El momentazo cinematográfico de aquél mítico orgasmo fingido se desarrollaba en una de las mesas del famoso restaurante Katz’s Delicatessen, uno de los imprescindibles cuando se viaja a Nueva York. Situado en el número 205 de la calle East Houston de Manhattan, sus espectaculares sándwich de pastrami, elaborados desde 1888, se hicieron más populares aun si caben desde que se estrenó la película. Tanto es así que el restaurante instaló una placa que animaba a revivir aquél orgasmo, a protagonizar la misma experiencia que erotizó aquel símbolo femenino de la comedia romántica de los 90.
Ese mismo escenario se encuentra en España. El restaurante Katz Madrid fue la primera apertura de un concepto gastronómico que el israelí David Katz concibió para Madrid. Abierto en 2020, Katz Madrid es un restaurante con influencias norteamericanas, europeas e israelíes. Su nombre es un homenaje al legendario templo del pastrami neoyorquino, de propiedad de la familia Katz, de la que David es miembro. Aquí no hay placa que anime a calentar el tono de la conversación con orgasmo alguno pero sí cuenta con el elemento imprescindible: el clásico, original y delicioso sándwich de pastrami que, al morderlo, te llena la boca de placer.
David Katz ha creado un espacio en el que se puede desayunar, comer, merendar o cenar. Su eje central son las carnes ahumadas que su artífice aprendió a elaborar con recetas propia, tomando como punto de partida las técnicas tradicionales en su Israel natal. A los 14 años, creó en Tel Aviv su propio ahumador inspirándose en los ancestros. A los 17 estaba cocinando en uno de los restaurantes estrellados más famosos de Tel Aviv, donde había entrado voluntariamente como lavaplatos.
En Katz Madrid, David apuesta por el producto de cercanía y de producción ecológica, y sus elaboraciones son cosmopolitas de inspiración casera. Está situado en un pequeño local de la calle Gabriel Lobo, 26 de Madrid, en el distrito de Chamartín.
La carta cuenta con carnes ahumadas, suculentas y artesanales, como el clásico Pastrami o el Pastrami de pollo que eleva el ave a su máxima expresión. Los pastrami se sirven en la Tabla degustación Katz, junto a bacon ahumado (otra genialidad de la casa) y queso viejo. También en formato sándwich con pan elaborado en casa: ¡uno de los platos más demandados y un capricho al alcance de todos!
Katz Madrid representa un crisol de culturas gastronómicas en el que encontramos platos de distintos orígenes como los Nachos con salsa cheddar, carne ahumada, salsa BBQ y pico de gallo, el Hummus, ensaladas como la Tres Boles (que contiene el propio hummus, una crema de berenjenas ahumada y otra de tomate, todas excelentes, que se sirven con pan crujiente por fuera y tierno por dentro) o la Ensalada Katz con tacos de pollo ahumado, bacon crujiente, parmesano y salsa. Platos informales tratados con el cuidado más exquisito.
Katz Madrid nació con la intención de transmitir los aromas y sabores del recorrido vital de su fundador, David Katz. Bibi -como se le conoce familiarmente- habla a través de sus sándwiches de pastrami, de sus panes y de sus ahumados, creando una atmósfera acogedora en sus espacios, donde su cocina se muestra como un idioma universal.
Ingeniero y piloto de aviones de profesión, David Katz sintió pasión por la gastronomía desde temprana edad, y ya entonces dedicó tiempo a conocer la técnica del ahumado en su entorno familiar. También trabajó una temporada como aprendiz en el restaurante francés Rotschild, considerado uno de los más famosos de Tel Aviv Su posterior carrera profesional la dedicó a la aviación y al I+D., carrera que le permitió recorrer buena parte del mundo y aprender sobre otras culturas gastronómicas. Su bagaje profesional incluye, además, haber sido piloto de avión.
En 2020, después de llevar 25 años afincado en España trabajando como ingeniero, decide emprender un negocio de restauración y, tras el confinamiento, nace Katz en Madrid. El autodidacta David Katz vuelca en Katz todo el conocimiento culinario adquirido en su inquieta y curiosa infancia en Tel Aviv, y ya adulto, a lo largo de sus viajes por el mundo.
Katz, apellido judío de origen centroeuropeo que Bibi tiene en herencia de sus ancestros es, en hebreo, fonéticamente igual que el acrónimo de Cohen Tzedek, que era el nombre de los sacerdotes y jueces que, en el templo del rey David, impartían justicia. Un bello nombre para un magnífico proyecto.
En definitiva, David Katz ha creado un concepto con el que transportar a los comensales a otros tiempos y lugares del mundo a través de sabores y olores que fusionan las principales cocinas de su vida. La judía mediterránea, la judía centroeuropea, la cocina de la costa este de Estados Unidos y la francesa tradicional, todo con sazón de especias exóticas de Oriente. Por eso, David Katz ha decidido dar un paso más y ha inaugurado la nueva y ampliada panadería sin gluten en un local, también en la calle Gabriel Lobo que cuenta con obrador propio.
La propuesta de la panadería está articulada en cuatro bloques: panes, bollería y repostería, sándwiches y platos preparados, pastas y pizzas. Además cuenta con un calendario de cursos de panadería sin gluten para todo tipo de público.
Katz es un espacio para dejarse llevar y disfrutar de sus sabrosos platos. Los desayunos y las meriendas incluyen tostadas de pan de masa madre como la de guacamole, huevo duro y salsa holandesa, la clásica Tostada de tomate y AOVE o, la misma, añadiendo virutas de jamón ibérico.
Hay un buen surtido de Pancakes, casi todos dulces, excepto uno, el que se sirve con bacon y huevos. También hay tartas como la de Queso Donosti o el Brownie Katz con nueces (disponibles también como postre) y, cómo no, distintas piezas de bollería elaboradas en su propio obrador. Hay tres clases de Croissants: el francés, con chocolate negro y con chocolate blanco con pistachos.
También tienen Rogalaj (un rollo tierno de masa brioche y chocolate típico de la gastronomía israelí) o el Cinnamon roll, un bollo de canela originario de los países nórdicos y muy popular en la gastronomía estadounidense. Para finalizar, también Borekas (empanadillas de masa muy fina típicas de Oriente Medio) rellenas de bacon y queso o de carne.
Para acompañar desayunos y meriendas hay café de autor con distintos tipos de leche, una cuidada selección de infusiones, smoothies naturales, limonada casera y kombucha.
Los fines de semana organizan brunch con huevos de corral y bacon crujiente, pastrami ahumado, queso crema sazonado con zaatar (mezcla de especias típica de Oriente Medio), hogaza de pan recién horneada, smoothie natural, borekas, croissant francés, fruta de temporada, café o infusión.
Y por si fuera poco, de martes a jueves, cuenta con menú del día (11,50 €) que incluye pan y café. Y una amplia carta de sugerentes cócteles. ¿Hay algo que invite más a un orgasmo gastronómico en Madrid? ¿Te atreves?
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