El ejército de mercenarios se ha hecho con el control de alguna de las zonas más sensibles en cuando a terrorismo islámico desplazando los contingentes de ejércitos europeos y generando una situación de inestabilidad manifiesta. Aunque todos situamos al Grupo Wagner en la guerra de Ucrania lo cierto es que el auténtico negocio del grupo Wagner está lejos de Crimea o Kiev. Donde el ejército de mercenarios es realmente poderoso es en el centro de África.
Allí “protege a gobiernos enclenques y poco transparentes, extractiviza sus principales riquezas, sobre todo el oro, comete violaciones sistemáticas de los derechos humanos, pero también, ocupa un papel muy relevante en la lucha anti yihadista” declara a este medio el catedrático de Derecho Internacional Público de la Universidad de Jaén, Juan Manuel de Faramiñán, uno de los mayores expertos en la situación geopolítica en ambos territorios.
Por qué a España le importa mucho lo que pasa en Mali
Quizá el mayor quebradero de cabeza de esta situación es la que se está produciendo en Mali, sobre todo tras el golpe de estado de 2021 que acabó con el ascenso al poder de una Junta Militar.
Mali es uno de los países clave para la Unión Europea en la lucha contra el terrorismo yihadista, y es allí donde España tiene desplegados unos de los contingentes militares más amplios de los que operan en el continente africano. También es el segundo país africano desde donde más personas llegan a España tras cruzar el mar, lo cual se traduce en que una negligencia de control sobre el terreno podría facilitar la entrada a Europa por ese camino de individuos vinculados al “Daesh” o a al terrorismo yihadista, como así lo expresó el pasado mes de febrero la propia ministra de defensa Margarita Robles.
La presencia española en Mali puede rastrearse siguiendo el caudal del río Níger. Las tropas del ejército español se encuentran desplegadas en el Cuartel General de Bamako y en las posiciones de Koulikoro, Segou, Mopti-Sevaré (una de las zonas más calientes por estas fechas) y Gao, donde también se reúnen una importante fuerza de Naciones Unidas.
Todas ellas forman parte de la “Misión de Entrenamiento de la Unión Europea en Malí” (EUTM por sus siglas en inglés) fue creada en enero de 2013 bajo petición del gobierno maliense para formar a las Fuerzas Armadas del país en su lucha contra el yihadismo.
En torno a 1.100 efectivos de 22 países europeos (España aporta la mitad del contingente) realizan ahora el quinto mandato de la misión, cuyo final se ha estimado para mayo de 2024 y que actualmente atraviesa uno de sus momentos más impredecibles, después de la retirada de los soldados franceses para la “Operación Barkhane”, los cuáles han sido relevados por los mercenarios del Grupo Wagner al servicio del gobierno de la junta militar, muy cercano al Kremlin.
Subcontratar la seguridad pública y ceder el monopolio de la fuerza
“Muchos gobiernos países del mundo, sobre todo en África, han contratado al Grupo Wagner para que haga las veces de sus ejércitos nacionales, dado que sus recursos militares son escasos y sus soldados poco preparados. Esto, en la práctica, es una subcontratación de la seguridad pública, con el peligro que eso conlleva”, advierte Faramiñán a Crónica Libre.
El peligro al que se refiere el catedrático es que, al tratarse de un contingente de mercenarios, su único mando en plaza son las ganancias que puedan conseguir en cada uno de los territorios donde actúan. “Es en África donde Wagner tiene su auténtico centro de negocios y beneficios”, explica Juan Manuel de Faramiñán, al señalar que los mercenarios de Wagner cobran sus caros servicios con las materias primas de esos países, de manera exorbitada, sumiendo aún más si cabe en la pobreza extrema a su población.
Ucrania por el Sahel
Tras la crisis que se planteó hace unas semanas tras el fallido pulso de fuerza que el exjefe del grupo Wagner quiso plantear a Vladimir Putin, y la desaparición del mercenario después de esos hechos, los expertos en la zona que participan de manera cercana en la búsqueda de una resolución para el conflicto ruso ucraniano reconocen que quizá el grupo Wagner haya vuelto al redil de Putin si éste les ha asegurado manga ancha en sus negocios en el Sahel africano.
“Ese escenario es sumamente peligroso para la seguridad en Europa ya que los gobiernos de estos países están en manos del ejercito de mercenarios que sólo obedece al mejor postor”, indica Faramiñán. Nada evitaría pues que si los entramados terroristas, que también poseen abundantes fuentes de financiación, pudieran mejorar la minuta del grupo Wagner, una de las zonas más calientes del mundo en cuanto a actividad yihadista quedara fuera de cualquier atisbo de colaboración con los estados de la Unión Europea, lo que pondría en una situación muy delicada la seguridad de sus 500 millones de habitantes.
