Meloni dirigirá el gobierno más fuerte de las últimas décadas en Italia

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Las urnas han dado una contundente respuesta en unas elecciones marcadas por los 10 puntos de abstención respecto a los últimos comicios. Los italianos han mostrado su cansancio con el circo político que llevó a la dimisión de Mario Draghi. Décadas de gobiernos incapaces de resistir más de un par de años han pasado factura.

Por Laura Grani

Los resultados han sido impactantes. El partido Fratelli d´Italia (Hermanos de Italia) de Giorgia Meloni ha conseguido un rotundo 26,01 %, la alianza de centroderecha o ultraderecha ha sumado un 44,02 %, ganando claramente en la mayoría de regiones tanto en el Congreso como en el Senado.

La pregunta sin embargo sobrevuela no solo a Italia si no a toda Europa : ¿se abre una nueva era política o están volviendo fantasmas antiguos? Meloni no esconde su militancia en el fascista Movimiento Social Italiano, cuyo fallecido líder Giorgio Almirante es el referente ideológico de la nueva presidenta de Italia. Y si este tenía estrechas relaciones con el dirigente de la ultraderecha española de Fuerza Nueva, Blas Piñar, Meloni no dejó de mostrar su apoyo a VOX y a otros grupos europeos.

El azul con la llama del MSI

La bota ameneció completamente coloreada de azul, el color de la alianza de la derecha en una bandera donde no falta la llama con la bandera italiana, identico al que lucía la bandera del Movimiento Social Italiano.

Pero ese azul también se traduce en los gráficos que apenas dejaban ver el resto de colores de otros partidos. La ley electoral italiana otorga la victoria al que tenga más votos en la circunscripción, basta con un solo voto, pero esta vez los resultados han sido apabullantes. 235 escaños en el parlamento para lo que los italianos denominan centroderecha, 80 para el centroizquierda, 51 para el Movimiento 5 Estrellas y 21 para el que se denomina tercer polo (partidos capitaneados por ex militantes del Partido Democratico). Más de lo mismo en el Senado con 112 escaños para la derecha, 39 para el centroizquierda y 37 para el resto.

Los políticos italianos llevaban años suplicando al electorado para que les otorgara una mayoría clara y compacta, permitiéndoles así gobernar. Está vez parece que la respuesta ha sido clara. Guste o no guste.

El arrasador 26, 01% de Giogia Meloni contrasta con el resultado de sus dos aliados principales, un 8,27% para el partido de Silvio Berlusconi, Forza Italia; y un 8,85% para la Lega de Matteo Salvini. Pero las cifras esconden una diferencia enorme. Hay un claro derrotado. Matteo Salvini ha perdido gran parte de los votantes de la Lega que han migrado al partido de Meloni. El que hace tres años se veía a punto de ser líder de la nación, aupado por una mayoría potencial que invocaba el voto inmediato, ha amanecido lamiéndose las heridas y buscando argumentos para no dimitir. Salvini perdió su momento y luego disipó el favor popular, ahora ha caído en desgracia y habrá que ver si su cabeza no acaba en una pica.

Por su parte, Silvio Berlusconi ha mantenido el tipo y la cantidad de votos. Con 85 años, es tan listo como para ponerse por debajo del ala protectora de Giorgia Meloni, igual que ella estuvo por debajo de la suya durante sus años mozos en la política, donde llegó a ser ministra de Juventud en uno de los gobiernos del magnate de la comunicación.

El fracaso de la izquierda

La ruptura de la izquierda italiana ha terminado de estallar. La izquierda no sólo se ha quemado la comunicación entre los partidos, también se han quemado los vínculos con el electorado que ha preferido quedarse en casa y no votar. Ahora tendrá que curar sus heridas y resucitar si quiere ser una alternativa en el hipotético y parece que remoto caso de que el gobierno de Meloni no funcione. Italia es el país que más fondos europeos recibirá, pero las relaciones de este nuevo ejecutivo con la Unión Europea no parecen estar por ahora en armonía.

En ese mar de lágrimas las reacciones han sido variadas. Letta, el líder del Partido Democratico ya ha anunciado dimisiones, Renzi de Italia Viva ha salido de viaje a toda prisa y Calenda de Azione ha reconocido el fracaso. El único que ha podido tomarse ciertas satisfacciones ha sido el otro exprimer ministro Giuseppe Conte, al que los italianos han concedido cierta confianza. Considerando la cantidad de partidos capitaneados por antiguos primeros ministros y ministros que proliferan en Italia, Conte ha tenido éxito. 

Ya nada se interpone entre la derecha italiana (Meloni no se define de ultraderecha) y el gobierno. Hasta se está hablando de cambiar la constitución ¿Un nuevo amanecer o una noche de zombies?  Habrá que esperar y ver.

Redacción CL

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