Todas las miradas apuntaban al mismo sitio. El New York Times había insinuado el 26 de diciembre de 2022 que había sido Rusia. El 10 de febrero se firmaba el acuerdo de cooperación entre la UE y la Alianza Atlántica OTAN, entre otros para defender infraestructuras estratégicas.
El periódico CTXT publicó la traducción del artículo del premio Pulitzer Seymour Hersh al castellano, aquí les dejamos seis claves de los datos y argumentos que esgrime Hersh.
Claves del artículo de Seymour Hersh sobre el atentado a NordStream
Tanto la portavoz de la Casa Blanca Adrienne Watson como el portavoz de la CIA desmintieron que los EEUU fuesen el autor del atentado según informa, entre otros, el diario alemán FAZ. El desmentido de Noruega no se hizo esperar. Alemania calla. De ser cierto que los EEUU fuese la potencia que destruyó NordStream sería gravísimo. Más adelante veremos por qué. Por de pronto, llama mucho la atención que la UE y la OTAN hayan suscrito un acuerdo de cooperación para defender las infraestructuras estratégicas solo dos días después del polémico artículo de Hersh.
Reacciones de la prensa internacional
La prensa internacional y la élite política de Alemania ha reaccionado de desigual forma ante esta noticia. Parte de la prensa internacional no da credibilidad al artículo de Hersh, mientras que sí hay periódicos que son más proclives a creer su relato. Los que no creen el relato de Hersh, esgrimen que Hersh, de 85 años, hace valer glorias pasadas pero no ha sido escrupuloso a la hora de analizar sus fuentes en el pasado reciente. El periódico suizo NZZ va más allá e insinúa que Hersh ha publicado esa noticia en su blog personal porque ningún periódico de renombre la habría publicado debido a que cita solo una fuente anónima sin más detalles. Además, sugiere que los EEUU no pueden ser los perpetradores porque A) el proyecto NordStream ya era un proyecto finiquitado en septiembre de 2022 porque Europa ya no quería más gas ruso, B) Hersh no ofrece ninguna explicación ante el hecho de que una de las tuberías no hubiese sido dañada y, por último, C) una operación de sabotaje en presencia de otros militares de la alianza OTAN no es plausible según Julian Pawlak de la «Universität der Bundeswehr» (Universidad de las Fuerzas Armadas) de Hamburgo. NZZ llega a insinuar que Rusia es la que más se beneficia del acto de sabotaje. De hecho, Rusia había reducido el gas que estaba proveyendo a Europa a lo largo de 2022 aparentemente por una turbina de Siemens que no llegaba. Y se enfrentaba a querellas millonarias por incumplimiento de las condiciones del contrato. Ante episodios de fuerza mayor, Rusia estaría libre de responsabilidad según NZZ.
En Francia, el periódico La Tribune le dedicó un artículo extenso al escrito de Hersh con los reproches repetidos por todos los medios de comunicación al tiempo se hacía eco de las palabras del portavoz del Kremlin Dimitri Pesko que afirmaba que les convendría a Alemania y a la UE analizar bien los datos de Hersh. El resto de los periódicos franceses ni se han hecho eco de la polémica entrada en su blog.
China y Rusia le dan una alta credibilidad al artículo de Hersh debido a que los EEUU tienen un largo historial de sabotajes de todo tipo según informaba el periódico alemán Berliner Zeitung.
Reacciones desde la élite política de Alemania
El Gobierno de Alemania ha reaccionado con el más absoluto de los silencios ante el artículo de Hersh. Francia y Holanda también son socios de Nordstream y también callan. Solo el Fiscal General Dr. Peter Frank se ha pronunciado al respecto diciendo que, según los datos que obran en su poder, no hay ningún indicio que apunte a la autoría de Rusia. Y la televisión pública alemana ZDF se preguntaba que por qué no sabemos nada sobre la autoría del atentado. Jan Schneider en ZDF nombra tres motivos: A) Se hace eco de Johannes Peters (Institut für Sicherheitspolitik) que afirma que «Las pesquisas se realizan con capacidades en el campo de sensores y reconocimiento militar. De esto rara vez se habla públicamente. No se quiere dar a conocer lo que tiene para no tener que decir de dónde obtuvo la información.» B) «La divulgación alberga el riesgo específico de que se conozcan detalles de habilidades, conocimientos y métodos de trabajo específicos de los servicios de inteligencia federales que son particularmente dignos de protección.» C) No se informa porque es un asunto de estado que podría comprometer la seguridad presente y futura.
Ante tanta incertidumbre, el partido de ultraderecha AfD había ingresado un tema en la sección de Aktuelle Stunde «Hora actual» en la sesión parlamentaria del 10 de febrero del Bundestag para debatir cuestiones relativas a la seguridad de Alemania debido al atentado de Nordstream y de recientes atentados a la compañía de ferrocarril Bundesbahn. Meses antes, en concreto el 14 de noviembre de 2022, el partido die Linke había ingresado una batería de preguntas en el Bundestag. El silencio ha sido la respuesta del Bundestag hasta el día de hoy por razones de estado. De ahí que los parlamentarios alemanes pudiesen exponer sus puntos de vista durante más de una hora sobre ese asunto. El líder del partido de extrema derecha AfD, Timo Chrupalla, tomó la palabra y pidió que una Comisión Parlamentaria investigue este turbio asunto. El resto de los partidos rechazaron su propuesta. Timo Chrupalla se preguntó si las infraestructuras energéticas y el abastecimiento de agua están asegurados en Alemania después de que el atentado a infraestructuras estratégicas como Nordstream pudiese ocurrir sin que nadie se percatase de ello. El parlamentario de SPD (socialdemócrata) dedicó todo su tiempo a hacer crítica ad hominem a AfD apuntillando al final de su intervención que nos enemigos de la democracia no deben saber cómo se defienden las infraestructuras y él tenía la certeza de que AfD es un enemigo de la democracia. Por su parte, el representante de CDU (democristiano), Roderich Kiesewetter, desarrolló la narrativa de que Rusia debe aprender a perder y eso ya sería un gran paso adelante para asegurar la seguridad de Alemania. Además, afirmó que Alemania debía de dotar de más medios presupuestarios a sus servicios secretos. La autoría del atentado contra Nordstream quedó fuera de su discurso.
El partido verde fue representado por Leon Eckert, orador brillante de 27 años especializado en temas climáticos y de seguridad e hizo hincapié en la resiliencia y en la demarcación de las competencias cuando se dé un caso. Ni una palabra le dedicó a la autoría del atentado a Nord Stream. Por el partido die Linke (antiguo partido comunista) se dirigió al Parlamento Sevin Dagdelen que se lamentó de la pésima calidad del periodismo de hoy que más bien parece hacer una labor de portavocía de partidos políticos y policía. La parlamentaria se lamentaba de que el Gobierno Alemán no muestra ni un ápice de interés en esclarecer la autoría del atentado y les instó a que aprobasen la creación de una Comisión Internacional para analizar los hechos. Recordó las palabras de Ursula von der Leyen después del atentado que dijo textualmente que
«Cualquier interrupción intencionada de la infraestructura energética de Europa recibirá la respuesta más fuerte posible«
Ursula von der Leyen
El representante de FDP (liberales) Konstantin Kuhle tildo el artículo de Hersh como poco serio al tiempo que atacaba personalmente a Dagdelen, llegando a afirmar que tanto AfD como die Linke estaban al servicio de los intereses del Kremlin para dividir a la democracia alemana. Le afeó a Dagdelen que citase el «panfleto» de Alice Schwarzer y Sahra Wagenknecht que, en realidad, es una petición en Change que ya han firmado más 300.000 personas para poner fin a la guerra de Ucrania. Dedicó todo su tiempo a criticar la invasión rusa en Ucrania además del peligro de los ciberataques perpetrados por el Kremlin.
Timo Chrupalla afirmó que, de ser cierto que los EEUU hubiesen perpetrado el atentado a Nordstream, las tropas de los EEUU deberían abandonar Alemania según recogía Tagesspiegel el 9 de febrero. Para poner este dato en contexto, a preguntas de Abgeordnetenwatch la parlamentaria de FDP Marie-Agnes Strack-Zimmermann reveló algunos datos de las tropas norteamericanas en Alemania. Ella respondió en octubre de 2022 que había en Alemania más de 20 bases militares norteamericanas, la más conocida de las cuales es la base de Ramstein donde trabajan 9000 soldados norteamericanos. En las inmediaciones de Ramstein viven unos 50.000 norteamericanos con sus familias. Alemania financia con un millardo de euros la estancia de las tropas norteamericanas en Alemania. Nick Brauns en el periódico Junge Welt tituló su artículo que el Gobierno Alemán no tenía interés en esclarecer los hechos.
En conclusión, este debate de más de una hora no aportó ningún dato nuevo sobre la autoría del atentado. Los partidos hegemónicos SPD, FDP y CDU ya no tienen intelectuales de la talla de Willy Brandt o la propia Angela Merkel que hicieron de la Streitkultur «cultura del debate» su modus operandi. Los de ahora no son más que una panda de bullangueros que exhiben su ignorancia sobre los temas que debaten en sede parlamentaria sin un atisbo de sonrojo esgrimiendo los comodines de desinformación, intoxicación y teorías conspiranoicas a todos aquellos que osen cuestionar el status quo. Es muy llamativo que el partido verde opte por desviar la atención hacia la resiliencia ante las graves acusaciones de Hersh. Dan mucha pena los políticos del país de los poetas y pensadores que no hacen sino poner en circulación los 11 principios de propaganda de Göbbels cuando suben a la tribuna. Parecen haber olvidado que Goethe dijo que quien quisiese ser objetivo debía ser muy parco con los adjetivos. Casi todos evadieron el asunto poniendo en el foco la invasión rusa de Ucrania o en el asunto competencial para atajar de forma eficaz los atentados a infraestructuras sensibles. Los parlamentarios que sí tenían preguntas pertinentes sobre el curso de las pesquisas judiciales (die Linke, AfD) fueron silenciados acusándolos de practicar la desinformación e intoxicación. Y es que silenciar se dice en alemán «mundtot machen» «matar la boca».
¿Quién tenía conocimiento de la acción de sabotaje?
Dos cuestiones son relevantes en todo este asunto: ¿Quién ordenó el atentado y quién tenía conocimiento de él? Esto es importante debido a que el atentado ha dañado infraestructuras energéticas en aguas internacionales y la Fiscalía General de Alemania podría está investigando el atentado según la legislación internacional como acto de guerra según señala WirtschaftsWoche. Haciéndose eco de un alto experto militar, Wiwo afirma que
«Es difícil imaginar qué pasaría si, en algún momento en medio de la guerra, se supiera que un país de la OTAN ayudó a bombardear el polémico gaseoducto o tenía conocimiento de los planes para hacerlo sin impedirlo.»
Probablemente, este experto militar tenía en mente el artículo 5 del TRATADO con la OTAN que dice que cualquier ataque a un país miembro será considerado como un ataque a la OTAN. En el caso que Noruega hubiese participado en la acción, la pregunta relevante es si tenía conocimiento de que se iba a atentar contra infraestructuras europeas vitales.
Es digno de señalar que Suecia mantiene el secreto de sumario y eso quiere decir que no está haciendo públicos los resultados de la investigación ni a sus socios europeos ni a los socios de la OTAN. También la Fiscalía General de Alemania baraja la posibilidad de mantener secreto los resultados de sus pesquisas a pesar de haber llegado ya a determinadas conclusiones. Tal es la gravedad del asunto.
El estado actual de NordStream
En las redes sociales han circulado diversos vídeos del estado del gaseoducto Nordstream después del acto de sabotaje en septiembre de 2022. El geólogo F. Pfeiffer hizo un análisis para Greenpeace en base al visionado de vídeos de los que se disponía en noviembre de 2022. Este geólogo afirmó que la potencia de la explosión debió ser de grandes dimensiones para poder desplazar parte de la tubería en la superficie marina. El artificiero alemán David Domjahn presentaba un análisis el 29.09.22 al que ha añadido dos actualizaciones, el 20.11.22 y el 30.11.22 de las hipótesis que cabía barajar a partir de los datos que se conocían en redes sociales. Ya en septiembre de 2022 había especulado con que el C4 fuese el posible explosivo. En ese mismo artículo de su página web, comentaba que sus conclusiones eran provisionales ya que las autoridades suecas habían retirado de los vídeos material visual que estaría siendo investigado por expertos y se incluiría como prueba pericial en los sumarios judiciales. De hecho, el noticiero de la televisión pública alemana Tageschau se preguntaba ya en noviembre de 2022 que dónde estaban los 250 metros de tubería que habían desaparecido del fondo marino. Como ya informara Crónica Libre en su día, cada tubo mide 13 metros y pesa 12 toneladas sin el recubrimiento de hormigón. A día de hoy, se desconoce el paradero de esos tubos.
Los socios rusos de Gazprom, alemanes, holandeses y franceses de NordStream están evaluando los daños ocasionados a NordStream 1 y haciendo cálculos sobre lo que costaría reparar el gaseoducto que no sufrió daños irreparables según relata WirtschaftsWoche. Se especula que podría costar 500 millones de dólares.
Nordstream y el aguijón de Biden
Ya la mera construcción del gaseoducto Nordstream supuso un quebradero de cabeza para los EEUU porque veía como un peligro para su hegemonía en los mercados europeos. Seymour Hersh destaca que «Washington temía que países como Alemania se mostraran reacios a proporcionar a Ucrania el dinero y las armas que necesitaba para derrotar a Rusia.» Insinúa que la dependencia energética rusa no le dejaría margen de maniobra a Alemania.
Según Hersh, Sullivan mantuvo varias reuniones con la CIA y con el jefe del tesoro a partir de diciembre de 2021. En esa reuniones se hizo saber que era el deseo de Biden terminar con Nordstream. Esa consideración se hizo dos meses antes del ataque de Rusia a Ucrania. Pero, parémonos un momento. ¿Cómo sabían los EEUU que Rusia atacaría a Ucrania? ¿Querían los EEUU hacer pagar a Alemania? En esas reuniones se debatieron diferentes opciones para atentar contra Nordstream. El informante de Hersh le desveló que la acción debería permanecer secreta y que no se debían dejar huellas porque era un «acto de guerra». Tres semanas antes de la invasión rusa, Biden, en presencia de Olaf Scholz, se fue de la lengua en rueda de prensa y anunció que si Rusia atacaba Ucrania, Nord Stream se pararía. Y así fue. El júbilo de altos cargos de los EEUU y de la efímera primera ministra británica Liz Truss que mandó un mensaje de WhatsApp a Blinken diciendo: «it’s done» son muy reveladores. Según los grandes medios, el relato de Hersh es conspiranoico. Ahora bien, no me consta que Biden se haya querellado contra él.
La algarabía de norteamericanos y británicos inmediatamente después del atentado no se entendería si no se beneficiasen de ese atentado bien de forma directa o indirecta.
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