La OTAN en el punto de mira. La que fuera vicepresidenta del Bundestag, Antje Vollmer (1943-2023), falleció el 16 de marzo a los 79 años. Era una pacifista nata. Se opuso a la guerra del Kosovo, Afganistán e Irak. Redactó un ensayo que lo ha publicado Berliner Zeitung porque fue su última voluntad. Esta política verde de la primera generación deja un testamento político incómodo para la horda de políticos que enarbolan el partido verde actual. Estos son los puntos más importantes de su escrito.
Arranca el texto titulando “En historia es importante ver desde qué comienzo se cuenta la relato”. El ensayo tiene su punto de partida en la guerra de Ucrania y señala dos elementos significativos de la narrativa mayoritaria en Alemania.
- ¡Que qué horrible fue el asalto de Putin a Ucrania -el único culpable de esta guerra- y
- qué ingenua fue Europa al creer en la reconciliación con Rusia después de la caída del muro de Berlín en 1989!
Pone el dedo en la llaga afirmando que es necesario nombrar estos dos mantras, cuan juramentos de hechizo, poder ganarse el derecho a opinar sobre la guerra de Ucrania. Y se plantea una serie de preguntas que analizará en su ensayo. ¿Cuál fue el punto de inflexión o la Zeitwende? ¿Dónde empezó el error? ¿Por qué una Europa que terminó con la confrontación de bloques no ha tenido la fortaleza de lidiar con este problema de una forma diferente? Para contar las vicisitudes de la historia, es importante ver con qué aspecto de la historia se empieza, argumenta.
La narrativa europea en cuanto a la guerra de Ucrania es errónea
Vollmer se posiciona claramente contra la tesis dominante a día de hoy en la narrativa periodística mayoritaria de que el antiguo alto funcionario de la KGB que atiende al nombre de Putin ha embestido la paz europea. No es así. Lo que ocurrió en 1989 fue que se firmó una paz atómica, no se estableció una Friedensordnung o orden mundial de paz. Esa habría sido la tarea de los mandatarios de la época. Pero no fue así. A Europa no le bastó con acoger a los países miembros de la extinta URSS en le seno de la UE. Y ahí nació el germen del actual conflicto de Ucrania, insinúa.
La URSS desapareció de una forma singular. Dice Vollmer que casi todos los imperios mueren matando. No fue así con la URSS que terminó sin demasiadas escaladas bélicas.- La guerra de Abjasia fue una excepción-. Y Europa no hizo lo suficiente para desterrar viejos errores del viejo continente. He aquí dos narrativas que se repiten como mantras.
- La zozobra económica y política de la URSS se interpretó en Europa como victoria de occidente. La tendencia a proclamarse vencedor es una vieja Hybris europea. Por hybris se entiende “una forma extrema de sobreestimación de las propias facultades o arrogancia”.
- La renuncia a la violencia por parte del Ostblock bajo la batuta de Gorbachov fue asumida por Occidente como regalo obligado en tiempos en los que los miembros integrantes de la URSS anhelaban más libertades.
La renuncia a la violencia como razón de estado
Se lamenta de que la renuncia a la violencia de la URSS no se ha interpretado en sus justos términos en el ámbito europeo. Antes al contrario, se ha abundado desde muchos frentes mediáticos y políticos en el relato de que la URSS se derrumbó como una torre de naipes. No se menciona que la renuncia a la violencia es el resultado de acontecimientos anteriores. Insinúa que sus orígenes están en el nacimiento de la propia URSS donde se forjaron esos mimbres. No hay precedentes históricos, sentencia.
Y, de hecho, la URSS de Gorbachov tenía el arsenal atómico más grande a nivel mundial. Habría sido muy fácil movilizarlo tal y como algunos viejos defensores del régimen soviético a la usanza de Stalin estaban pidiéndole. Con el paso del tiempo, es más fácil, si cabe, interpretar este movimiento de la URSS en términos de “héroes de la retirada” de Enzensberger. Vollmer ensalza la visión de estado de algunos mandatarios de la URSS para asegurar la paz mundial.
Precisamente por eso critica que la cúpula política de Europa, y más concretamente de la de Alemania, rehusara despedirse de Gorbachov cuando murió. No entiende este desprecio institucional occidental cuando toda la plana mayor de los dirigentes a nivel mundial acudió pocos días después a presentar sus honores a la reina Isabel de Inglaterra y al Papa Ratzinger.
Resistencia y reunificación de Alemania
Lo expone con inmensa desazón porque Alemania debe su reunificación a Gorbachov. Se jacta del relato de aquellos que hoy alimentan la leyenda de la resistencia en los estados miembros de la URSS con crónicas biográficas personales. Su aportación a la resistencia fue muy modesta, tal es el caso de Joachim Gauck (1949), Marianne Birthler (1948), Katrin Göring-Eckardt (1984). Esta última es una política verde nació justo 5 años antes de la desintegración de la URSS.
Joachim Gauck fue pastor protestante en la antigua DDR y también presidente de Alemania (2012-2017). Marianne Birthler (1948) estuvo a cargo de los archivos (2000-2011) de la Stasi (policía secreta de la DDR). Vollmer lo analiza en términos de adaptación a las circunstancias de la DDR y no tanto de resistencia propiamente dicha refiriéndose a Gauck y a Birthler. Y la leyenda de la resistencia va engordando día a día al estar siendo alimentada por los voceros de los medios hegemónicos al tiempo que le restan valor a la renuncia de la violencia por parte de la URSS.
Según Vollmer, las preguntas que buscan respuesta a día de hoy son: ¿Qué significa realmente ser una nación europea? ¿Qué nos distingue de los demás? ¿Qué habilidades necesita adquirir una nación para pertenecer a ella? ¿Cuáles son las lecciones de nuestra historia? ¿Qué ideales nos marcan? ¿Qué errores y crímenes?
La narrativa de los medios sobre la guerra de Ucrania
Los medios de comunicación nos presentan una narrativa del pueblo ucraniano que lucha por su libertad sino también por la misión universal occidental. No es así. Se lamenta de la deriva argumentativa actual.
“Cualquiera que se afirme en clave de poder político, que defienda su existencia con sangrientos sacrificios y armas, es considerado un baluarte de los ideales europeos de libertad, cueste lo que cueste. Pero aquellos que buscan el consenso, la cooperación, el entendimiento y la reconciliación son considerados débiles y por lo tanto irrelevantes, incluso despreciables.”
Antje Vollmer, 2023
Y ahí está el meollo de la cuestión. Es el chauvinismo europeo tan difícil de erradicar, que ensalza lo heroico. Si se hubiese prescindido de ese vicio de cuna, se habría logrado mantener Yugoslavia unida.
Considera que hasta el final de la era Schröder, Alemania se ubicaba un espacio político privilegiado que le permitía actuar como mediador entre los adversarios de las grandes potencias mundiales. Esos tiempos ya han pasado a la historia. A más tardar en 2008, Putin empezó a desconfiar de occidente porque veía que Alemania se estaba postulando como líder de escuadrón en la OTAN y se convirtiendo en el bastión de los resentimientos antirrusos.
“Es un error fatal pensar que resistiendo a las otras potencias imperiales, el propio nacionalismo gana algo parecido a la inocencia histórica.”
Antje Vollmer, 2023
La OTAN y la caza de herejes
Insinúa que Europa debería dejar salir constantemente a la búsqueda de enemigos a los que combatir a nivel mundial. Antes bien, debería aunar esfuerzos para crear las condiciones en las que los estados vecinos mantengan relaciones pacíficas basadas en la equidad y salvaguardando los intereses de ambos practicando el respeto mutuo. Europa debe poner fin a la búsqueda de herejes.
“Estamos pagando un alto precio político y económico por esto. El Ministro de Economía alemán está tratando de reemplazar las viejas dependencias de Rusia y China con nuevas dependencias de estados que de ninguna manera pueden pasar como democracias modelo. La ministra de Asuntos Exteriores (de Alemania) es la trompeta más estridente de la nueva estrategia antagónica de la OTAN.”
Antje Vollmer, 2023
Ataca a Annalena Baerbock acusándola de dar explicaciones a temas complejos con una simpleza muy ingenua que está costando millardos a las arcas públicas alemanas. Al tiempo que manifiesta su desacuerdo con que se presente a China en los medios de comunicación como el nuevo enemigo geopolítico. Es un acto de propaganda. Europa se encuentra en una encrucijada en la que la imagen de sí misma sufrirá una catarsis importante. Es precisamente esto lo le llena de esperanza a Vollmer.
La imagen que Europa tiene de sí misma y la OTAN
La gran Europa debe aprender que el mundo ahí fuera no comparte la imagen que nosotros tenemos de nosotros mismos. Los mensajes para inocular narrativas que tienen por objeto afear a China no han sido exitosos. ¿Creemos que China ha olvidado las guerras del opio, o África los doce millones de esclavos, o Latinoamérica el expolio de españoles y portugueses o los asentamientos de europeos a nivel mundial para desplazar a poblaciones indígenas?, se pregunta. Ella tiene la profunda esperanza que después de todos estos excesos, la confrontación de bloques termine y solo la ley de las Naciones Unidas prevalezca.
“Mi fracaso personal me acompaña en los últimos días de mi vida. Mi partido, los verdes, tenían la llave en la mano para lograr un nuevo orden mundial”, dice. Se pregunta que qué habrá pasado para que los verdes de hoy, en lugar de alejarse de la confrontación de bloques, sean actor principal en el bloque otanista. ¿Qué les ha hecho abandonar sus raíces pacifistas? ¿Qué habrá pasado para que los verdes de instalen en el odio y la disposición a la guerra contra enemigos que no lo son? Recuerda que tanto Gandhi como Mandela y Martin Luther King tuvieron que luchar en sus propias filas para que el mensaje pacifista se impusiera. Algunos los veían como traidores. Lo mismo ocurre con los verdes, sentencia.
Esta mujer verde de la primera hora tuvo que ver cómo su partido se convertía en el bicho de la metamorfosis de Kafka. No se desintegró como la URSS sino que se degeneró. Lo cuenta con profundo dolor. Quedamos a la espera de la chacha que, de un escobazo, termine con el monstruo.
Ruhe in Frieden. Descansa en paz, Antje.
