Estafador estafado: «No te creas lo que te dice un extraño por Internet»

4 Min. lectura

Con las redes sociales las llamadas ‘estafas sentimentales’ están aumentando. Crónica Libre ha entrevistado a Marti, un joven informático que consiguió dar la vuelta al timo y localizar a su estafador, llegando a averiguar su nombre real, sus coordenadas y hasta su dirección IP.

Por Patricia Espinar

El estafador usa siempre un servicio de citas online como Tinder o Pof o bien los chats de Messenger, Facebook o Whatsapp. Los estafadores estudian a sus víctimas, y buscan a las que pueden ser más vulnerables. Las cifras reales de la comisión de este tipo de delitos son muy difíciles de averiguar porque la mayoría no se denuncian. Las víctimas sienten vergüenza por haber sido engañados y no solo no denuncian, sino que no le cuentan a nadie lo sucedido. En este caso, la víctima se dio cuenta inmediantamente de la estafa y decidió jugar con su estafador.

Martí, quien prefiere mantenerse en el anonimato y que publiquemos solo su nombre de pila, ha contado a Crónica Libre cómo se puso en contacto con él su estafador: “Hace un par de semanas me abrió mensaje de WhatsApp un número desconocido con prefijo de Nigeria con un «hola». Era evidentemente una estafa, pero estaba aburrido y decidí seguirle el rollo a ver hasta dónde llegaba. Era una mujer joven soldado americana en una situación algo complicada.  Decidí darle mis datos 100% reales al completo porque no creí que hubiera ninguna malicia en sus mensajes» Lo dice irónicamente, para el estafador será Godofredo del Valle. Tras estos mensajes,»como es natural, se ha enamorado perdidamente de mí y quiere tener una «relación fuerte«.

Martí y su ‘enamorada’ intercambian decenas de mensajes para conocerse. En un determinado momento, el joven echa el anzuelo y decide invitarle a su pueblo para hablar. El estafador recoge el guante: “Parece que quiere venir a verme, le pregunto si va a volver a Nigeria por el prefijo, a ver que dice… Parece que tiene excusa. No quiere que los terroristas localicen su número, pero me lo da a mí, un completo desconocido”. Aún así, Martí sigue chateando con él.

Este tipo de estafadores es gente profesional que se suele especializar en estafas y timos predeterminados, por lo que realizan su trabajo de una forma mecánica y muy convincente. Siempren cuentan una elaborada historia, en la que tratan de ganarse la empatía de su víctima, aunque a veces patinen con el idioma o el traductor on line.

El estafador sube un nivel y empieza a establecer una relación más íntima. “Me envía una foto y quiere una mía. Se lía un poco con el idioma, pero es normal, no es de aquí” asegura el informático irónicamente. Una vez ganada la confianza de Martí, el estafador le propone encontrarse con él. Tal como informa la Guardia Civil en su página para detectar estafas, es el momento de pedir dinero con la excusa que más le cuadre, como la de pagar el avión, hotel, o un problema de salud.

Martí decide desenmascarar a su estafador

Martí echa más leña al fuego y sube la apuesta ofreciendole más dinero del que ha pedido el estafador: «le pido sus datos para hacer el pago, a ver con que me sorprende. Me da unos datos bancarios, de un tal Desmond Lawson. La dirección no existe aunque el banco en España sí. Resulta que es su comandante, casualmente reside en Madrid en una avenida inventada. Necesita el dinero para esta noche«. Como prueba, para hacerle la transferencia, el joven pide a su enamorada un vídeo diciendo «Hola Godofredo».

El estafador se lo pasa, «pero no dice nada y hay un emoji enorme tapando probablemente el nick de la chica. Finalmente cedo a hacerle la transferencia«. Y aquí empieza la parte divertida, el joven informático crea una página web para simular un recibo de un banco. «El botón de descargar recibo te descarga un pdf con los mismos datos. El email de soporte es un gmail que creo unos minutos después, esperando que me escriba cuando no vea llegar el dinero».

Recibo de la falsa transferencia

Contra todo pronostico, el estafador cree que le ha mandado el dinero y que ha habido algún tipo de problema técnico, por lo que escribe a la dirección de soporte con su verdadero nombre y correo. Martí confirma que es un hombre nigeriano, no una marine americana. «Cuela, y el absoluto ‘genio del engaño’, me escribe con su cuenta personal de correo. Le pido que me envíe el recibo, para disimular un poco, aunque realmente si se ha tragado que la cuenta de soporte sea un gmail, que el banco se llame semen, y que el recibo este en el dominio msanchis2.github, podría haberme saltado el paso» asegura el joven.

El siguiente paso es meterle el miedo en el cuerpo a su estafador: «Me envía el recibo, y yo decido intentar asustarlo un poco«. Para ello el joven le contesta diciendo que el dinero ha sido bloqueado por ser un posible caso de estafa o robo de datos.

El estafador vuelve al ataque y le pide que le envíe el dinero a otra cuenta. «tras ver el correo de la alerta de bloqueo por posible estafa, me pide que vaya al banco y que diga que la tranferencia era para un familiar. Por supuesto, le digo que voy a las oficinas de Cumbank de Guarroman». En este momento el joven trata de dar una vuelta de tuerca a la historia y le dice que ahora es él quien necesita el dinero. «Decido ser yo el estafador«

Tras varios chats, Martí le pide que rellene un formulario para poder enviarle el dinero sin que haya bloqueo por parte del banco. Al conectarse a ese formulario, el estafador le está poniendo en bandeja a Martí su IP y localización. Reto conseguido. El joven decide poner punto y final a su romance y darle un consejo a su estafador antes de que le bloquee: «No te creas lo que te dice un extraño por Internet. Podría estar intentando estafarte»

Patricia Espinar

Directora Adjunta y Socia Fundadora de Crónica Libre. Periodista de investigación. Académica de la Televisión. Guionista, Creadora de Formatos de TV. Directora de Grabación y Coordinadora de Invitados.