Kalashov Crónica Libre
Zakhar Kalashov. Imagen de la Policía Nacional. Ministerio del Interior.
EXCLUSIVA CRÓNICA LIBRE

¿Quién es Kalashov, el peligroso mafioso ruso al que excarceló Rajoy para espiar al PSOE y ganar las elecciones de 2015?

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Zakhar Kalashov, nacido en 1953 en Tiblisi, Georgia, era un “vor zakone” o “ladrón de ley” y estaba considerado el jefe máximo de la mafia rusa en el mundo. ¿Por qué hablamos de él? Porque ayer lunes fue uno de los protagonistas del día gracias a la exclusiva de Crónica Libre que desvelaba que Rajoy le liberó a cambio de información contra el PSOE para ganar las elecciones de 2015. La noticia disparó las visitas a este digital y revolucionó las redes: un sólo tuit roza el medio millón de reproducciones en sólo 24 horas.

Zakhar Kalashov estuvo catalogado por Instituciones Penitenciarias como el preso más peligroso y vigilado de las cárceles españolas. Y es fácil entender el por qué. Una persona que ostenta el título de  “Vor zakone”  no es sólo un criminal, sino un jefe mafioso que se ha obligado a cumplir los requisitos de un código del hampa ruso, que guarda ciertas similitudes con la Cosa Nostra italiana. Los «vor zakonen» estuvieron casi desaparecidos durante la existencia de la URSS, perseguidos permanentemente por el KGB, pero tras la caída del muro y el desmembramiento del bloque soviético, el nuevo régimen alumbró el nacimiento de 3 nuevos grupos de poder, entre los que encontraron su oportunidad.

El saqueo de los oligarcas gracias a los «vor zakonen», la nueva mafia rusa

Por un lado estaban los oligarcas, que eran personas de alta presencia en los círculos administrativos, del partido o ejército, que aprovecharon los tiempos de desgobierno tras la caída de la URSS para apropiarse de gran parte de los recursos naturales o industrias de Rusia. Se estima que la capacidad económica de los oligarcas y sus recursos equivalen el 45% del PIB de Rusia… un saqueo en toda regla.

Por otro, resurgieron los «vor zakonen«, o la nueva mafia rusa, que no eran oligarcas propiamente dichos, pero ayudaron en gran medida a los anteriores a apropiarse de los activos públicos que perseguían. A cambio, obtuvieron el monopolio del crimen y la protección del nuevo KGB, el FSB que dirigió Putin. Su actividad se iba a centrar, como si de una multinacional se tratase, a la “exportación”.

El tercer grupo que surgió fue el todo poderoso FSB, o Servicio Federal de Seguridad de Rusia, heredero del KGB y diseñado bajo las órdenes de Putin para controlar, como si activos adicionales se tratara, tanto a los Oligarcas como a la Mafia Rusa y los Vor Zakonen. De hecho, existe un departamento secreto dentro del propio FSB que lidia y autoriza las operaciones de la Mafia rusa.

Una maniobra perfecta de Putin

Desde luego no se puede decir que no fuera una maniobra maestra de Putin para hacerse con el control absoluto del país en todos sus frentes: dinero, servicio secreto, mafia y ejercito…Solo le faltaba encerrar a la prensa y la oposición política, que ahora ha culminado.

Y de entre todos los «vor zakonen» destacaba Zakhar Kalashov cuya estancia en cárceles españolas no fue precisamente fácil. Su celda de 10 metros se revisaba cada día. Se le cambiaba de celda cada pocas semanas e incluso de prisión cada cierto tiempo. Su vida transcurría bajo estrictas condiciones de vigilancia diaria, con acceso a un patio “privado” 4 horas al día, nunca acompañado por más de dos presos. Nunca en contacto con otros rusos, que estaban obligados a besarle la mano si se cruzaban con él.

Kalashov controlaba el tráfico de armas, el tráfico de drogas y una red empresarial para blanquear en España

Kalashov controlaba la mayor parte del tráfico de armas de origen ruso, eso sí, suministradas por el propio ejército y con el beneplácito del FSB. También controlaba el tráfico de drogas internacional con entrada y salida por Rusia, el juego (era propietario de los dos casinos principales de Moscú) y una extensísima red de constructoras e inmobiliarias que utilizaba para blanquear el dinero obtenido de sus “otras “ actividades.

Momento de la detención de Zakhar Kalashov en España. Imagen: Policía Nacional. Ministerio del Interior.

España era uno de los países de los que Kalashov estaba enamorado y sus ramificaciones se extendían por Mijas, Benalmádena, Marbella, Alicante y Barcelona. De hecho, la fiesta de su cumpleaños que celebró el 20 y 21 de marzo de 2003 en Orihuela (Alicante) fue un paso esencial para su caída. Fue una fiesta Bunga-Bunga (como las llamó el fallecido Silvio Berlusconi) en toda regla, no faltaron las modelos, cantantes rusas, drogas, alcohol, caviar y sexo en dos días de desenfreno.

Tras la operación Avispa y su detención, la Fiscalía consideró desarticulada su red en España, pero nada más lejos de la realidad. La mafia rusa, diseñada por el propio FSB y sus estructuras de cobertura, disfruta de multitud de “agentes durmientes”, que no son más que testaferros sin ninguna vinculación física (ni reuniones ni comunicaciones) con la mafia rusa. Su trabajo consiste en tener una vida completamente normal, sin la más mínima notoriedad esperando a que sea necesario un cambio de propiedad en las estructuras económicas de la red mafiosa que sólo se disparan en caso de intervención policial o que se detecte una filtración de información clave.

Resulta imposible detectar a los durmientes sin acceso a los archivos del FSB, al igual que resulta imposible vincularles a ninguna actividad ilícita, simplemente porque no las han tenido. Son hombres completamente “blancos”. Y siguen aquí, no se equivoquen.

El poder de Kalashov en las cárceles españolas

El poder de Kalashov era tal que la cárcel de Teixeiro (A Coruña) donde estuvo preso durante 2012, instaló cables de lado a lado para evitar que se pudiera fugar en helicóptero. Nada pudo liberar de la cárcel a Kalashov hasta que llegaron Rajoy, Cospedal y el omnipresente Villarejo… y su operación contra el PSOE, ganar las elecciones generales de 2015, terminar el trabajo de contención de la Gürtel y acabar con los disidentes dentro del propio partido (como Eduardo Zaplana).

Al llegar a Moscú, Kalashov fue inmediatamente liberado, aunque su vida no fue la de antes. Su trono había ya sido ocupado por su sucesor y las fricciones por la lucha de poder le llevaron a tener problemas con su sucesor. Finalmente, Kalashov aceptó no seguir siendo el rey de reyes de la Mafia rusa a cambio de una vida apacible a todo lujo en Rusia, convirtiéndose en “asesor” de la nueva estructura y de los mandos del FSB. Toda una carrera delictiva con retiro dorado que sólo Rusia es capaz de producir. Un prodigio de Estado Criminal.

Patricia López

Directora y fundadora de Crónica Libre. Periodista de Investigación. Destapó las cloacas de Interior. Autora de El rastro del asesino, El secreto de Bretón y Crímenes sin Resolver (Ed. ARIEL)