‘Eh!tica’ en las redes sociales y fuera de ellas

Eh! es una plataforma con ocho millones de seguidores, acumula más de 3.500 millones de visualizaciones y llega a 45 países. Empezó hace cinco años en un apartamento parisino de 16 metros cuadrados. Como capital social, 6.000 euros y una sola persona (ahora son cinco). Su creador, Javier Ivànyez mantiene los pies en el suelo a pesar de los números apabullantes. Una “conciencia de clase”, le impide que se le suba a la cabeza lo logrado en cinco años. ·”Mi padre era fontanero, hoy estoy aquí y otro día puedo estar cogiendo las herramientas” En sus oficinas en Madrid, se respira esa misma coherencia, refrescante, que nada tiene que ver con el cliché de una startup. No quieren crecer desmesuradamente si eso implica perder de vista su filosofía o traicionar lo humano. Y es que en Eh! la ética se tiene no solo por bandera, también como razón de ser. Se ve en los vídeos que cuelgan, en su filosofía que se preocupa por la salud mental, la igualdad o el medio ambiente, el feminismo…

Puede que por el nombre no se caiga rápidamente en qué plataforma es, pero seguro que cualquier usuario de las redes sociales ha visto más de un vídeo que lleve en una esquina el logo de Eh! Sus producciones propias o las que reproducen viajan en minutos alrededor del mundo. El secreto de su éxito es que viralizan pequeñas piezas audiovisuales que emocionan. Ellos exponen así su fórmula: “Pensar, reflexionar, emocionar. 100% vídeo, 100% social, 100% tuyo”.

Crónica Libre ha visitado sus oficinas en Madrid, entre Gran Vía y Malasaña, un barrio que concuerda a la perfección con el espíritu innovador, cultural, abierto de Eh! universo media. A un paso de los teatros y cines donde estrenan películas y musicales, en las lindes de Chueca, zona de tradición reivindicativa de los derechos Lgbtiq+ de la capital y del país. En la sede de Eh!, la primera física que tienen, recibe la plantilla al completo. Sorprende el talante distendido, idealista y coherente. Lo muestra su fundador, Javier Ivànyez, y lo contagia a los otros cuatro artífices de esta plataforma de “infoentretenimiento en vídeo”.

Son el quinto medio de comunicación en España (solo superados por medios generalistas, tradicionales y consolidados: El País, La Vanguardia, El Mundo y Telecinco).  Y la segunda mejor página de entretenimiento de Facebook (ahora Meta). La media de visualizaciones por publicación oscila entre los 600.000 y cerca del millón y medio, pero el récord está en más de 70 millones de visualizaciones de un solo vídeo. Este experimento social contra el racismo, representativo de los mensajes que transmite Eh!, superó las diez millones de visitas. Y es imposible verlo sin que se erice el vello. Las estadísticas le dan la razón al fundador que se planteó «un vídeo llega a más gente que mil artículos».

En positivo, siempre

Los puntos cardinales por los que transita Eh! los tienen claro: frente al odio y exabruptos que circulan por las redes sociales, quieren compartir mensajes con contenido positivo. “Queremos hacer un mundo mejor y eso pasa por comunicar de una manera más amable y constructiva”, resume Javier Ivànyez, de una manera que puede resultar naif pero que es toda una filosofía que lleva a cabo.

Se planteó en 2017, con el procès en pleno auge, que quería comentar con lo que sabía, hacer vídeos, lo que él pensaba. “Al principio me lo plantee como si fuera un currículum en vídeo. Como periodista, iba a hacer crónica del 1 de octubre”, recuerda.

La cosa se le fue de las manos y de eso se dio cuenta cuando algunos meses después, en un viaje a México, vio a un desconocido al lado visionando uno de los vídeos que él acababa de montar.

Frente a tanto odio, se planteó desde sus inicios, él solo con él mismo (no había más equipo) compartir historias de superación. La materia prima de Eh! son los mensajes, siempre acreditando de dónde vienen y dejando constancia de quien es la autoría, que apelan a la inclusión, se oponen a la injusticia, campañas de publicidad creativas, y también con mensajes constructivos, cortometrajes impactante que lleven a la reflexión.

Su decálogo ético pasa por reconocerse “sensibles”, algo que no está muy bien visto en el mundo empresarial, ni en el político, que nos recuerda a menudo que “de casa se viene llorado”. Tienen un especial cuidado y atención por la salud mental. Y no como un afán oportunista, ahora que se lleva eso. “Aquí vamos a terapia y cada uno tiene su sesión el día que le toca y eso se respeta”, dice Yvànyez y corroboran Jorge Luna, director de Contenidos, y Marta Marín, directora comercial y de marketing.

En las oficinas de la calle Pizarro se palpa esa filosofía de empresa y, la verdad, parece que ponen en práctica su decálogo. Se definen como feministas, que luchan por la igualdad, por un mundo más justo, por la sostenibilidad, en una amplia acepción, también en lo que se refiere a las personas, a sus condiciones de trabajo. Y se repiten que “quieren estar en el lado correcto de la historia”.

Algoritmo, santo grial

Fueron creciendo en sentido inverso, “cualquier medio de comunicación nace con un plan de negocio, aquí no había, surgió sobre la marcha” y han logrado hacer una marca con una forma de comunicar reconocible, que vino a cubrir un hueco entre el bombardeo de mensajes.

“Hemos aprendido de FB y del algoritmo. Nos tenemos que avanzar a lo que pide la gente, estar muy al día y adelantarte a la caída de una red o el auge de otra. “Monitorizamos a nuestra audiencias. Pero nadie tiene todas las respuestas, hay algo intuitivo. El algoritmo es el santo grial que todo el mundo le gustaría tener”.

La velocidad en que cambian el sector. “Tres años en el mundo de las redes, es el pleistoceno”, apunta el fundador de Eh! Cambian los gustos y las formas de consumir también en comunicación. Lo que antes funcionaba, vídeos largos, deja de se apetecible en favor de contenidos de menos de un minuto. De los formatos en horizontal a los verticales que pide Tik-Tok. “Algunas veces nos adaptamos con prueba/ error”, apunta Marta Marín.

“Y el conocimiento de nuestra comunidad y el análisis constante de los nuevos formatos, así como el estudio exhaustivo de las plataformas y las herramientas que ofrecen y sus actualizaciones”, añade Jorge Luna. Compañero de máster de Javier Ivànyez, fue la primera incorporación a la empresa, en 2020.

El reto de financiarse

La monetización del proyecto llegó a través de herramientas que permitía Facebook. “Luego hemos ido añadiendo branded content (contenidos realizados para marcas) pero siempre que el mensaje encaje en nuestra filosofía, siempre lo llevamos a nuestro terreno, estudiamos cómo y qué transmitir”, cuenta Jorge Luna.

Ahora mismo, colaboran con una multinacional de cosmética en una campaña de concienciación para detectar el acoso callejero a las mujeres, que puede verse en su perfil de Instagram, para saber cómo actuar ante él, ya sea víctima o espectador. “Mantenemos nuestra independencia y nos hemos negado a trabajar con marcas con la que no estamos de acuerdo, por ejemplo, con criptomonedas”, apunta Ivànyez.

“Nuestra misión es ayudar a reflexionar, ser esa gotita de amabilidad en las redes sociales, un medio que es tan hostil”. Así lo explica Marta Marín. Frente a lo fácil, el aluvión de odio, desde Eh! se pone el foco en hallar o elaborar contenidos que marquen para bien. Si los informativos abrían con los altercados tras la victoria de Marruecos frente a España en el Mundial, ellos buscaron, y encontraron, un vídeo en el que guardias civiles feliciaban a migrantes marroquíes. “El odio es gratis en las redes pero el amor puede al odio”, enfatiza Javier Ivànyez.

Una comunidad en femenino

La gran mayoría de los seguidores de Eh! son mujeres, el 78,4 por ciento, frente al 21,5 de porcentaje masculino. Las edades van desde los 13 hasta mayores de 65, pero la gran mayoría se encuentra entre 25 y 35 años. Son un medio nativo digital y su target tienen una manera de informarse y entretenerse que entiende bien este canal.

“Una prueba para saber si algo va a gustar a nuestra comunidad es si lloramos al verlo o se nos pone la carne de gallina –apunta Marta Marín–. La humanidad está deseando quitarse la coraza y con nuestros vídeos, en nuestras entrevistas, apoyamos eso, que se pueda hablar de todo, que la gente se sienta cómoda, hacer un entorno seguro. La salud mental es uno de nuestros hilos principales sobre los que hilar otros valores”.

Referente

Eh! se ha convertido en un interlocutor sobre medios de comunicación y redes y comparten mesa de debate con cabeceras de prensa generalista o dan charlas en universidades. Una prueba de que han creado una forma de comunicar, en positivo, que funciona y que aprovecha el canal en el que la gente está ahora mismo, las redes.

“Sería pretencioso creer que hemos logrado hacer un mundo mejor. A nivel de nuestro público creemos que damos las herramientas empoderadoras para hacer frente al discurso de odio”. Como, por ejemplo, dar argumentos para decirle al cuñado estas Navidades que su discurso roza el machismo con uno de los vídeos que cuelga la plataforma o a través de la reflexión que le ha incitado. Las cosas cambian de a poquitos y ellos consideran que han aportado en ese movimiento de mejora.

El reto, mantener su independencia e integridad. Su último paso, abrir un crowfounding que lo permita, “Internet ha democratizado lo gratis, pero si todo es gratis dejarán de existir los profesionales que creen contenidos, los periodistas, músicos… Debemos aprender que los medios de comunicación para ser independientes necesitamos ayuda. Para estar fuera de estas presiones, necesitamos de nuestra comunidad”.

También se plantean reforzar su web, que les permita estar firmes frente a los vaivenes de las redes en las que están presentes. «No se sabe qué puede pasar con ellas, Facebook tuvo un apagón y parecía que estaba en horas bajas. Nosotros estamos cien por cien en redes pero teneos que tener cierta independencia…», comenta Jorge Luna. Su existencia pasa por ser adaptables y ágiles frente a la versatilidad de estos medios sociales y estar alerta. «Hay gente que tiene miedo al metaverso, pero quién nos dice que es el nuevo internet. Hay que estar o, al lmenos, coquetear con él»,

Además, bulle en su carpeta otro proyecto al que están acabando de dar forma,  VivenzzaEh! Está enfocado en la organización de viajes de una manera “ética, reflexiva y consciente”. Con precios asequibles para los viajeros y remuneraciones justas para los trabajadores. Que opte por el consumo de proximidad y trate de dejar la menor huella posible.

En Javier Ivànyez se aprecia cierta clarividencia y el aplomo de saber lo que quiere, eso que tanto cotiza en los emprendedores. En su currículum, como él pretendía, ya puede subrayar que en un mundo trepidante él ha sabido desarrollar una forma de comunicar que se escucha en todo el mundo. Ahí es nada.