellos y que los gratifiquéis con una parte de las abundantes riquezas que Dios os ha concedido.

¡Mortales!) No forcéis a vuestras esclavas (impidiéndoles casarse) a practicar la prostitución (como están haciendo los paganos) para obtener ingresos terrenales en contra (de la Ley y en contra) de su voluntad de mantenerse castas. Dios (exigirá cuentas) a quien las coaccione y perdonará a las coaccionadas, porque Él es el Indulgente, el Compasivo«31.

Traducción de Bahige Mulla Huech, los paréntesis son añadidos del traductor. Nota 31. «Tras la revelación de este mandato el Profeta aclaró: «En el Islam no hay lugar para la prostitución». (Mawdudi) «

No me consta que las centenas de violadores hayan recibido reproche penal alguno atendiendo a la sharia. Y es que el acto de violación es también un acto de adulterio si el violador está casado. El corán prescribe 100 latigazos para el adúltero en la azora 24.2 y sharía impone la lapidación del adúltero de acuerdo con Sahih Muslim, recolector de hadices auténticos cuya veracidad no se pone en duda. No ha sido lapidado ninguno de los violadores en el Reino Unido. La sharia quieren imponerla solo cuando les conviene a ellos.

Será muy difícil que la comunidad musulmana se implique en una solución conjunta. El corán es un elenco de versos con un fuerte relato supremacista que hace que los musulmanes se sientan superiores al resto de los seres humanos como ya informara Cronica Libre. No aceptan órdenes de no musulmanes a quienes, en tono despectivo, llaman infieles porque así lo prescribe el corán.

El informe de la BBC criticado por History Debunked de Simon Webb.

La prensa hegemónica y sus deberes

Periódicos y televisiones disponen de los medios económicos y técnicos para hacer un buen trabajo de investigación periodística. Y si no lo hacen, se fomentará que personas con pocos medios lancen vídeos en internet que pueden o no perseguir la mejor de las intenciones. El miedo a la derecha radical no puede ser excusa para ocultar crímenes horrendos. No se puede relegar a las víctimas al mayor de los desamparos y potenciar aún más en el trauma y estigma que sufren.

Cuanta mayor ocultación, mayor poder de grupos extremistas. Solo una justicia que juzgue y condene a pederastas depredadores sexuales puede frenar el auge de este tipo de agresiones y la división de una sociedad. Es la mejor forma de defender también a las mujeres paquistaníes. Solo una prensa valiente puede defender la democracia y convivencia. Cuando la ciudadanía ya no se fíe de la prensa hegemónica por no denunciar injusticias, tenemos un grave problema con el cuarto poder. Aquí les enlazo un vídeo de un particular criticando la mala labor periodística realizada por la BBC.

Lo que propone el primer ministro Rishi Sunak

El primer ministro británico ha afirmado en una entrevista que él tiene dos hijas de 9 y 11 años y hará todo lo posible para legislar la cadena perpetua para pederastas depredadores sexuales. Se ha negligido esta cuestión en los últimos años por una cuestión de political correctness. Precisamente por el origen de las bandas de pederastas, pero esto se tiene que terminar, afirmó (minuto 14:40). Aboga por registrar la afiliación étnica del abusador. No sé cómo lo hará porque el sistema judicial británico carece de un Código Penal como el que conocemos en el resto de Europa. Veremos en qué queda.

Catalina de Erauso

Periodista de investigación. Está desentrañando el mensaje islámico recogido en el corán y otros relatos considerados sagrados, la exégesis de los mismos así como la ley sharia que dimana de los dos primeros.