Puntualmente para su 45 cumpleaños, Scholz le ha prometido a Wlodomir Zelenskyi los tanques blindados Leopard más modernos que fabrica Alemania según una nota de prensa de la cancillería del 25 de enero 2023. La fecha no parece ser fruto de una casualidad. Alemania enviará 14 tanques Leopard de última generación según anunciaba el Ministro de Defensa Pistorius que lleva una semana en el cargo. Biden manifestó que mandaría 31 tanques Abraham.
La nota de prensa recalca, asimismo, que los soldados ucranianos que vayan a guiar los tanques serán formados en Alemania y todos aquellos países miembros (de la OTAN, se entiende) recibirán la autorización de Alemania si desean poner a disposición de Ucrania sus tanques blindados Leopard. Tanto los EEUU como algunos socios de la UE habían estado presionando a Alemania para que diese luz verde al envío de los tanques más modernos que produce esta. Después de muchos dimes y diretes, Alemania ha autorizado a Polonia el envío tanques blindados Leopard 2 de producción alemana que tiene en su haber. Holanda, Finlandia y Noruega se encuentran entre los países que enviarán los Leopard a Ucrania. Dinamarca, Finlandia, Grecia, Polonia, Portugal, Suecia, Eslovaquia, España, República Checa, Turquía y Hungría poseen tanques Leopard según informa ZDF, pero no se han pronunciado oficialmente todavía. Habrá que esperar hasta mayo de 2023 para que los primeros tanques lleguen a Ucrania según hizo saber el Ministro de Defensa de Alemania. Los tanques blindados Leopard 2 son los más modernos y seguros de su serie. Pesan 60 toneladas, tienen 1500 CV, el cañón tiene un diámetro de 12 cm, el proyectil tiene un alcance de 5 kilómetros y están fuertemente blindados. Esta foto nos da una idea de las dimensiones del tanque.
Todas las decisiones vinculadas al envío del ejército alemán a misiones extranjeras están rodeados de fuertes polémicas dentro de la opinión pública de Alemania por el recuerdo de los efectos devastadores de sus acciones bajo la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. De ahí que Scholz haya sido reticente durante meses. En una nota de prensa del 25 de enero de 2023 anunció que Alemania mandaría los tanques blindados a Ucrania al tiempo que advirtió que es necesario hacer todo lo posible para evitar un enfrentamiento bélico entre la OTAN y Rusia en una sesión parlamentaria. Scholz criticó a los parlamentarios de CDU y CSU (democristianos) que «si nos adhiriésemos a sus recomendaciones, sería un peligro para la seguridad de Alemania«. Además subrayó que no saldrían de Alemania ni tropas ni aviones de combate alemanes al frente de Ucrania.
Ahora bien, dentro de la coalición semáforo (Ampelkoalition) de verdes, SPD (socialdemócratas) y FDP (liberales), es mayoritaria la opinión de que Alemania debe ayudar a Ucrania a defenderse de la agresión rusa. Además, el partido verde no solo ve con buenos ojos que se envíen armas a Ucrania sino que es el partido que más ha presionado en esta dirección al canciller Scholz. De hecho, la ministra de Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, pertenece a ese partido y se le escapó en sede parlamentaria que «luchamos una guerra contra Rusia«, admitiendo de facto que Alemania está en guerra. Parte de la oposición es contraria al envío de armas a Ucrania. El partido die Linke le ha recordado al canciller el juramento que hizo cuando aceptó el cargo que dice literalmente que “evitaré daños al pueblo alemán” según el artículo 56 de la Constitución alemana y ello significa, según Amira Mohamed Ali, que Alemania no se debe involucrar más en esta guerra. Lo que insinúa la parlamentaria de este partido es que cualquier alemán podría querellarse contra el canciller si considera que ha perjudicado al pueblo alemán. Y el matiz es importante porque el artículo 56 dice pueblo alemán y no Alemania.
El periódico Tagesspiegel así como el resto de la prensa alemana se habían esmerado por explicar los planes y la narrativa de Zelenskyi en las últimas semanas en lo que se refiere la recuperación de los territorios ocupados por Rusia. Todos han dedicado a hacer cábalas sobre las probabilidades reales de recuperar esos territorios y debatiendo si con el envío de más armas se podría lograr ese objetivo. En un artículo del 24 de enero de 2023, la periodista Olga Konsevych recogía las palabras del ministro de defensa ucraniano que anunciaba que «Garantizamos que haremos uso de estas armas de forma responsable y exclusivamente para defender la integridad territorial de Ucrania dentro de las fronteras internacionalmente reconocidas.» En ese mismo artículo, se explican las bonanzas de los tanques blindados Leopard 2 en comparación con otra artillería pesada disponible en los mercados de armamento. Toda esta narrativa mediática parece haber influido en la opinión de la ciudadanía alemana, contraria a todo conflicto bélico al principio de la guerra y al envío de armas por parte de Alemania a Ucrania según el Politbarometer de ZDF de marzo de 2022. Entre otros,
En una reciente encuesta realizada por RTL de la que se hace eco Focus, solo un 26% de los alemanes opina que las expectativas de que finalice la guerra con el envío de más armas a Ucrania mejorarán. El 45% es contrario al envío de tanques blindados mientras que el 41% sí apoya esta iniciativa. Es muy revelador que los alemanes que se sienten más identificados con el partido verde (68%) sean los que estén a favor de enviar los Leopard a Ucrania, mientras que aquellos más proclives a las políticas de CDU (52%) y FDP (47%) estén divididos. Lo más sorprendente es que los simpatizantes del partido de ultraderecha AfD sean los que se opongan sin paliativos (89%) al envío y también la mayoría de los alemanes de la antigua DDR. En marzo de 2022 sumaban el 56% los simpatizantes de AfD que eran contrarios al envío de tanques.
Otros periódicos alemanes hacen una lectura más crítica de esta decisión. El diario berlinés Berliner Zeitung se lamenta con ciertas dosis de sarcasmo de que la practica totalidad de la prensa alemana haya asumido como verdad que haya armas de defensa y de ataque, algo que cualquier cadete de academia militar negaría. Este giro retórico no ha cambiado nada en el potencial agresor de los tanques Leopard que fueron construidos para atacar según apunta el periodista Klaus Bachmann. Alemania es el segundo exportador de armas a Ucrania después de los EEUU. Alemania es, de hecho, parte en esta guerra porque forma a soldados ucranianos que vuelven luego al frente. El periódico suizo NZZ destaca que la ciudadanía alemana teme una escalada del conflicto en Ucrania si desde la UE se sigue proveyendo de artillería al ejército ucraniano. El diario alemán Junge Welt recoge las palabras de Putin del miércoles 25 de enero con motivo de su visita a la universidad de Moscú en las que afirma que Alemania sigue estando ocupada por los EEUU. Su jefe de prensa, Dmitri Peskow, fue más allá y afirmó que «esos tanques arderán como todos los demás«. Arnold Schölzel en Junge Welt indica sin más comentarios que el valor de las acciones de la empresa vinculada a su producción Rheinmetall han aumentado en 170% desde el comienzo de la guerra.
El partido verde actual, que nace de la fusión de Los Verdes y Bündnis 90, es una caricatura de sí mismo al puro estilo de Groucho Marx porque ha abandonado todos los principios fundacionales de los años 80 del siglo pasado. Su popularidad aumentó en sus primeros años de andadura política por su antimilitarismo militante que en sus orígenes exigía romper amarras con la OTAN precisamente por ser un partido que abogaba por la paz como forma de hacer política. Sus militantes eran contrarios al estacionamiento de armas atómicas en Alemania. El partido verde de hoy es otanista y no le duele prendas en participar en guerras. Ya en los años 90, los verdes se desmarcaron del pacifismo a ultranza y cambiaron su postura asumiendo la violencia en pos de la defensa enviando al ejército alemán a la guerra de Kosovo y Afganistán. No aceptaron la intervención en Siria, pero sí en Ucrania. De la invasión de Yemen por Arabia Saudí no se habla.
Y ahí siguen con todas sus traiciones y contradicciones involucrando a Alemania en guerras que la mayoría de alemanes no quiere.
