El posible candidato a la alcaldía de Barcelona, Sandro Rosell

Sandro Rosell: «Villarejo estaba en mi lista de sospechosos, pero tenía que ser por un encargo»

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Por Patricia López

El expresidente del Fútbol Club Barcelona y candidato a la alcaldía de la ciudad Condal habla con Crónica Libre sobre el presunto encargo que la dirigente del PP Alicia Sánchez Camacho le hace al comisario Villarejo y sobre los funcionarios de la UDEF que les ayudaron a enviarle dos años a prisión.              

Conoció a Alicia Sánchez Camacho de casualidad. “Fue en el palco del Barça, cuando era vicepresidente de Joan Laporta, y llegó acompañada de un conocido economista, que ha destacado por su apoyo al independentismo, Xavier Sala i Martí. Después me la fui encontrando en actos sociales, bodas por ejemplo, y la verdad es que siempre pensé que no teníamos ningún problema. Es más, al escuchar el audio en el que ella decide marcarme como objetivo, me explico esa doble cara, jamás habíamos tenido un roce”.

Sin embargo la dirigente del PP catalán, a la que no le tembló el pulso de grabar a una presunta denunciante de corrupción para después guardar los supuestos delito en un cajón, decidió que era de ajustar cuentas con la derecha catalana que viraba sorprendentemente al independentismo. Así que, una vez su amiga y protectora en el PP, María Dolores de Cospedal, coge las riendas del partido y el también catalán Jorge Fernández Díaz toma posesión de la cartera de Interior, la Operación Cataluña se pone en marcha con la crucial colaboración de Sánchez Camacho.

Alicia Sánchez Camacho se reúne con el comisario José Manuel Villlarejo y le cuenta la vieja historia de que Jordi Pujol, Carles Sumarroca y Jaume Rosell son los prebostes del esa derecha catalana a la que hay que comerle el terreno y su hijos, como es el caso de Sandro Rosell son el punto débil.

“Nunca me había identificado con ningún partido político más allá de la simpatía porque mi padre fuera uno de los fundadores de Convergencia. No había participado en ninguna acción política, ni en un mitin y ahora me quizás me presente a la alcaldía de Barcelona si me da permiso mi madre”, se ríe aliviado “porque ya no existe macrocausa contra Sandro Rosell” y convencido “de que superará los tres procedimientos que instruyen tres juzgados diferentes de Barcelona”.

LA LISTA DE ENEMIGOS

Pero el 23 de mayo de 2017 el mundo se tiñó de oscuro para el empresario, cuando la Policía le detenía por blanqueo de capitales. “Me sorprendió mucho el delito: blanqueo de capitales. Y en seguida empecé a pensar quién podía estar detrás. Cogí el primer papel que tuve a mano y empecé a hacer un mapa de enemigos y hice un círculo de los más sospechosos entre las personas que podían tener algo contra mí: políticos, empresarios, medios… Y entre ellos estaba Villarejo. Era una persona de la que se hablaba mucho en ese momento y le puse.”

Sus ideas tendían hacia la guerra más conocida, la que mantiene desde hace años con el Grupo Mediapro, que dirigen Jaume Roures y Tatxo Benet. “Pero que me enmarcaran dentro de la Operación Cataluña no lo hubiera pensado. Mi junta del Barça cuando fui presidente era transversal, había gente de ERC, del PSC, del PP… No tenía sustento. Siempre he sido catalanista, pero también tenía en cuenta que el club tenía 300 millones de seguidores en todo el mundo, cada uno de su raza, ideología, religión y que eso había que respetarlo”, reflexiona Rosell.

LA INFORMACIÓN DE CRÓNICA LIBRE SOBRE LA UDEF Y MARK VARRI

De lo que nunca se había fiado era de la actuación del FBI en su procedimiento, al incluirle en una Comisión Rogatoria sobre el Fifagate, en el que la fiscalía del Manhatan pedía mayoritariamente información sobre Imagina (filial de Mediapro y que fue condenada a admitir que uno de sus ejecutivos, Gerard Romi, había pagado sobornos y a abonar una multa multimillonaria).

“No entendía por qué el FBI se interesaba por mis cuentas si yo nunca había operado en suelo estadounidense”. Como desveló ayer Crónica Libre, el agente del FBI Mark Varri, que llegó a intervenir en los registros el día de la detención de Rosell, aparece en numerosas ocasiones en las agendas de Villarejo así como en otra documentación incautada en casa del comisario y que acreditan la estrecha relación entre ambos funcionarios.

Dos años entre rejas esperando dos testificales, entre ellas la del exjugador del Barça y senador brasileño, Romario, que declaró por videoconferencia comenzó el juicio. “Varri y su compañero fueron llamados a declarar, debido a que eran ellos quienes había tramitado la Comisión Rogatoria a España y ninguno se presentó”.

Aunque no fue el único hecho extraño al que se enfrentó la sala. A la primera sesión acudió el agente de la UDEF Alberto Estévez, y que este medio señalaba en el organigrama de colaboradores de la presunta organización criminal creada por los comisarios José Luis Olivera y José Manuel Villarejo con la UDEF. “Llegó Estévez al juicio con un Excel donde presuntamente se recogían las operaciones del blanqueo de capitales que yo había realizado. Y la jueza le pregunta que qué es eso y que cómo se ha elaborado y él contesta que es un Excel que llegó de forma anónima a la UDEF y que entiende que los datos son correctos. No los había corroborado y tampoco metió al FBI en esto. Ese mismo día me libera de la cárcel la sala y al día siguiente vuelvo al juicio como un ciudadano en libertad provisional… ¿Qué hicieron el resto de funcionarios encargados del caso durante dos años?”.

En el caso del fiscal Javier Polo Gutiérrez, quien en su puesto en la fiscalía de Madrid guardó durante un año en un cajón un informe sobre Villarejo elaborado por Asuntos Internos y que apuntaba a la incompatibilidad de sus negocios y a posibles delitos de blanqueo de capitales, siguió intentando buscar un delito fiscal con la agencia tributaria. Pero la macrocausa contra Sandro Rosell había dejado de existir salvo para José María Olmo, de El Confidencial y asiduo referente de las filtraciones de Villarejo según su agenda, que comenzó a hacer noticias acerca del presunto tráfico de órganos del jugador Abidal mientras la causa estaba bajo secreto de sumario. “Sorprendentemente -explica Rosell- ahora que la causa sigue su curso y hay declaraciones con normalidad a Olmo ya no le interesa nada el caso del tráfico del órganos, que es otro montaje”.

LOS AMIGOS DE TUS ENEMIGOS

No era tan difícil salir de prisión aunque durante dos años sí lo pareció y como el agua de Fátima el preso espera que alguien le lleve la solución milagrosa. Es en ese momento cuando otros dos abogados cercanos a Villarejo le vienen a asesorar.

Por un lado el letrado Gonzalo Boyé, que segura conocer muy bien el asunto FIFA incluso al fiscal de Estados Unidos. Es curioso, ya que el chileno es conocido por la defensa de narcotraficantes, no por tener negocios en el mundo del fútbol. También es conocido por haber participado junto a ETA en el secuestro del empresario Emiliano Revilla, aunque eso nunca le ha impedido escribir un libro con un fiscal del Opus Dei o ser contratado por el Partido Popular de Leganés.

Boyé aceptó la defensa del algunos exclientes de Villarejo en 2015, como el lugarteniente de la mafia china Yonping Li, casi a la par que su esposa Isabel Elbal la asumía del redactor acusado junto a la mujer del comisario y el propio Villarejo de grabar al CNI y a Asuntos Internos en la causa del pequeño Nicolás.

Otro de los que fue a visitar a Rosell a prisión fue Baltasar Garzón, juez condenado y pareja de la actual Fiscal General del Estado, Dolores Delgado. La prueba acústica y reseñable de la colaboración entre Garzón y Villarejo en multitud de casos de dudosa legalidad, en concreto relacionado con organizaciones rusas, o con la propia causa Gürtel habla por sí misma.

“Cuando estás en la cárcel haces lo que puedes para salir y escuchas a todo el mundo. Alguien me propuso reunirme con Boye y luego con Garzón y ambos me ofrecieron hacerme algunas gestiones y claro, cobrar por ellas. Pero yo confío en Pau Molins y no me iba a poner en manos de nadie más”.

Patricia López

Directora y fundadora de Crónica Libre. Periodista de Investigación. Destapó las cloacas de Interior. Autora de El rastro del asesino, El secreto de Bretón y Crímenes sin Resolver (Ed. ARIEL)