Dulce

Sin noticias de Dulce: un estremecedor caso de trata de menores en México

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La pequeña Dulce María, de 13 años, desapareció de su casa en Chiapas (México) el pasado abril. En agosto fue localizada en un centro para inmigrantes en California (Estados Unidos), a 4.950 kilómetros, un recorrido muy peligroso, controlado por las mafias de trata de personas o por los peligrosos cárteles de narco mexicanos. “Ninguna niña puede hacer un viaje así sola y sin dinero. Obviamente se la llevaron”, asegura la familia a Crónica Libre. La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) confirma su teoría: «En México trabajamos sobre la hipótesis casi segura de que esas chicas son víctimas de las redes de trata de personas”. Dulce María ha aparecido sana y salva, pero, a pesar de los esfuerzos, no pasará la Navidad con la familia. La historia, de momento, no tiene un final feliz.

Ocurrió el pasado 24 de abril de 2023. Dulce María, una niña de 13 años, desapareció de su casa en Huitxla (Chiapas). Según las denuncias presentadas por diferentes miembros de la familia, Dulce no se llevó ninguna pertenencia, ni siquiera su teléfono móvil; tampoco tenían sospechas que indicaran que la pequeña planeara irse. En el momento de la desaparición, Dulce se encontraba a cargo de su padrastro, la actual pareja de su madre. La Fiscalía del Estado de Chiapas activó la Alerta Amber al considerar que la integridad de la pequeña se encontraba en peligro y podía ser víctima de un delito.

«Pelo rizado castaño oscuro, ojos castaño claro, 1.50 centímetros de altura, 47 kilos y una cicatriz en la parte posterior de la rodilla derecha». Es la descripción de la pequeña Dulce en la Alerta Amber, que se activa en los casos más graves de secuestro infantil. Su objetivo es impulsar a la comunidad a que colabore en la búsqueda de un niño perdido para recuperarlo sano y salvo.

Detenida por la policía de inmigración norteamericana

Pasados unos días, con la investigación abierta, y después de analizar las cámaras de video vigilancia de algunos comercios, se pudo ver a la niña sola cerca de un centro comercial del su municipio. Es la última imagen de Dulce. No se volvió a saber nada de ella hasta que, cuatro meses más tarde, en agosto, Dulce María apareciera en un refugio estadounidense para menores no acompañados en Modesto (California). Allí fue llevada tras ser detenida por la policía de inmigración norteamericana cuando se encontraba junto a otras personas en Sacramento.

Nada se sabe de las personas que estaban con la pequeña en el momento de la detención ni tampoco de cómo ni con quién recorrió la pequeña esa inmensa distancia. Demasiadas incógnitas que hoy, cuatro meses después, siguen sin despejarse. Todo lo contrario, según avanza la investigación, la historia de Dulce se vuelve más amarga.

La trata de personas y la pedofilia a la orden del día

¿Es posible que una niña llegue sola y sin recursos desde Chiapas a California? La distancia que separa Huitxla (Chiapas) de Sacramento (California) es de casi 4.950 kilómetros de un recorrido absolutamente peligroso controlado por las mafias que se dedican a la trata de personas, a movilizar inmigrantes ilegales o por los cárteles de narco mexicanos. Se trata de un viaje lleno de alto riesgo incluso para un adulto en las mejores condiciones posibles, lo que lo convierte en prácticamente letal para una niña de 13 años sola y sin recursos.

México es uno de los países de origen, tránsito y destino de víctimas de seres humanos con fines de explotación y donde miles de personas son víctimas de trata cada día, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Este organismo, a través de su programa ‘Províctima’, es la puerta de entrada de las familias de las y los desaparecidos al sistema de investigación encabezado por la Fiscalía Especial, que aborda cada año miles de carpetas de investigación.

La CNDH también ha intervenido en el caso de Dulce, trabajando con la familia de la niña, principalmente con su abuela materna, que es quien ostenta la custodia de la pequeña, y con una tía materna de la niña, Jaqueline Avelino, que no ha dejado de llamar a todas las puertas solicitando toda la ayuda posible para recuperar a la pequeña.

A mi sobrina se la llevaron viva y viva nos la tienen que devolver, y no voy a callar hasta que no sepa con certeza si Dulce está viva y en qué condiciones, y nos la regresen”, son palabras de Jaqueline que asegura que la niña ha sido víctima de una red de trata. Ninguna niña puede hacer un viaje así sola y sin dinero. Obviamente se la llevaron”, confiesa a Crónica Libre.

México, uno de los países más azotados por la pederastia y la explotación sexual infantil

Esta es una opinión que comparten fuentes de la Comisión Nacional de Derechos Humanos que, en declaraciones a este medio, explica que cada año desparecen miles de niñas, adolescentes y mujeres. Aseguran que en ocasiones las localizan con vida “en los 5 o 6 días siguientes a la desaparición. Una vez pasado ese tiempo sin noticias, ya trabajamos sobre la hipótesis casi segura de que esas chicas o niñas han sido víctimas de las redes de trata de personas”.

Y son las niñas y las adolescentes las más vulnerables ante este tipo de delitos ya que México también es uno de los países del mundo más azotados por la pederastia, ya sea para llevarlas al extranjero o para explotarlas dentro del propio país, donde se utilizan a niños y niñas como reclamo de turismo sexual por parte de determinadas mafias dedicadas a este tipo de explotación sexual infantil. En su mayoría acaban “consumiendo” por “turistas” que llegan al país precisamente en busca de estos menores.

No en vano, México ocupa el primer lugar en abuso sexual infantil y embarazo adolescente, según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), y el segundo en turismo sexual infantil, de acuerdo con la organización Save The Children en 2022.

La situación familiar de Dulce

Para Dulce las cosas nunca fueron fáciles ni felices. Sus padres, originarios del estado de Veracruz, se separaron al poco de nacer. La niña se quedó con su padre, con quien vivió relativamente tranquila hasta que él fue asesinado. Dulce tenía cinco años. En ese momento, tanto la familia paterna como su propia madre se desentienden de ella, hasta el punto de que la madre le cede la custodia de la niña a su abuela materna con quien Dulce se va a vivir. Ciertamente, la abuela de Dulce es una mujer de recursos muy limitados, pero, aunque el entorno es muy humilde, la pequeña es querida y protegida tanto por su abuela como por sus tías. 

Pasado dos años, la madre de Dulce vuelve a aparecer decidida a llevarse a la niña con su nueva pareja, el hombre que se convertiría en el padrastro de Dulce, y el hijo pequeño nacido de esa nueva relación. Consiguen llevarse a la niña y durante los siguientes años, la abuela y las tías, con quien se ha criado, apenas tienen noticias de ella. El disgusto es inmenso cuando en el abril de 2023 ven su cara el cartel de desaparecida que su madre tenía como foto de perfil en una red social.

La investigación de la investigación ha desvelado que Dulce estaba siendo, presuntamente, víctima de violencia dentro familia, donde el agresor principal sería su padrastro, que contaría con la connivencia de la madre. Así lo acreditaron fuentes de la investigación y la declaración del propio hermanito de Dulce, que también parece ser víctima y cuya custodia ha sido retirada a sus padres y entregada a la misma abuela materna que aun tiene la custodia de Dulce.

Cuatro meses después de localizarla, Dulce aún no ha vuelto con su familia

Dulce María se encuentra desde el pasado mes de agosto internada en un centro para inmigrantes menores no acompañados llamado “Bethany Christian Services” (BCS), situada en Modesto (California), donde llegó después de ser detenida y puesta bajo la tutela de la Oficina de Resarcimiento de Refugiados (ORR) de EE.UU. quienes la llevaron al citado refugio.

La página web de la entidad deja evidencia de que la principal función de dicha organización es recibir a menores inmigrantes solos y facilitar su adopción a otras familias norteamericanas. Hay que señalar que el coste de una adopción en Estados Unidos oscila entre los 20.000 y los 50.000 dólares según la Children’s Bureau estadounidense, dependiendo del tipo de organización que administra la adopción: agencia gubernamental o privada, orfanato, organización sin fines de lucro, abogado, facilitador o una combinación de estos.

Según fuentes familiares y documentación sobre el caso facilitada de la Red Internacional de Personas Desaparecidas, que también está apoyando a la familia en este caso, una vez recibida la noticia del paradero de Dulce, se les solicitó la documentación de la menor (acta de nacimiento, certificado de custodia, etc.) y se les aseguró que podrían comunicarse con ella vía telefónica. La familia envió la documentación, pero, a día de hoy, esa comunicación con Dulce no se ha producido y nadie de su familia ha podido hablar con ella ni comprobar cómo está o si aún está en ese centro.

El maltrato de las autoridades

Tanto la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), como diversas organizaciones y grupos de apoyo para familias de víctimas de desaparición como la Red Internacional de Personas Desaparecidas o el grupo de apoyo Antimonumenta, de la Ciudad de México han estado dando acompañamiento a la familia de Dulce en su búsqueda. Sin embargo, la CNDH aclara a Crónica Libre que “es responsabilidad y obligación de la Cancillería de exteriores del gobierno de México exigir la presentación de la menor y una prueba de vida de la niña, más aún cuando existe una carpeta de investigación por parte de la Fiscalía de Trata para localizar a la pequeña Dulce. No entendemos a qué se debe esa inacción”.

Fuentes de la investigación afirman a este digital que la niña declaró en la Oficina de Resarcimiento de Refugiados, quien mantiene la tutela de la pequeña desde que fuera detenida, que había sido víctima de violencia en su hogar y que es esa razón la que impide su vuelta a casa. Sin embargo, la abuela de Dulce y su tía Jaqueline han reclamado desde el primer minuto que la niña vuelva con su abuela, que es quien tiene la custodia y con quien Dulce vivía segura, igual que ahora vive su hermano pequeño.

Con esta realidad, aún localizada, Dulce sigue desaparecida para su familia, siguen sin noticias de ella. Por eso continuarán su batalla para saber qué pasó, quién se la llevó y qué le ha pasado estos meses. En definitiva, como asegura emocionada su tía Jaqueline: “Hasta encontrarla”.