El tsunami de las revueltas por la muerte de Masha Amini llegó a las costas gallegas. La cooperante gallega Ana Baneira fue detenida cuando, al parecer, participaba en las protestas por la muerte Amini, todo un símbolo de la lucha por la libertad en el país islámico, algo que el gobierno español ha negado para conseguir su excarcelación. La la joven iraní murió mientras estaba en custodia policial tras ser detenida por no llevar bien puesto el velo. Hoy la calma ha llegado, por fin, a Santiago de Compostela. Y sobre todo, a la familia Baneira- Suárez cuando han podido abrazar a su hija y hermana. Por todo el mundo hay 2.680 españoles cooperando en diversas ONG y proyectos.
La llegada de Ana Baneira ha estado rodeada de cierto misterio, no había trascendido a qué hora llegaría procedente de Ginebra, última escala de su retorno. Se especulaba con que aterrizaría por la noche pero al final ha llegado a primera hora de la tarde. Tampoco se ha podido captar la imagen de reencuentro, a pesar de que los medios estaban apostados en el aeropuerto.
Esta estrategia para preservar la tranquilidad de la joven cooperante, de 24 años, que según un comunicado de la familia ha llegado bien “aunque muy cansada”. Así se pone fin a un largo cautiverio de más de tres meses en una prisión iraní. Su delito protestar por la muerte de la joven Masha Amini.
Poco ha trascendido del cautiverio de Benería. Discreción habitual en estos casos para no empañar las negociaciones diplomáticas. En este tiempo, según ha reconocido José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores, una vez que la cooperante ya estaba segura, ha mantenido contactos con su homólogo iraní para exigir la liberación “inmediata” de Baneira. Detenida, según el mismo Alvares ha declarado, bajo unas acusaciones infundadas mientras participaba en las revueltas que sucedieron a la muerte de la joven iraní de origen kurdo Masha Amini, en septiembre pasado.
Discreción hasta que el avión despegó
Ayer, por fin, la buena noticia se hizo pública, una vez que su avión despegó de Teherán. Aunque la liberación se produjo el sábado. A las puertas de la prisión fue a buscarla el embajador español en Irán, Ángel Losada Fernández. El diplomático ha acompañado en todo momento a la cooperante española.
No ha trascendido dónde se mantuvo retenida a la española ni en qué condiciones, aunque en comunicación a su familia nada más ser liberada, dijo estar bien. Las condiciones de los prisioneros en el país persa no son precisamente buenas y gobierna un clima de terror que afecta también a los familiares de los reos. Presumiblemente, la cooperante española no habrá permanecido en la cárcel de Qarchak, centro conocido por las ejecuciones extrajudiciales y graves violaciones de los Derechos Humanos.
Allí sí que permanece presa Astiaj Haguigui, la joven de 16 años, detenida junto a su novio, Mohammad Ahmadi por haberse grabado bailando en la calle un vídeo que subieron a las redes sociales. La condena por tan “grave” crimen ha sido de diez años de prisión, como contamos en Crónica Libre.
Para entender el conflicto y las revueltas que vive Irán y la grave violación de los Derechos Humanos y, especialmente de las mujeres, hay una guía de lecturas recomendadas por Carmen Domingo en Crónica Libre. Un repaso por libros que abordan desde muy diferentes prismas lo que sucede en el país desde la llegada del régimen de los ayatollahs.
Inquietud y compromiso desde muy joven
A Ana Beneira, trilliza junto a otras dos hermanas, ha sido como una joven intrépida y comprometida. Colabora con una ONG de defensa de los Derechos Humanos, aunque no se ha dicho cual. Estudió Administración y Dirección de Empresas (ADE) en la Universidad de Coruña. Siempre se ha declarado inquieta y activista por los derechos de las mujeres.
Desde que cumplió la mayoría de edad, se lanzó a conocer el mundo. El último viaje los emprendió hace unos meses, por Asia, con la idea de hacer un trayecto lento, sin prisas. «Un itinerario fuera de lo común que me permita ser más consciente de los lugares que visito y las personas que conozco”. Su viaje se vió truncado por la detención en Irán, un país que ha detenido a 18.000 personas por las protestas por desde la muerte de Masha Amini, el 13 de septiembre de 2022.
Otro español, Santiago Sánchez Cogedor, también aventurero, permanece en una prisión iraní. El madrileño, de 41 años, se dirigía a Qatar andando para asistir al mundial de futbol. Al parecer fue apresado después de hacer una foto a la tumba de Amini.
España, un país de cooperantes
Un total de 2.689 españolas y españoles trabajan fuera en 96 países de todo el mundo como cooperantes, según el último estudio de la Agencia Española para la Cooperación y el Desarrollo. Un número algo inferior al año anterior, que cifraba en 2.708 el número de compatriotas que estaban en diferentes proyectos humanitarios por el mundo. El perfil más habitual del cooperante español es el de una mujer, consituyen un 55 por ciento, mayor de 35 años y trabajando, en su mayoría, en África Subsahariana.
El mismo AECID destaca que el trabajo de estas personas se produce en situaciones que entrañan peligro. Según sus cifran, en 2020 se produjeron 276 ataques a personal humanitario, causando 475 víctimas, 108 de ellas mortales.
En las dos últimas décadas han sido asesinados 14 cooperantes españoles. La última muerte fue, el 25 de junio de 2021, en Etiopía, era asesinada la española María Hernández, trabajadora de Médicos sin Fronteras, junto a sus dos compañeros locales, Yohannes Halefom y Tedros Gebremariam, mientras acudían a prestar asistencia a las poblaciones afectadas por el conflicto en la región de Tigray.
