Con la Reina Isabel II se van 70 años de historia

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La muerte de la reina Isabel abre muchas incógnitas. Preguntas que de momento tienen difícil respuesta teniendo en cuenta la grave situación en la que está inmersa Europa, debido a las consecuencias políticas y económicas que está teniendo entre la ciudadanía la guerra de Ucrania, pero muy especialmente entre los británicos.

Por Rosa Villacastín

La primera ministra Lizz Truss, recién llegada a Downing Street, fiel defensora del Brexit y que no ha ocultado su rechazo por la monarquía en numerosas ocasiones, tendrá que modificar su actitud debido al puesto que desempeña y a la conmoción que ha causado el fallecimiento de la Reina Isabel II. No solo entre los británicos también entre los ciudadanos de medio mundo, gracias al comportamiento de Isabel a lo largo de sus 70 años de reinado durante los cuales ha mantenido una neutralidad exquisita, que le ha valido el respeto de los 15 primeros ministros con los que ha tenido que lidiar desde su llegada al trono.

Cuenta el escritor John Carlin que nadie ha monopolizado el papel de reina como Isabel, pese a que cuando accedió al trono lo hizo sin experiencia, sin preparación, que ella supo subsanar a base de tesón y de estudiarse todos los temas que llegaban a su mesa, incluso los más controvertidos, convencida como estaba de que la miraban con lupa, y de que cualquier paso en falso, hubiera sido un descrédito no solo para ella sino para la Institución que representaba.

No podemos olvidar el papel tan importante que tuvo el duque de Edimburgo en su vida. Un pilar que, pese a las diferencias de criterio en muchos temas, siempre estuvo a su lado para ofrecerle su apoyo. Dicen que las broncas entre ellos eran continuas, y las infidelidades por parte de él, también, pero supo llevarlas con discreción, lo que no impidió que le fuera leal a Isabel, en todo momento. Dicen que su muerte precipitó el deterioro físico de la reina, porque no solo perdió a un marido, padre de sus hijos, también a su confidente y consejero más fiel.

God save the King

A la reina Isabel le sucede su primogénito el rey Carlos III, el eterno aspirante al trono, que ha tenido tiempo de prepararse concienzudamente para reinar un país que nada tiene que ver con el que recibió a su madre cuando accedió al trono. Un imperio que poco a poco se ha ido desgajando del Reino Unido, aunque sean muchos los lazos que todavía les unen.

¿Sabrá el rey Carlos III conciliar sus opiniones con las de quienes están en contra de estos cambios? Esa es una de las cuestiones a las que tendrá que enfrentarse. ¿Cómo? ¿Guardando silencio como ha hecho su madre durante su largo reinado? No lo creo, porque cuenta con el apoyo de muchos jóvenes.

Rosa Villacastín

Muchos esfuerzos tendrá que hacer el nuevo rey para ganarse la confianza de los británicos, sobre todo de los que apostaron por el Brexit y de los republicanos, que los hay, y de quienes no comulgan con sus ideas, ya que es un firme defensor de la ecología y en contra de los negacionistas del cambio climático, así como de que las grandes ciudades se conviertan en parques temáticos. Temas en los que está implicado desde hace tiempo. La pregunta es: ¿sabrá conciliar sus opiniones con las de quienes están en contra de estos cambios? Esa es una de las cuestiones a las que tendrá que enfrentarse. ¿Cómo? ¿Guardando silencio como ha hecho su madre durante su largo reinado? No lo creo, porque cuenta con el apoyo de muchos jóvenes.

El Príncipe de Gales y la Duquesa da Cornualha, Camila Parker-Bowles, en viaje oficial en 2009.

En cuanto al futuro del resto de los miembros de la familia, parece que todos han aprendido la lección de que los trapos sucios se lavan en casa. Todos menos Henry y Meghan, que se niegan a permanecer alejados de los focos aún a sabiendas del daño que eso hizo a Lady Di y a la institución monárquica, que si por algo se había caracterizado hasta ese momento era por la discreción de cara a la opinión pública. Lo demuestra el hecho de que en 70 años en el trono, la reina Isabel II nunca concedió una entrevista, ni siquiera para hablar del tiempo, todo lo contrario de lo que hicieron Carlos y Diana.

La pregunta que habrá que hacerse no tardando mucho es: ¿hasta cuándo está dispuesto a reinar Carlos III teniendo en cuenta que tiene 73 años? ¿Abdicará en favor de su primogénito, el príncipe Guillermo? La pelota está sobre su tejado. Una cosa parece cierta: no es lógico ni sano que un hijo tenga que esperar a que muera su padre para acceder al trono. Sobre todo, perteneciendo a una familia tan longeva.

Redacción CL

En un país en el que sólo un 15% de los medios de comunicación cuenta con directivas. Por primera vez en la historia del periodismo español, Crónica Libre se posiciona, como el único grupo de comunicación, en el que su accionariado principal está liderado por mujeres