Una mujer miembro de la organización ecologista Greenpeace durante la protesta organizada ante el Ministerio de Agriculturas en protesta contra las macrogranjas. 16 MARZO 2023; Gustavo Valiente / Europa Press.
En España hay 3.765 macrogranjas. La mayoría destinadas a la cría y engorde intensivo de cerdos, seguidas de aves de corral, según los datos Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes (PRTR) de 2021.
Estas grandes explotaciones son una fuente de contaminación de los recursos hídricos. Un problema frente al que pretende concienciar el Día Mundial del Agua. El 22 de marzo es la fecha elegida, desde 1933, para inspira acciones y generar compromisos para abordar la crisis mundial del agua.
Su distribución por el territorio no es homogénea, las comunidades autónomas de Aragón y Cataluña tienen una gran concentración de estas explotaciones intensiva. Sobre todo en las zonas con mayor despoblación. Así, en Huesca y Lleida, más del 50 por ciento de municipios cuenta con alguna de estas grandes instalaciones intensivas.
La población porcina en España ya era de 34,45 millones ejemplares a finales de 2021, según datos de Eurostat, oficina de estadística de la Unión Europea. Más cerdos que en cualquier país otro país de la UE. De hecho, el 24 por ciento de los ejemplares de toda la Unión se crían aquí.
La cabaña actual porcina genera más de 62 millones de metros cúbicos de excrementos (purines) anuales, según el Ministerio de Agricultura. Es decir, una cantidad equivalente 16 500 piscinas olímpicas o 62 estadios como el Santiago Bernabeu llenos de desechos muy contaminantes.
Greepeace protagonizó la semana pasada una acción frente al Ministerio de Agricultura, para protestar contra las macrogranjas. Con esta campaña pretenden concienciar acerca de la gran contaminación que suponen este modelo productivo. Llevan meses recogiendo firmas que ya han superado el medio millón que entregaron en el ministerio.
“El futuro del planeta y del agua pasa por transformar el destructivo modelo agroalimentario y el primer paso es acabar con las macrogranjas y reducir el número de animales en intensivo. Estamos supeditando tener agua limpia a unos intereses económicos cortoplacistas insostenibles”, ha alertado Luis Ferririm, responsable de Agricultura y Ganadería de Greenpeace España.
De cara a la celebración del Día del Agua, la organización ha recordado datos del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, que señalan que el 40 por ciento de las aguas subterráneas están en mal estado. “Las principales causas son la sobreexplotación y la contaminación por nitratos”, añade el comunicado de Greenpeace.
Una de las principales causas del deterioro de los acuíferos es el aumento de los niveles de nitratos en el suelo que tienen origen en los desechos de las macrogranjas. Esto es debido a que mantienen muchos animales en espacios reducidos, generan una gran cantidad de estiércol y otros residuos difíciles de eliminar.
Los niveles elevados de nitratos en el agua potable pueden ser peligrosos para la salud humana, especialmente para los bebés y las embarazadas. Más de 17 millones de españoles vive en zonas vulnerables a la contaminación de sus aguas por nitratos procedentes de fuentes agrícolas. Son datos del estudio realizado por Esri, empresa tecnológica dedicada a sistemas de información geográfica.
La asociación ecologista alerta que esta ganadería industrial “está devorando el planeta, y las macrogranjas son la cara más cruel y sucia de este negocio”. Las explotaciones, que pueden llegar a albergar 2.000 cerdos en una granja, se basan en el engorde rápido, en condiciones muy cuestionables, para obtener el máximo beneficio.
Los principales problemas que causan estas enormes instalaciones son la contaminación de aguas, las emisiones de efecto invernadero. Además, suponen un uso de enormes extensiones de tierras, que implican deforestación para cultivo de alimento para ganado. Además, como señala Greenpeace, suponen un maltrato para los animales.
La agricultura industrial, además, usa enormes cantidades de agua, gran parte consumida para producir forrajes. En España, Greenpeace ha estimado que la ganadería utiliza en un año el agua equivalente al consumo de todos los hogares españoles en 21 años.
En cuanto a lo sociológico, son una falsa solución contra el despoblamiento rural, destruyen empleo local y acaban por expulsar a los habitantes. Muchos de estos proyectos se instalan en lugares con poca población, donde se encuentran con menor oposición, mayor extensión de terreno a menor precio.
Prometen generar puestos de trabajo y riqueza pero no lo cumplen. Una macrogranja genera menos empleo que la ganadería extensiva y ecológica porque están mucho más automatizadas. Y los beneficios no se quedan en la zona, sino que van a parar a los propietarios de la explotación. En España, cinco grandes grupos se reparten el pastel: Grupo Fuertes, Grupo Jorge, Incarlopsa, Grupo Sanchiz, o Piensos Costa. Además, supone una amenaza para las pequeñas y medianas granjas de la zona.
Precisamente, desde uno de estos lugares, en la España vaciada comenzó a articularse la resistencia contra las macrogranjas. Fue en Loporzano, a 9 kilómetros de Huesca capital. A finales de 2015 se organizaron en una plataforma para evitar la instalación de dos proyectos de ganadería intensiva que se supo que iban pretendían implantarse en el pueblo.
Situado en las inmediaciones del Parque Natural de Sierra de Guara –de hecho parte del municipio está dentro del espacio protegido–, el valor ecológico del lugar no casaba con estas enormes granjas. Entre sus 574 habitantes, había quienes habían escogido el enclave por la calidad de vida, la tranquilidad o la falta de contaminación.
Su movilización prendió y comenzaron a coordinarse con otros conatos de protesta. Por toda España, surgían agrupaciones de vecinos según se acercaba la amenaza de proyectos rechazados por toda Europa.
En octubre de 2017, la plataforma organizó en Huesca el Primer Encuentro Estatal de Ganadería y Medio Ambiente. Acudieron 12 organizaciones vecinales , 17 agrupaciones ecologistas y un centenar de representantes y afectados. Food and Water Europe y Amigos de la Tierra promovieron el evento junto a la Plataforma Loporzano sin Ganadería Intensiva.
El objetivo perseguido era conectar los movimientos dispersos para frenar la ganadería intensiva que se hacía fuerte en toda España y favorecer un modelo respetuoso con el entorno. El movimiento Stop ganadería Industrial, nacido en mayo de 2018, aglutina hoy esos incipientes conatos de protesta. Hoy, son más de 70 organizaciones vecinales y siete organizaciones nacionales e internacionales quienes mantienen la lucha viva. Se han apuntado una quincena de logros por toda la Peníncula.
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