Edmundo Bal: centro Crónica Libre
El presidente del Gobierno y candidato del PSOE a la reelección, Pedro Sánchez, y el candidato del PP a la presidencia, Alberto Núñez Feijóo, se saludan antes del programa 'Cara a Cara. El Debate', en Atresmedia. Foto: Eduardo Parra / Europa Press
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El centro, ¿por qué hoy sí? Por Edmundo Bal

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Unos lumbreras que dirigen un partido de cuyo nombre no quiero acordarme decidieron que en las elecciones del 23J no haya papeleta de centro por la que optar, obligándonos a elegir entre derecha e izquierda. La que hemos visto en el “cara a cara” de Antena 3, la de la bronca, la de no dejarse hablar, la de los constantes reproches y los insultos, la de la eterna falta de acuerdos. Quienes hace años decidimos no hacerles el juego, no tenemos a quien votar.

Los que deciden retirar la papeleta del centro son personas que dicen saber de política. Se han leído la biografía de Churchill, A sangre y fuego, de Manuel Chaves Nogales y Fuego y cenizas, de Ignatieff, pero no han comprendido nada. Hace años que no pisan la calle, dicen de la gente que les da pereza, son un coñazo, qué pesaos, todo el día pidiéndote fotos y tú sonriendo… Politiquillos de salón y copa en la mano que terminan confundiendo la cosa pública con la ginebra.

Con mirada desde lo alto, sin necesidad de más datos, por el poder que les concede su sabiduría, después de consultar con 50 personas, han decidido que  “no hay espacio para el centro político, la gente va a votar con Sánchez o contra Sánchez”. Sánchez el demonio o Feijoo el salvador, dicen. O sea:

Edmundo Bal centro
Edmundo Bal

Primero, compras el discurso simplista de la derecha española: derogar el sanchismo, eslóganes para niños como comunismo o libertad. Confesando que no eres de centro, que eres de derechas y tontorrón porque ni siquiera tienes la autoridad del original. Ya se ha visto en el debate: uno, derogar todo lo hecho con anterioridad; el otro, qué mal lo hicieron ellos cuando gobernaron.

Segundo, comulgas con la idea de que el pueblo soberano está compuesto de personas incapaces, manipulables… Idea ésta, además de irritante, inaceptable en democracia. Ni te planteas tratar a las personas como adultos.

Tercero, eres cómplice de este bipartidismo que veniste a combatir, no quieres perjudicar a la opción conservadora y a la salvajemente conservadora no vaya a ser que te vote alguien y eso impida echar a Sánchez. ¿En serio, no es faltarle profundamente al respeto a esos 300.000 votantes del 28M que votaron centro?, ¿tenemos que ver al Feijoo del debate suplicando tener mayoría para no gobernar con Vox?, ¿no somos el centro la mejor opción de Gobierno con uno o con otro?

Cuarto, te haces partícipe del odio a Sánchez. Alguien de centro no puede odiar a ninguno de quienes tiene a ambos lados sino que debe impedir que los que están en los extremos lleguen a gobernar. Su misión es que no regulen la sociedad las ideas extremas que acaban con la libertad individual y el progreso del Estado del Bienestar.

Quinto, te conviertes en cómplice de la polarización y de la crispación de la política. Mientras los dos bloques se despellejan, no se dejan hablar, se insultan, se reprochan sus errores históricos, no proponen nada positivo, tú miras para otro lado, apagas el micrófono que nos conecta con la sociedad, anulas el debate público, y el mensaje del centro muere. Y el debate de Antena 3 demuestra que seguimos siendo más necesarios que nunca, que debía haberse oído la voz de un líder de centro ofreciendo consenso a los dos enemigos atávicos.

Más de seis millones de personas se declaran de centro

La demoscopia lo deja claro: el 22,3% de la población española, algo más de 6 millones de personas, se declara de centro. Por eso, en período electoral se ve cómo tanto el PP como el PSOE tratan de parecer de centro, moderados, para atraer a ese votante.

Sí, sin duda alguna era la hora del auténtico centro político, del partido capaz de apartar a Sánchez de la radicalidad de Podemos o Sumar y los chantajes repugnantes de Bildu y ERC. Y a Feijoo de los bravucones con los que va a gobernar. Los que quieren derogar derechos como el aborto o la eutanasia, la solidaridad social, el trato humano a los inmigrantes, el Estado del Bienestar para todos y no sólo para los ricos, los que niegan la violencia de género o el cambio climático, los que son indisimuladamente antieuropeos, esos que con sus ideas perjudican la convivencia en paz, la igualdad de hombres y mujeres, la libertad de elegir a tu pareja y formar la familia que quieras. Esos que quieren que nuestra Ley sea La Biblia igual que otros, el Corán.

El tiempo juzgará a quienes tomaron las decisiones de matar el centro político. Hay quienes no nos vamos a rendir.

Edmundo Bal

Abogado del Estado y exportavoz de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados.