Izaskun Acosta víctima Kote Cabezudo
Izaskun Acosta sufrió abusos sexuales siendo menor por parte de Kote Cabezudo.

Izaskun Acosta: “Kote Cabezudo probablemente sea uno de los depredadores sexuales más prolíficos que ha tenido este país, y nadie se ha hecho eco de ello”

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El pasado marzo el Tribunal Supremo confirmaba la condena de 28 años y dos meses de cárcel impuesta al fotógrafo donostiarra Kote Cabezudo por cometer delitos de agresión sexual, abuso sexual, estafa y pornografía infantil con hasta siete personas, varias menores de edad, que trabajaban como modelos y a las que fotografió. Tras el estreno del documental, “En el nombre de ellas”, un homenaje a las víctimas, Crónica Libre entrevista a Izaskun Acosta, que siendo menor sufrió abusos sexuales aunque no se atrevió a denunciar hasta mucho más tarde.

¿Cómo valoras la condena a Kote Cabezudo?

Me parece insuficiente. Si bien es cierto que no va a cumplir ni siquiera los 28 que le han impuesto, sino 20, no se trata únicamente de cuántos años cumpla, sino de por qué delitos le condenan. Y en este caso han quedado fuera muchos delitos que sé perfectamente que sí cometió, pero que la justicia ha considerado que no estaban suficientemente probados, pese a haber vídeos en los que se veía cómo cometía los abusos. Es muy triste pensar que haya personas que quieran hacer lo posible por salvar a este delincuente. O que necesitan ocultar algo que no les deja en buen lugar, y buscan la manera de ser lo más laxos que se pueda con las penas.

En el juicio Kote Cabezudo insistía en su alegato final en hacer ver que era «normal» tomar fotografías de menores desnudas, ¿Qué te parece que diga esto?

Creo que la opinión que tenga un psicópata sobre sus actos no es muy fiable. Él podrá decir lo que quiera, pero no puede ser normal algo hecho sin consentimiento y ejerciendo un abuso claro de poder. Además de que él no sólo hacía fotos de nosotras desnudas (a veces mintiendo sobre las partes del cuerpo que se veían en la foto), para luego publicarlas en páginas de pornografía, sino que a partir de ahí, pasaba el límite de lo físico y abusaba carnalmente de nosotras. No hay nada normal en todo eso.

La Justicia consideró probado que algunas de las víctimas empezasteis a posar para Kote Cabezudo en la década de los años ochenta. ¿Cómo llegas tú a colaborar con él?

Yo conocí a Kote porque puso un anuncio en el periódico buscando modelos fotográficas. Una amiga mía fue y, aunque a ella finalmente no le interesó, yo fui a hacer una prueba de cámara con él y me cogió. Tenía 15 años, y era el año 90. A partir de ahí, iba periódicamente a hacer sesiones con él en las que hacíamos fotografías de estilos diferentes.

Algunas de “moda” en las que estaba vestida, otras en las que me hacía quitar la parte de arriba de la ropa, y poco a poco, según se fue ganando mi confianza, las hacíamos de desnudo integral. Pero para entonces ya había llegado a cierto contacto físico que camuflaba en la actividad de la sesión. Abusando de esa confianza, un día fue aún más lejos y llegó al hecho por el que le denuncié.

¿Cómo fue el trato de Kote Cabezudo hacia ti cuando trabajabas con él?

Él era agradable conmigo. Estaba claro que tenía una estrategia que yo desconocía para ganarse mi confianza e ir rompiendo mis barreras, hasta que él pudiera llegar a abusar de mí. Cuando tienes 15 o 16 años no tienes demasiada experiencia poniendo límites y, por naturaleza, confías en una persona de la edad de tus padres. Yo pensaba, erróneamente, que los adultos cuidaban de los más jóvenes. Pero aprendí de la peor forma que podían engañarte con argucias para obligarte a hacer algo que tú no querías. Y de pronto te ves metida en una situación de la que no sabes muy bien cómo salir.

La investigación descubrió fotos de niñas menores de edad desnudas, imágenes que Kote Cabezudo había almacenado durante años en sus ordenadores para “su posterior publicación” en plataformas pornográficas de pago. ¿Cómo reaccionáis las víctimas al enteraros de esto?

Pues yo de eso me enteré muchos años después, ya que yo callé lo que me había ocurrido y al poco tiempo me fui a vivir a Madrid, y perdí todo contacto con ese señor. Yo no supe que no era la única hasta muchísimos años después, cuando nuestro abogado, Mario Díez, publicó en Youtube el vídeo que se hizo viral, en el que exponía los delitos Kote Cabezudo y qué personas le estaban ayudando a taparlo. En ese momento pensé que quizá habría podido publicar alguna foto mía, aunque tratándose de un material tan antiguo me parecía extraño.

Efectivamente, aunque sí tenía alguna foto mía en sus discos duros, parece que no se encontró ninguna publicada. En cualquier caso, es muy doloroso encontrarse vídeos y fotos en esas páginas. Es un engaño, un abuso y una vulneración total de la intimidad. Por no hablar del miedo que produce que cualquier persona que pueda verlas e incluso pensar que tú las hiciste con consentimiento. Hay que tener en cuenta que el abuso sexual es un estigma aún hoy, y que el hecho de que se descubra puede afectar a tus relaciones personales y laborales.

¿Qué efecto produjo todo lo sufrido en ti? ¿Cómo cambio tu persona, tu vida?

Lógicamente haber sufrido abuso sexual por parte de él es algo que cambió mi vida. Yo mantuve callado el abuso 26 años. Incluso me esforcé por olvidarlo yo misma, y en cierto modo lo conseguí. Años después, todo esto me explotó en la cara y tuve que hacerme cargo siendo una mujer adulta y habiendo sufrido muchas secuelas sin saber realmente de dónde me venían. Nadie es la misma persona después de sufrir abusos sexuales. Es algo que te coloca en un lugar diferente y desde el que tienes que continuar sabiendo que nunca podrás alcanzar tu posición inicial, aunque llegues a superarlo, como es mi caso.

En su recurso, Kote Cabezudo justificaba que las fotos no eran pornografía infantil sino imágenes tomadas con consentimiento y atendiendo a su “naturaleza artística”. Algo que la sala de lo penal del Supremo rechaza de plano. ¿Qué sensaciones te invaden cuando Kote Cabezudo intenta enmascarar lo evidente?

Me indigna un poco que alguien pueda llegar a creer que eso que dice es verdad. Y me produce un dolor muy íntimo y difícil de explicar que él pueda tener la sangre fría de mentir tan descaradamente. Y luego pienso en que, por un lado es una persona incapaz de empatizar con nadie, que se cree sus propias mentiras Y por otro, que nuestro abogado Mario Díez seguro que conseguirá rebatir sus argumentos con pruebas y verdades. Pero no te voy a negar que a veces me hierve la sangre y que he tenido momentos duros cuando leía las noticias.

Los jueces también declaran probado que las modelos de las que abusó o a las que agredió sexualmente Kote Cabezudo se oponían a los tocamientos, “pese a lo cual el acusado lo realizó”. La sentencia sí amplía la factura que debe pagar el fotógrafo al condenarle al pagar las costas ocasionadas a las víctimas durante el proceso judicial. ¿Crees que se ha hecho justicia?

No la suficiente, desde luego. El hecho de que Kote Cabezudo esté en la cárcel y que haya sido condenado a pagar por algunos de los delitos que cometió, podríamos decir que es hacer justicia, teniendo en cuenta que muchos de los depredadores sexuales caminan libremente por nuestras calles. Pero, ¿qué te puedo decir respecto a la justicia si, para empezar, se han quedado delitos muy graves sin condenar, y si algunas de nosotras teníamos los delitos prescritos? ¿Cómo pueden prescribir los delitos de un depredador que no los ha cometido de forma aislada y está reinsertado, sino que ha actuado impunemente durante 30 años? Es indignante y vergonzoso, pero me temo que la justicia no siempre es justa.

¿Cómo te decides a denunciar?

Cuando recibí el vídeo de Mario y me di cuenta de que yo no era la única menor de la que Kote había abusado sexualmente, me puse en contacto con él. Aún no me había planteado denunciar porque estaba procesando todo, hacía 15 días que había muerto mi padre, y además en ese momento no podía afrontar económicamente un proceso judicial.

Pero sí tenía claro que quería contarle a Mario que todo eso era verdad, porque yo había sido una de ellas. Eso lo tuve claro al instante. Una vez que hablé con Mario y verbalicé por primera vez en mi vida lo sucedido, él me dijo que no me preocupara por el dinero y que íbamos a ver antes en qué situación estaba yo de cara a la denuncia.

El hecho de saber que no estaba sola, me dio fuerzas. Sentí al momento que juntas siempre íbamos a ser más fuertes y que lucharíamos mejor contra él. Luego vimos que mis delitos estaban prescritos, pero aún así seguí adelante aportando mi denuncia. Pensaba que cuantas más denunciantes fuéramos, más fuerza tendríamos y quizá animaríamos a otras mujeres a sumarse a la denuncia. Y así fue, aunque creo que aún hay muchísimas más que no han salido a la luz.

¿Qué dificultades te encuentras una vez que denuncias? ¿Te sientes apoyada por las instituciones durante el proceso (policía, judicatura)?

Todavía estamos esperando a que algún político u organismo se dirija a nosotras y a la opinión pública para rechazar los hechos. La realidad es que nos han dado la espalda de una manera bochornosa. Kote Cabezudo probablemente sea uno de los depredadores sexuales más prolíficos que ha tenido este país, y nadie se ha hecho eco de ello. Ni siquiera la prensa.

Es un tema que no conviene que salga a la luz para muchas personas influyentes, y se han encargado muy mucho de taparlo convenientemente. Ni siquiera el Ayuntamiento de San Sebastián tuvo algún gesto de solidaridad o empatía con nosotras.

Tampoco las asociaciones feministas, a excepción de una asociación independiente de Irún. Está claro que nadie quería perder sus subvenciones enfadando a ningún político. Es muy duro sentir que frente a algo tan grande como este caso, la sociedad mira hacia otro lado. Te genera mucha impotencia porque no entiendes cómo puede silenciarse algo tan grave como esto. Y duele mucho comprobar que a nadie le hemos importado nosotras.

Disney+ anunció que el pasado 27 de noviembre iba a estrenar el documental “En el nombre de ellas” que iba a servir como homenaje a las víctimas de Kote Cabezudo. ¿Cómo fue tu participación en el proyecto?

En una de las visitas que hizo a Donosti Mario nos vimos y me contó que estaban valorando rodar una serie sobre el caso y me preguntó si yo estaría dispuesta a participar. Sin dudarlo, le dije que sí, no sabía aún en qué formato, si a cara y voz descubierta o no, pero sí quería participar.

Entre otras cosas, porque me dijo que él entraría como productor para garantizar el rigor y la veracidad de todo cuanto se contara. A los pocos días, grabamos unos testimonios para hacer un teaser y poder presentar algo a las plataformas. Enseguida lo quiso Disney+, y todo a partir de ahí se hizo pensando que el destino sería ese.

Pero el proyecto finalmente fue frenado. Ahora Netflix ha dado un paso al frente y ha adquirido la serie, que se estrena a finales de mayo ¿Cómo te sentiste cuando el proyecto fue parado?

Fue un mazazo importante. Disney+ no tuvo ni la delicadeza ni la decencia de decírnoslo directamente, ni de pedirnos disculpas públicas ni privadas. Nunca sabremos las razones reales, pero alguien debió de levantar el teléfono rojo. Y debió de ser lo suficientemente importante como para devolvernos los derechos de un producto que se había grabado para ellos.

Fue un golpe durísimo porque teníamos mucha incertidumbre sobre qué pasaría y cómo haríamos para poder mostrarlo. No queríamos que quedara acumulando polvo en un cajón, o que compraran nuestra historia para poder callarnos.

¿Qué esperas del estreno de “En el nombre de ellas”?

Por un lado, espero que la sociedad conozca un caso terrible de pederastia y pornografía infantil que ha permanecido oculto y silenciado durante 30 años. Por otro lado, que la gente conozca el lado más oscuro y corrupto de quienes nos gobiernan y legislan, y que juzguen por sí mismos ante todo lo que se muestra. Y en el lado más personal, espero visibilizar un problema que necesita nuevas medidas de ser abordado, como es el abuso sexual. Intentar derrocar el estigma que todavía es hoy en día sufrir abusos. Y que muchas mujeres que hayan pasado por lo mismo puedan encontrar inspiración y complicidad en nuestros relatos.

Me gustaría que la sociedad vasca hiciera una reflexión sobre cómo ha actuado ante este caso, y que la clase política vea lo solas que nos han dejado. Algo que no es para nada de recibo, teniendo en cuenta lo mucho que se jactan con el feminismo institucional.

Mónica Nion

Periodista. Guionista. Educadora Social. Llevo 20 años trabajando en comunicación, con contenidos y formatos, entrevistas y eventos... Y lo que haga falta. La información es poder...