Los trece casos que llenan las 300 páginas de Diario de un agente de homicidios. En la mente de un investigador criminal (Plaza & Janés) son una selección de lo que ha supuesto el trabajo de Óscar Tarruellas. “Los casos llegaron solos en cuanto me puse a escribir. En la editorial me dejaron total libertad. Supongo que estos casos son los que, de alguna manera, me persiguen”, dice el autor.
En su repaso señala irregularidades en la investigación, en autopsias, en procedimientos policiales y judiciales. Además, hay mucho del propio investigador, “me desnudo mucho como ser humano, no es un mero libro de homicidios”, admite el mosso. Hace un año se ha vuelto a incorporar al cuerpo. “No puedo decir en qué destino porque es confidencial, pero ya no es homicidios”.
Estuvo un tiempo de excedencia y entró en el mundo de la farándula, vía de relación sentimental con una famosa cantante. Él no da el nombre de ella a lo largo del libro y reconozco que no he tenido la tentación de indagarlo. No tiene que ver con la lectura del libro, pero el lector más curioso, podrá encontrarlo sin dificultad.
Aborda la etapa en su primer libro y no fue buena, le pasó factura, física y mentalmente. La parte de la salud mental es también tema recurrente en las páginas del libro. Habla con naturalidad de que la terapia es lo que le ha ayudado y la recomienda como prevención.
La conversación con Tarruella descubre a una persona sensible, con charla amena y llana y con profusión de datos. Está al día en estudios científicos que ahondan en cuestiones que le puedan ayudar en sus investigaciones. La lectura de su diario muestra esa misma proximidad con las víctimas y su implicación, implacable, con los casos. Un libro que atraerá a los amantes de la novela negra, de las series policiales porque ofrece ver una investigación, desde dentro, de crímenes reales.
Hay muchos estudios acerca de esto. Y, sobre todo, el interés lo tienen más las mujeres. Hay una explicación científica, que tienen mucho sentido, al menos para mí, y es porque la mujer es dadora de vida. Como concebidora de vida, tiene un especial sentido de protección de la especie, no solo de los hijos, también de cualquier menor.
En realidad es un instinto. Además de la protección, aquí entra en juego el instinto de supervivencia, tanto para la mujer como para el hombre. Se nota muy claramente cuando se ve el efecto mirón en los accidentes de tráfico. Se hace porque en realidad la persona se ve protegida al ver la muerte, o la posible muerte, fuera. Es algo muy primitivo, muy instintivo, desde nuestros orígenes animales como hombre sapiens.
Salieron solos. Tendría para escribir muchas secuelas, pero me niego. Con este libro ya hay bastante. Estos casos me vinieron ellos. Me considero una persona muy emocional, aunque veas mi aspecto y pienses, ‘este es una bestia parda’. Me viene, quizá, porque mi educación ha sido más femenina que masculina, como explico en el libro. Mi madre es un ser excepcional, hipersensible, casi PAS [persona altamente sensible].
Lo que me movió fue el consejo de mi psicóloga. Me dijo que lo hiciera a modo de terapia. Yo no escogí el escribirlo, me vinieron dos editoriales muy grandes. La primera se echó para atrás porque una de sus autoras aparecía en uno de los capítulos y no quería tener conflictos con ella.
Luego vino otra editorial igual de grande que la primera y de su oferta me sedujo que no me pedían solo casos mediáticos. Querían saber cómo trabajaba yo, cómo siente un investigador criminal de tantos años de experiencia, cómo lo procesa, cómo investiga. No les importaba si el caso era mediático o no. Y eso es lo que me sedujo.
Para alguien que se dedica de corazón a resolver crímenes violentos centrarme solo en casos que hayan tenido una repercusión en los medios de comunicación me parece que es de una vanidad y una frivolidad tremenda.
En mi caso particular, haciendo terapia. Apelo a ello al principio del libro y lo recomiendo a todo el mundo, como prevención también. Parece que está demonizado hablar de salud mental, en el siglo en el que estamos todavía estamos así. Me parece inconcebible. Es terrible.
Es tal cual lo describe. Llega un momento que una cosa es lo que nos intentan vender y otra cosa es la realidad del día a día. Se estigmatiza muchísimo en torno a la salud mental y no solo en nuestro país, y eso ocasiona que se produzcan suicidios.
No solo es que no exista un programa nacional de prevención de suicidios, que me parece dantesco, sino que, además, la sociedad no está educada para participar sensiblemente en lo que significa tener un problema psicológico o psiquiátrico. Porque sin salud mental no hay ningún tipo de salud.
La gente es capaz de ver, porque se ha visibilizado mucho, lo que supone tener un cáncer. Como lo es tener las dos piernas rotas y escayoladas, y no le vas a decir que se ponga a saltar por las escaleras… pero a una persona con problemas de salud mental sí se le pide voluntad para curarse o se les responsabiliza.
Sí, en estos países se ha formado a peluqueras, a taxistas… gente que tiene mucho acceso a las personas. A veces contamos al peluquero todo lo que a veces no te atreves a contar en casa. Hay de todo, personas más introvertidas, que no son tan comunicativas con sus amigos, a sus seres queridos y se abren con otros.
Deberían dar una clase a nuestras niñas y niños de cómo llevar sus emociones. El otro día mi pareja me decía que a su hijo de 10 años todavía no le están hablando de bullying en el colegio. ¿Cómo puede ser esto? A esa edad comprenden perfectamente qué es el acoso escolar. Para quienes lo sufre es vital y quienes no lo padecen puede ayudar a quien lo sufre… Los políticos de turno que hacen cambios en el sistema educativo y al final obviamos lo más esencial.
Hace años tuve que levantar el cuerpo de un compañero que se suicidó. Se pegó un tiro en los lavabos de la comisaría. No era de mi grupo, porque considero que yo habría podido detectarlo. No solo habría hablado con él, también habría intentado que recibiera ayuda por todos los medios.
Esto fue hace unos años cuando no había un aumento tan brutal en nuestro país. Creo que esto es así, y dentro de los grupos de seguridad del Estado, también, porque la salud mental todavía está estigmatizada. Alguien depresivo para la gente es alguien triste y le dicen ‘anímate’. ¿Le dirían a alguien con una pierna escayolada, ‘pero corre’? Esto es lo mismo.
Esto es lo que necesitamos cambiar y requerirá años de formación del personal, de la gente, del ciudadano. Creo que algo tan básico como un programa de prevención del suicidio debería existir a nivel nacional. Ese es el problema, está demonizada la salud mental.
Avanza muy poco y me parece espantoso, estamos ya en España a la bandera en Europa. El suicidio entre nuestros jóvenes ya es la primera causa de muerte no natural. Algo no estamos haciendo bien. Estamos fallando como sociedad. Y estos temas no se hablan. Nos interesa más la coronación de este señor inglés, con sus manos gorditas que estos temas.
En mi libro lo hablo, hay errores, negligencias, supuestos delitos de omisión del deber de investigar un crimen… Hoy en día está siendo investigado el inspector que se dirigió a hacer la inspección de un vehículo porque un vigilante dijo que el coche ‘olía a muerto’ y no hizo nada.
Este inspector, cuando Déborah todavía estaba desaparecida, decidió, estando en la vía pública el coche que no requería orden judicial, no inspeccionarlo. Habló con el novio de Déborah, propietario del vehículo y ni abre el maletero. Él mismo reconoció que olía a podrido.
¿Alguien se va a creer que un inspector de policía que tiene un grado de preparación y de pericia brutal va a hacer algo tan dantesco como eso cuando lo haría, por sentido común cualquier ciudadano?
No debería jamás pesar. Yo he recibido como policía presiones e incluso amenazas y ahí está la valentía, los valores y la deontología que tiene cada uno de los profesionales. Lo que está claro en este caso es que se han demostrado todas y cada una de las negligencias.
Como ahora, que por casualidad se descubre, después de que lo negaron categóricamente, el móvil de Déborah en las obras de una comisaría central. Y por qué no aparece la tarjeta SIM…
Es ya tan rocambolesco que, al final, la familia hará una reclamación patrimonial. Estoy convencido de que la Justicia les dará la razón, les resarcirán económicamente. ¿Pero qué precio tiene una vida y más que es asesinada?
Si a la familia se le da todo claro, como ocurre habitualmente, no acude a los tribunales. Pero hay casos en los que, lamentablemente, esto no sucede. Galicia tiene un problema, porque sus casos no deberían depender de la unidad central de Madrid. Debería haber una unidad provincial especializada en delitos violentos.
En cuanto a homicidios tenemos un alto índice de resolución de casos, al nivel europeo, muy bueno. Podemos mejorar, todo es mejorable. Creo que cuanto menor injerencia política mejor.
Por ejemplo, no se tiene que investigar mejor un caso que trasciende en la prensa que otro que no. Como pudo ser el de Diana Quer, que me parece extraordinario el trabajo que se hizo, pero no puede tener más trascendencia que otro.
Eso es. Y eso no depende de la Policía, eso ya sabemos de quién depende. La Policía siempre investigará todo aquello que le dejen investigar siempre que no haya injerencias.
Sí, sí, es así porque al final siempre tendrán que llevar ese luto toda su vida. Por ejemplo, perdí a mi padre el 7 de abril. No fue el mejor padre que se pudiera esperar… pero… encima me lo tuve que encontrar yo, muerto… Y he levantado cientos de cadáveres… pero no es lo mismo.
Siempre he empatizado con las familias. Nunca se va a resarcir lo suficiente pero si al menos se lleva a los culpables ante los tribunales, si hay el reconocimiento de que la institución pública de Justicia ha realizado su trabajo, que la policía lo ha hecho… Porque a veces se olvida que nosotros estamos al servicio del ciudadano, no al revés.
Sí, fue muy sonado porque su mujer era una presentadora de televisión. En el libro dejo claro que debió haber varias personas implicadas para ocultar algo así. Y hacerlo como se hizo tiene que haber varios y contar con bastante poder.
Y creo que se intuye que en el libro sólo pongo lo que puedo contar. Hay más y es lo que va a originar en España la apertura de nuevas diligencias. Están presentadas en marzo y la huelga del personal de administración de Justicia no les ha favorecido. Creo que es altamente improbable que no se abran, al menos, diligencias previas.
A diferencia de lo que parece que se quiere hacer creer a la opinión pública, porque hay gente que quiere hacer sostener a día de hoy sin tener ningún tipo de conocimiento científico, que se trató de un suicidio. Cuando un juez de Palermo ha certificado que se trata de un asesinato en manos desconocidas.
Con ese auto del juez y unos informes que aún no ha visto nadie, realizados por una agencia de detectives, son pruebas que como mínimo hasta se decidirá abrir diligencias.
Sí, creo que sí. Y los que estén interesados en lo contrario, se equivocan con esa postura de intentar tapar bocas. Dentro de no mucho, espero, saldrá una noticia de que una de esas personas ‘importantes’ en esta causa denunció a un medio de comunicación. Y el periodista implicado, absuelto, estaría en su derecho de contarlo a tiempo pasado, lo que ocurrió. Me parece que encima de tener el derecho legítimo a la información, cuando se cuenta sin poner una coma en lo que cuenta un auto… clama el cielo que te quieran tapar la boca.
En mi capítulo final, cuento cómo el fiscal es el mismo que pidió cárcel para dos periodistas. Lo vi por casualidad mirando en Google y vi cosas que se han escrito sobre él. El mismo fiscal que actuaba de una forma similar… Veremos si el legado de este fiscal será recordado, pero el de Cristina La Veneno, será recordado siempre.
Yo he creo que a veces la Administración comete errores y no quiere responsabilizarse de ellos ni pedir perdón. Creo que es lo que pasó en este caso. Se hizo una investigación nefasta
Claro. Por ejemplo, ¿cómo es posible que se archive antes de comprobar las manchas de sangre que se hallan en el colchón y que no pertenecen a Cristina? ¿Qué sentido tiene archivar?
Me parece muy triste que alguien muera solo, sin relaciones afectivas prolongadas en el tiempo. Me daría la misma pena que hubiera sido este pastor perdido en el bosque como uno de los tantos sin techo que vemos en la calle entre cajas de cartón y apartamos la vista…
Esto es responsabilidad de nuestros políticos, es un problema global, de todos los países. Y solo se buscan soluciones puntuales, ante grandes heladas… les obligan a meter en un albergue o en una nave, para que no les critiquen. Son personas y podemos ser cualquiera de nosotros en cualquier momento de nuestras vidas.
Muchas veces estas personas tienen enfermedades mentales y ¿qué hacen estas personas con problemas mentales en la calle? Los locos somos nosotros, la sociedad.
El servicio al ciudadano, el real, el humano. Detesto el endiosamiento de fiscales, de jueces, de policías, de abogados… Debería ser denunciable el endiosamiento en el funcionariado. Debería ser una falta disciplinaria, al menos. Como ir al médico y que te trate como una cosa…
El que parece que me sigue es el de Marco Biondo. Ha habido tantos intereses de una parte, de otras… Espero que este año ya se cierre. Al final parece que sea yo el que esté en el centro de la tela de araña.
No me dan miedo ni amenazas de muerte, me han amenazado muchas veces dentro de la policía y fuera. Yo, por tomármelo con sentido del humor, le decía a quien trataba de coaccionarme, ‘te toca el 156, ponte a la cola de los que me habéis amenazado’.
El miedo es inherente al ser humano, lo que pasa es que a fuerza de sentir el peligro te vas acostumbrando y soy una persona entrenada y preparada. Además, sé que Dios me protege, he estado muchas veces a punto de perder y algo me protege porque sé que hago el bien.
Es intuición, básicamente. Para quien no crea en ella hay amplia bibliografía, científica, no esotérica, demostradísima, con pruebas, incluso poniendo electrodos para medir la actividad cerebral. También se ha demostrado que existe la telepatía. Todos la tenemos, pero culturalmente, por la zona en la que nos desarrollamos, se potencia más o menos ese sentido que tienen intuición.
Hasta los más escépticos se habrán dicho alguna vez ‘si ya me lo decía mi interior’. Quien diga que no lo ha dicho, o miente o necesita un psiquiatra. En mi profesión, sumando a los estudios y la experiencia de campo, hace que la intuición sea una herramienta extraordinaria en la investigación.
El título es muy correcto pero, además, hay mucha realidad y mucha emocionalidad dentro. No es un informe frío, es mi manera de sentir y hay mucho de mí. Me he desnudado mucho en ese libro y lo he hecho porque creo que puedo ayudar a alguien.
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