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Francisco Martínez-Cosentino, presidente del Grupo Cosentino. Foto: Jesús Prieto / Europa Press

Silicosis: Tras la 1ª condena a prisión, Cosentino se sienta de nuevo en el banquillo

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Nuevo juicio en el que Francisco Martínez-Cosentino se vuelve como a comparecer como acusado. El proceso judicial de Bilbao, que ha arrancado este lunes, llega tras la sentencia histórica de Vigo, que condenó al empresario almeriense a seis meses de prisión por cinco delitos contra la salud de los trabajadores y a abonar una indemnización de 1,1 millones de euros. El veredicto marcó un antes y un después para las esperanzas de los afectados de la silicosis, una enfermedad laboral resultante de trabajar con el producto que fabrica la empresa de Cosentino, el aglomerado de cuarzo, Silestone. Hay un centenar más de causas pendientes a las que se enfrenta la multinacional. En España, a finales de 2022, la Seguridad Social tenía registrados 4.906 partes de silicosis por enfermedad profesional.

El empresario almeriense, Francisco Martínez Cosentino se sienta desde el lunes otra vez en el banquillo. En esta ocasión para hacer frente a la demanda de cuatro trabajadores de Durango que denunciaron la empresa en la que trabajaban, Novogranit, al fabricante de la marca Silestone y la comercializadora, Levantina, que distribuía otra marca israelí. Cosentino y Caesar Stone son las dos firmas líderes en la fabricación de aglomerado de cuarzo, un material utilizado para hacer encimeras de cocina. Los acusados hacen frente a un caso por un delito contra los derechos de los trabajadores y otro de lesiones imprudentes.

La empresa de Cantoira (Almería) llegó a un acuerdo, como viene siendo habitual, con los denunciantes. A cambio de millonarias indemnizaciones, Cosentino acostumbra a apagar estos fuegos extrajudicialmente. Ya lo hizo en el caso de Vigo, en el que acabó siendo condenado, aunque había pagado a los cinco trabajadores denunciantes, uno de ellos ya había fallecido. Un total de 1,1 millones de euros fueron abonados, una forma de asumir responsabilidades.

En el caso de los marmolistas de Durango, el procedimiento ha sido similar. Y Crónica Libre ha sabido que los trabajadores afectados ya habrían firmado y recibido la indemnización. Por este acuerdo de las partes, los obreros retiraron la demanda pero la Fiscalía decidió continuar con el caso dada la naturaleza y gravedad de la denuncia.

Francisco Martínez Cosentino (72 años), testificó el lunes telemáticamente al haber conseguido, como solicitó su abogada, permiso para declarar por videoconferencia. Evitó así pasar el trago de presentarse en la sala y que los medios recogiesen el momento. Según fuentes presentes en la sala consultadas por Crónica Libre, el empresario almeriense volvió a repetir que su material se trabaja igual que la piedra natural y que avisaron de las medidas de protección, que en todo caso son los talleres marmolistas lo que debían imponer la protección a sus empleados.

 Con el precedente de la sentencia condenatoria del pasado 30 de enero de Vigo, la empresa fabricante de Silestone, según han confirmado diversas fuentes de afectados a Crónica Libre, acude con todo su equipo legal, encabezado por la misma letrada que le representó en Galicia. En el caso anterior, quizá por un error de cálculo, no se previó una sentencia condenatoria y puede que se “bajase la guardia en cierta medida”, han apuntado esas mismas fuentes del entorno de los afectados.

Por su parte, los importadores de Levantina, que también testificaron en la primera jornada, alegaron que el conglomerado de cuarzo era un producto residual dentro de su oferta, que suponía menos de un 1 por ciento de su negocio. En todo caso, añadieron, el material importado, de la compañía israelita Caesar Stone pasaba por aduana, insinuando que debía cumplir con los requisitos legales para su comercialización.

Ganar tiempo, menos sílice y potenciar nuevos productos

“Lo que pretende Cosentino, consciente de los problemas y daños que causa su producto estrella, es ganar tiempo para ir bajando el porcentaje de cuarzo en sus productos e irlo sustituyendo por el porcelánico, antes de una década. Lo que quieren mientras tanto es comprar humo y silencio”, ha dicho a Crónica Libre un especialista, buen conocedor de el problema de la silicosis y de la conducta de la multinacional Cosentino.

En el entorno de los afectados por silicosis hay cierta sensación de «decepción» tras la primera sesión del juicio del juicio del juzgado número 5 de Bilbao. «Ni la fiscal ni la abogada de la defensa [Nuria Bustos] presentaron un caso sólido. No controlan el tema y les falta una buena preparación. Se ha visto cierta falta de ganas en la Defensa que ya ha llegado a un acuerdo con Cosentino pero que podría haber argumentado frente a los otros dos acusados», ha añadido un testigo de la primera jornada del procedimiento penal.

Ley del silencio en torno al origen y alcance de la silicosis

Con sus propios trabajadores de la planta almeriense de Contoira, la multinacional, líder mundial en la fabricación de piedra artificial, ha venido siguiendo esta política de acallar la silicosis. Se ha buscado el silencio de quienes recibían el diagnóstico de la enfermedad profesional a cambio de sustanciosas indemnizaciones. Crónica Libre ha sabido que algunas habrían superado el medio millón de euros para un solo empleado.

Así se ha ido tapando un problema que se conocía –como ha admitido el fabricante–, desde hace tiempo. Sin embargo, hasta 2009, una década después de la irrupción en el mercado, no se advirtió a los marmolistas que manipulaban el producto sintético de los graves riesgos que entrañaba y de las medidas de seguridad que debían seguirse.

No se informó de que tenía treinta veces más de sílice que el mármol y otras sustancias volátiles y vapores igualmente nocivos al someterlo a altas temperaturas. Los pequeños cristales microscópicos de cristobalita que se ocasionan al manipularlo y se inhalan, se alojan en los pulmones y hace que se vaya cicatrizando el tejido pulmonar.

Desarrollo rápido de una enfermedad mortal

Es la cruz de esta falta de advertencia y prevención que ha causado muchas muertes, de las que no hay datos oficiales, de marmolistas jóvenes. Las cifras de afectados tampoco son claras. Los diagnósticos de las mutuas de prevención no se hacen fácil ni claramente y tienen a los trabajadores años enredados en trámites para lograr un dictamen incuestionable que les permita obtener bajas y pensiones por enfermedad laboral.

En cualquier caso, lo que sí es seguro es que superaría ampliamente los 4.906 partes registrados por el Comunicación de Enfermedades Profesionales de la Seguridad Social (CPROSS). Aunque no todos tienen que ser necesariamente debido a la trabajo con aglomerado de cuarzo. Solo en Andalucía a finales de 2022 había 1.999 partes recogidos.

Y estos datos son la punta del iceberg, según asociaciones andaluzas de afectados, habría que multiplicar esta cifra por tres. Además, hay muchos afectados que no están registrados, quienes saben que tienen la enfermedad y quienes retrasan iniciar el proceso por miedo. Cuando lo hacen el laberinto burocrático es premeditadamente lento.

Incapacidad respiratoria grave, bombona de oxígeno y trasplante complicado

También es incuestionable su relación con la manipulación de aglomerado de cuarzo y la gravedad de este mal incapacitante, y También que se complica rápidamente y acaba con el enfermo atado a una bombona de oxígeno. Después viene el diagnóstico fatal que supone ser abocado a un trasplante que es muy complicado porque los pulmones de una persona con silicosis se deshacen al tratar de extraerlos.

Crónica Libre ha hablado con numerosos trabajadores afectados y su entorno familiar que han relatado el imparable y rápido avance de la afección respiratoria, denominada clínicamente como neumoconiosis. Refieren una falta grave de aire y una imposibilidad total para llevar, a edades muy tempranas, una vida normal.

Luego llega el principio del fin cuando esa dificultad respiratoria hace que tengan que utilizar oxígeno a diario. Eso les impide salir de casa y ver cara a cara el desenlace. La afectación psicológica del enfermo que suelen presentar depresión y aislamiento es descrita por todos los afectados y sus familias.

Medidas de protección inexistentes

En los talleres de marmolerías hubieran tenido que incorporarse medidas de seguridad, como cortinas de agua y sistemas de aspiración del polvo. Así como equipos de protección individual (EPI) para los trabajadores. No se adoptó ninguna medida extraordinaria de precaución con la aparición de la nueva piedra artificial.

Tampoco en la fábrica de Cosentino se incorporó este nivel de seguridad. Las inspecciones de trabajo sancionaron a la multinacional en varias ocasiones. Sin embargo,  estos expedientes no recogían el nivel de polvo que había en la planta, que algunos empleados han calificado de “irrespirable”. Han asegurado que antes de cada visita de un inspector se alertaba y se limpiaba todo para falsear las condiciones reales en las que se desarrollaba la jornada laboral a diario.

Si a esta circunstancia se une la burbuja inmobiliaria de aquella época, hasta su estallido en 2008, se multiplicó la exposición al producto cancerígeno. El afán constructor desaforado exigía enormes cantidades de materiales, que exigía en las factorías hasta tres turnos, y rapidez en la edificación. Se daba la la tormenta perfecta. Hizo que se fabricara mucho y la colocación de encimera en cocinas y baños se hiciese con premura. Se llegaban a cortar las planchas del aglomerado de cuarzo en furgonetas, a puerta cerrada, lo que multiplicaba la concentración del aire ‘venenoso’ que inspiraban los marmolistas.  

La burbuja que ahora estalla en secuencias es la del alcance real de la silicosis. Poco a poco cada vez resulta más difícil esconder las irregularidades que se han sucedido en torno al aglomerado de cuarzo, o piedra artificial.

El juicio iniciado el lunes estaba previsto que se prolongase durante cinco jornadas, aunque «tal y como está yendo, no creo que llegue a las cinco jornadas previstas y puede que en cuatro quede despachado”, ha indicado a Crónica Libre una persona que sigue de cerca el juicio.

En todo caso, este juicio, según esperan asociaciones de afectados, debería ser un nuevo episodio para arrojar luz y justicia en una ocultación que se ha comparado a los procedimientos mantenidos por la industria tabaquera o los fabricantes de productos con amianto. En ambos casos se escondieron deliberadamente, como se ha demostrado a posteriori, a pesar de conocerse bien, los riesgos de productos que se comercializaban en la mundo entero.

Inma Muro

Periodista especializada en temas de denuncia social. Más venticinco años de trayectoria en medios de información general e investigación. Entre ellos las ediciones digital y en papel de la revista Interviú. Gabinetes de prensa, comunicación institucional y agencias de publicidad.