«Podemos sacó menos votos que Ciudadanos el 28-M y se presentan a las generales y nosotros no«. Indignado, enfadado y triste. Así se confiesa Edmundo Bal después de que Ciudadanos haya decidido no presentarse a las elecciones del 23-J. Y con ganas de hablar, añadimos nosotros. «Un partido político que no tiene voz en la actualidad política ¿qué es? Una asociación de vecinos«, dice sobre la decisión de sus compañeros. Con él hablamos en esta primera entrega de una larga entrevista de la situación política del país. «Feijóo, ha hecho una maniobra muy inteligente para comerse el centro-derecha pero se le va a ver el plumero cuando tenga que pactar con Vox como acaban de hacer en la Comunidad Valenciana. Ese pacto para mí es lo más sangrante. Y Ciudadanos, que nació para combatir el bipartidismo, los populismos y los extremos, está callado. Es una absoluta vergüenza«. Hagan como Edmundo Bal en la foto y pónganse el casco porque vienen curvas.
El encuentro tiene lugar en el bar El Tronco, uno de los clásicos en los aledaños del Congreso de los Diputados. Terreno neutral, perfecto para hablar en libertad y sin ataduras. Y con un buen tinto español la charla siempre es más agradable y distendida. El que fuera portavoz adjunto en el hemiciclo del partido liberal hace balance del trabajo parlamentario desarrollado durante la última legislatura. Con el espíritu de libertad que da el asfalto a los moteros, habla sin pelos en la lengua de la labor del Gobierno, del papel de su partido, de la batalla por el centro ideológico o de la ley del «Solo sí es sí» entre otras muchas cosas más. Suerte que trae el casco porque no deja títere con cabeza.
Tanto Podemos como Ciudadanos, que rompieron el bipartidismo, han perdido muchos votos el 28 de mayo…
Con Podemos hemos compartido el momento del nacimiento, que defendíamos la regeneración, y al final te das cuentas de que Ciudadanos se ha convertido en un comparsa del bipartidismo. Si no te presentas a las elecciones pues estás diciendo que voten a uno o al otro. Podemos por lo menos se presenta. En este lío que se han montado entre ellos, que si es Podemos, que si es Yolanda, que si es el Partido Comunista, que si es IU… pero se presentan. Como marca, Podemos ha sacado menos votos que Ciudadanos el 28 de mayo y se presenta. Y nosotros, no.
¿Suponen los resultados del 28 de mayo un fortalecimiento del bipartidismo?
Yo creo que no, ahora mismo tenemos un momento de suspensión, un momento en el que los medios de comunicación apuestan por el bipartidismo. Efectivamente, se está haciendo fuerte. Hay un momento de auge del bipartidismo pero yo creo que es transitorio, porque creo que a la gente no se le va a olvidar lo nefasto del gobierno de Pedro Sánchez con los extremistas de ese lado.
También, porque a Alberto Núñez Feijóo, que ha hecho una maniobra muy inteligente para comerse el centro-derecha, se le va a ver el plumero cuando tenga que pactar con Vox como acaban de hacer en la Comunidad Valenciana. El PP va a ser cómplice de que sigamos escuchando las burradas de Vox en el Congreso, porque van a tener que gobernar con ellos. Se va a abrir de nuevo el espacio del centro y yo creo que vamos a tener una nueva oportunidad, pero hay que mirar a largo plazo.
En vista de la creciente polarización política en algunos sectores de la población, ¿considera que la sociedad española estaba preparada para un gobierno de coalición?
Yo creo que la sociedad española sí estaba preparada para un gobierno de coalición. Hay mucha gente, dicho sea con todos los respetos, muy hooligan de un determinado partido. Y los partidos políticos tradicionales tratan de incentivar el hooliganismo, y este es el motivo, puramente electoralista y malísimo para la democracia española y lo hemos visto en el Congreso de los Diputados, de fomentar la polarización. Porque quieren tener más fans. Yo no soy de los Beatles, yo es que soy de los Stones.
Es exactamente esto. Yo me he puesto en la tribuna del Congreso diciendo el buen trabajo parlamentario que habían hecho el resto de grupos parlamentarios, incluido Vox, incluido Podemos. Echo de menos esto en el PP y en el PSOE. «Oiga, lo han hecho ustedes bien». No lo dicen, jamás en 40 años de democracia. No lo puedo entender, es una cosa muy insana.
los partidos políticos tradicionales tratan de incentivar el hooliganismo, y este es el motivo, puramente electoralista y malísimo para la democracia española y lo hemos visto en el Congreso de los Diputados, de fomentar la polarización
¿Qué valoración hace del Gobierno de coalición?
Ha tomado decisiones muy erróneas. No ha sido un buen gobierno para España porque ha ejercitado una política francamente populista. Hay muchas cosas que se pueden decir: el impuesto a las grandes fortunas, el impuesto sobre la banca, subir las cotizaciones sociales a los autónomos o establecer medidas que han lastrado más la productividad de las empresas españolas, que es lo que siempre Bruselas nos pone encima de la mesa como uno de los grandes defectos del tejido económico-empresarial español.
Utilizar a los nueve millones de pensionistas subiéndoles sus pensiones al 8,5% sin distinguir entre las bajas o las altas. No fomentar el que los jóvenes no tengan un empleo precario, y puedan salir adelante, o no darles ayudas para que se puedan emancipar. Se me ocurren cincuenta mil cosas.
¿Y del papel de su grupo parlamentario?
Ciudadanos ha tratado de ser moderado y ha tendido la mano, por lo menos en la época en la que me tocaba a mí tomar decisiones, para que el PSOE no viviera de Bildu y de ERC y tratando de moderar esas locuras de Podemos.
Pues al final, ha habido una serie de decisiones equivocadas, esencialmente yo las individualizo en las de Inés Arrimadas y Guillermo Díaz, de querer presentar enmiendas a la totalidad de todo lo que el Gobierno presentara porque Sánchez era lo peor del mundo. ¿Cómo un partido liberal puede renunciar a gobernar con el PSOE y sustraerlo y quitarlo de ese apoyo nefasto que tiene de sus socios habituales? Esa es la función, la utilidad de un partido de centro como el nuestro y hemos renunciado a ello.
En un momento determinado yo creo que hicimos cosas buenas votando a favor de distintos proyectos del Gobierno. Por encima de cualquier otra yo creo que estuvo negociar los primeros Presupuestos Generales, donde demostramos que el Gobierno podía haber sacado esta ley adelante con Ciudadanos, con el PNV y con algunos otros pequeñitos del Grupo Mixto. Voluntariamente renunció a esta oferta moderada y se arrojó en los brazos de Bildu y de ERC. Y la gente lo vio.
¿Por qué ahora algunos votantes del PSOE no quieren votar al PSOE? Por cosas como estas que hizo Ciudadanos. Somos nosotros los que hemos llevado a la debacle al Partido Socialista, los que hemos puesto a Pedro Sánchez frente al espejo, los que hemos denunciado esa situación de connivencia con los radicales que quieren acabar con la unidad de España. Hemos sido Ciudadanos los que hemos conseguido eso.
¿Cree que el hecho de que el independentismo haya pasado a un segundo plano mediático ha perjudicado a Ciudadanos?
Bueno, el independentismo ha pasado a un segundo plano porque ha aflojado el pistón como consecuencia de que el Gobierno de España se lo ha dado todo. Hombre, encima de que nos lo dan todo, no vamos a seguir presionando. Pero qué va a pasar cuándo gobierne el PP con Vox, si es que gobiernan. Otra vez vamos a volver a lo mismo: a los CDR, a las algaradas callejeras, al «lo volveremos a hacer», a necesitamos un referéndum de autodeterminación, a viva la independencia de Cataluña y de Euskadi. Evidentemente, esto es política. Y estos partidos le han sacado rédito a la dependencia que el Gobierno de España ha tenido de ellos para sacar adelante las leyes.
¿Habría que cambiar el sistema electoral?
Hemos sido los únicos que hemos propuesto la reforma de la LOREG. Tanto el PP como el PSOE, incluso teniendo mayoría absoluta, no se han atrevido a cambiar la ley electoral. ¿Por qué? Porque están cómodos en la connivencia con el nacionalismo porque el PP es un partido nacionalista y porque el PSOE es un partido nacionalista, ¡digámoslo claro! Es muy fácil de explicar. El escaño que yo he ocupado ha costado 165.000 votos, ¿cuánto ha costado el del PSOE o el del PP? 55.000. ¡Qué cómodo se vive así! Y el único partido que ha venido a romper este esquema somos nosotros y hemos renunciado a presentarnos a las siguientes elecciones.
El escaño que yo ocupo ha costado 165.000 votos, ¿cuánto ha costado el del PSOE o el del PP? 55.000. ¡Qué cómodo se vive así!
Como abogado, ¿puede explicar de forma sencilla por qué se reducen las penas en algunos delitos sexuales tras la entrada en vigor de la ley del ‘Solo sí es sí‘?
Por la tipificación que se hace de subsumir los dos antiguos tipos en uno solo e incluir nuevas conductas delictivas que antes estaban prácticamente impunes y que ahora se castigan más. Eso sale de la sección penal de la Comisión General de Codificación, que está formada por expertos, y, aunque el PP lo combate, está bien hecho. Y luego, lo que había que valorar con criterio era el arco de las penas, la graduación de las penas, que ahí llega el Ministerio de Irene Montero y dice: «Hala, las bajo».
Y esto lo denuncia Sara Giménez, que avisó del problema con los suelos de las penas, lo dice el CGPJ, lo dice el Ministerio de Justicia de Juan Carlos Campo, que le dicen que es un ministro machista, lo decimos nosotros en las enmiendas que presentamos en el Senado, para que no se produzca esta bajada de penas, y nadie nos hace caso.
Pese a todo, ustedes votaron a favor del texto, ¿considera que es una buena ley?
Es una ley que tiene una mitad buena y otra muy mala. Tiene la parte de la tipificación que viene impuesta prácticamente por el Convenio de Estambul, que está recomendada por toda la doctrina científica. Hay que leerse la jurisprudencia del Tribunal Supremo de años para atrás criticando precisamente esta dualidad de tipos entre la agresión y el abuso. Es algo bueno, los expertos de la Comisión General de Codificación lo dicen. Y luego nos encontramos con el otro lado, que es la determinación de la pena. Ahí es donde al Ministerio se le va la olla y hace una cosa completamente irresponsable.
También hay otra cosa de la que la gente no habla que es la tipificación de nuevas conductas como el uso de Burundanga (en referencia a la sumisión química), la remisión a través de internet de fotos eróticas para humillar a una persona… todo ese tipo de cosas que antes no estaban tipificadas y que ahora sí que lo están. Bueno, pues como ves una tiene una parte no solo buena sino necesaria, imprescindible, para proteger la libertad sexual de las mujeres de nuestro país. ¿Qué es lo que han hecho el PP y la crítica demagógica? Mezclar las dos cosas en un pelota y decir que todo está mal.
Durante esta última legislatura se han visto ataques muy duros a nivel personal en el hemiciclo del Congreso. ¿Se ha instaurado la política de la bronca?
Mucho de lo que está pasando es teatro. Esto se hace con la intención que decía antes de hacer «hooligans»: cuanto más bestia me vean contra el otro más me van a querer y más me van a votar. Creo que es una posición equivocada que es lo que hace que surjan los partidos de centro que al final dicen: «Oye, ya estoy harto de que os gritéis y no lleguéis a ningún acuerdo».
Pero es un teatro que se representa en la tribuna del Congreso de los Diputados y frente a los medios de comunicación. Luego llegamos a las Comisiones. En la mía, la de Justicia, que es muy técnica y no se suele hablar de cuestiones ideológicas, nos remangamos todos, nos aflojamos el nudo de la corbata y llegamos a acuerdos constantemente. Y esto no sale en los medios porque las buenas noticias no son noticias. Entonces la gente se cree que nos llevamos a matar.
¿Quién sale ganando con el adelanto electoral?
Lo primero que yo diría del adelanto electoral es que ha habido una cierta tendencia a decir que se trata de una maniobra audaz y valiente de Pedro Sánchez, que es el más imprevisible de todos los políticos y siempre nos sorprende con alguna cosa como esta.
Sinceramente, sin negarle la audacia, yo le veo un elemento importante de desesperación. Ha llegado un momento en el que Sánchez ha debido decir: «Esto se viene abajo, vamos a acabar cuanto antes con este sufrimiento». Así que, por un lado, el adelanto beneficia al PSOE, porque lo que está haciendo es intentar jugar a quedarse con 90 diputados. ¿Por qué? Porque yo creo que estaban calculando que si llegábamos a diciembre iban a tener 60 e iba a ser una catástrofe absoluta.
Por otra parte materializa lo que dice la demoscopia: que Feijóo ha conseguido que la gente crea que es un partido centrado o moderado y ha hecho una buena maniobra para ocupar el centro político que nos ha dejado a nosotros absolutamente sin posibilidades. Ya se verá después cuando gobierne con Vox. Yo creo que Feijóo también se ve beneficiado porque sale a la palestra y ya puede poner encima de la mesa sus argumentos, que lo estaba deseando. Aunque quizá hubiese deseado más desgaste por parte del PSOE.
Al adelanto electoral, sin negarle la audacia, yo le veo un elemento importante de desesperación. Ha llegado un momento en el que Sánchez ha debido decir: «Esto se viene abajo, vamos a acabar cuanto antes con este sufrimiento»
¿Se atreve a hacer una predicción de lo que pasará el 23 de julio?
Es muy complicado porque las campañas electorales cambian mucho las cosas. El PP hará una campaña frustrante, decepcionante, porque va a jugar a no cometer errores. Vox va a ir sacando pecho a ver cuánto votante del PP, ante esta pusilanimidad del partido, se va a Vox.
Podemos ya veremos, porque no sabemos cómo va terminar este lío que tienen ahora a tortas a ver quién entra y quién no entra. Y el PSOE yo creo que va a jugar a la desesperada. O yo o viene Vox. PSOE y Vox se van a necesitar en esta campaña. «¡Qué vienen los de Vox, fijaros que brutos son!» van a decir desde el PSOE. Y los de Vox van a contestar: «¡Sí, somos unos brutos!». Se retroalimentan y se necesitan para hacer sus campañas.
¿Y qué va a hacer Edmundo Bal con su futuro político?
No me voy a ir con Macarena Olona y no voy a montar una plataforma con Paco Igea. No hay que ponerse nerviosos. Los que estamos en estas ideas tenemos nuestros sitios donde regresar y en el futuro, dos, tres o cuatro años, o los años que hagan falta, la paciencia es una de mis virtudes, volveremos a salir al ruedo a decir: «Aquí estamos nosotros otra vez». A lo mejor no en la primera línea sino como personas de apoyo, pero desde luego ahí voy a estar el día de mañana cuando haya de nuevo una opción de centro, que estoy convencido de que la habrá.
«No me voy a ir con Macarena Olona ni voy a montar una plataforma con Paco Igea».
Será este partido si le queda fuelle. Si finalmente, cómo parece el horizonte previsible, Adrián, Patricia, Poptcheva, Villacís, Inés, Guillermo, etc…, han estado trabajando para acabar con este partido, que es lo que yo veo, pues habrá que montar otra cosa o habrá que sumarse a lo que monte otra persona. Siempre y cuando sea esto: centro-centro, liberal, progresista y reformista. Para poder pactar con uno y poder pactar con el otro, no para pactar solamente con uno de los dos.
¿A quién votará el 23 de julio?
Votaré en blanco. Estoy huérfano de partido.