Menorca, Isla menor, Isla de la calma o Isla de los 5 faros, son algunos de sus apodos, una de las islas más bellas y peculiares del Mediterráneo. Su posición estratégica ha hecho de ella un enclave cotizado en los siglos pasados por piratas e imperios. Sus aguas turquesas, sus calas y playas infinitas siguen posicionándola como destino de ensueño. Ahora, se impone como destino gastronómico y tiene todas las papeletas para triunfar porque su despensa está repleta de los mejores productos del mar y de la tierra. Menorca, una isla para comérsela.
Para disfrutar de una escapada inolvidable proponemos iniciar el viaje por la parte suroeste, donde un grupo de empresarios con visión de futuro ha estrenado un hub gastronómico de lujo. En el centro neurálgico de este gastro-polo se sitúa el suntuoso Lago Resort Menorca que ofrece cuatro opciones de alojamiento, desde gran lujo al lujo. Villas, Suites (*****), Bungalows o Casas (****Sup), en cuatro áreas reunidas alrededor del puertecito de Cala´n Bosch.
Las suites, algunas con piscinas privadas, están distribuidas alrededor de una espectacular piscina de agua marina con camas flotantes desde las que se pueden disfrutar algunos de los cócteles del restaurante peruano Keipa del chef Omar Malpartida. Lujo total y mucha gastronomía. El HUB reúne 23 establecimientos, entre bares y restaurantes, para ofrecer todo tipo de experiencia gastronómica.
Fundir Japón y Menorca en sorprendentes bocados
En Suites del Lago también se ubica otro top restaurant, Godai, del chef Julián Mármol, poseedor de una estrella Michelín y maestro de cocina nipona. En Godai, Julián propone una cocina única en el mundo, una revolucionaria fusión japo-menorquí, sorprendente al mismo tiempo que deliciosa. El que ha sido el primer chef autodidacta en conseguir una estrella Michelín en cocina japonesa en Europa -sin haber hecho jamás un curso de cocina ni estar en Japón-, se ha sacado de la manga un menú degustación lleno de guiños menorquines, con producto local y de su huerta ecológica.
Los niguiris de atún, vieira y ventresca de lubina llevan alcaparras, salsa Mahonesa o sobrasada de lubina. El futomaki tempurizado de langosta con salsa de caldereta es brutal, las gyozas de Cap Roig, el cabracho menorquín o de ternera menorquina son una explosión sensacional de sabor. El maridaje a cargo del sommelier Alejandro puede ser con sakes de todo tipo o vinos o, por qué no, alguno de los divinos cócteles que ofrece la carta. ¡Y con vista a la piscina celestial del Suites del Lago y al puerto!
En el complejo adyacente, Casas del Lago, (reservado para huéspedes adultos) también presumen de piscina, en la que la marca de champagne Moët & Chandon celebra una gran fiesta cada sábado. Y hacen gala del restaurante, el mítico Thai Garden de Madrid, que se ha desplazado hasta allí con su propuesta basada en la alta cocina tailandesa. Un viaje al corazón de Tailandia, el país de la sonrisa, donde se pueden degustar los platos más auténticos de la mano de su dueño Emilio Carcur, dandy empedernido y embajador de la gastronomía del país asiático desde hace más de 25 años.
En Thai Garden by Arena Beach se pueden encontrar todos los platos que han hecho famoso al Thai Garden. Desde los rollitos, a los pinchitos de pollo con salsa de cacahuete, Kai satee, o el trio de currys que deleita con su subida gradual del nivel de picante, del verde al rojo, pasando por el amarillo. Los pad thai son de lágrima como los arroces salteados o los noodles. Y todo entre orquídeas y sonrisas a la vista.
En el HUB también se luce la cocina isleña. El restaurante Aquarium cuenta con una sede en Cala’n Bosch y otra en el sugerente escorzo del puerto de Ciudadela. Allí se va a comer pescado, marisco, arroces de todos los tipos y mucha, mucha langosta. El vivero de Aquarium está abarrotado de langostas y bogavantes con los que se elaboran los platos icónicos de la cocina menorquín: la caldereta, según receta original de la abuela de 1965 y el arroz caldoso.
Se puede empezar por el Japo Taco, tapa ganadora del concurso mejor tapa de atún rojo de España de 2023, o con la cremosísima croque-tartar que lleva encima un tartar de gamba roja de Menorca o con el erizo gratinado al cava. Para seguir, todo tipo de marisco y pescados, como el gallo san pedro frito con huevos y patatas, o sus grandiosos arroces con socarrat. Que tienen un truquillo, cuando sacan el arroz del horno apoyan el contenedor sobre otro con hielo. La reacción térmica dispara la cantidad y calidad del socarrat y de la salivación.
Sorpresas en el interior
Pero Menorca no solo es mar o calitas paradisíacas. En el interior hay mucho que descubrir y saborear. El Amano Maison Carree en el centro histórico de Alaior ofrece una opción de hotel boutique con una fantástica relación calidad precio. Este hotelito cuquisimo, situado en un elegante palacete antiguo, ofrece un refugio tranquilo, self check in y una agradable piscina abierta 24 h. Para los más sibaritas hay suite con jacuzzi y patio privado.
Los mismos propietarios de este hotel son los responsables del éxito del restaurante Burdell de Foc, paraíso del producto y de las brasas. Un enclave único, a solo cinco minutos de Mahón, con una terraza espectacular donde disfrutar de una carta basada en las brasas, las verduras, los aliños frescos, los escabeches, los contrastes picantes y ácidos, las carnes maduradas y, por supuesto, el atún rojo o los pescados de lonja. Recomendamos todo, hasta el pan con tomate.
Hemos disfrutado mucho con la coca crujiente de sardinas marinadas con verduras al foc, (al fuego), los mejillones, que vienen con un sabrosísimo sofrito de tomate, hinojo y alcaparras, deliciosos, como el puerro con almendras, botarga y limón. Y para seguir el calamar con sobrasada, los boquerones fritos con salsa de gazpacho verde, los pescados del día o las carnes, como la txuleta con 50 días de maduración o el pollo coquelet.
La selección de vinos y el servicio de sala están a cargo de uno de los propietarios, Fran Ramírez, Premio Nacional de Gastronomía y, sin duda, uno de los profesionales más queridos y apreciados del mundo de la restauración.
Y si la noche aún es joven, se puede rematar con uno de los increíbles cócteles de autor de Contrabandu, en el puerto de Mahón. Esta coctelería es el recién estrenado proyecto de Román Vila, socio fundador del Speakeasy madrileño Bad Company. Aquí también hace falta contraseña para acceder al local (tranquilos se encuentra en su perfil de Instagram) y en la terraza con vistas al puerto podemos disfrutar de una experiencia única.
Enoturismo de la tierra
En el corazón de la isla también hay opciones de enoturismo. Bodegas Torralbenc domina las colinas de Alaior, desde una magnífica finca tradicional menorquina reconvertida a agroturismo de lujo y bodega. El hotel con spa es el refugio perfecto para recuperar la armonía de cuerpo y mente, y cuenta con un restaurante de alta cocina mediterránea asesorado por el chef de estrella Michelín Gorka Txapartegi. Con una carta breve en la que triunfa el producto local, el vino de la bodega y una terraza situada entre olivos y viñedos el disfrute está asegurado.
Los platos son un despliegue de cromatismo y elegancia, no hay que perderse la ensaladita de tomates y anchoas con salmorejo, las vieiras con almendras, tartar de gamba y caviar y el canelón de pollo con foie y trufa. Los arroces, de verduras y emulsión de hierba o cremoso de gamba roja se merecen una medalla. La famosa langosta menorquina aquí se sirve en 3 pasos, ravioli y consomé, láminas de su cuerpo y brioche con caviar. Acompañan los vinos de la bodega, que ofrece una entretenida opción de visita con cata guiada y degustación de embutidos y quesos locales.
La isla de la calma está de camino a convertirse en uno de los destinos gastronómicos más refinados del Mediterráneo ¿estáis listos para comerla?
