Llevamos ya 9 meses de guerra y más de 200.000 muertos entre ambos bandos. Según se han ido torciendo los planes de Putin, el mandatario ruso ha ido sacando su auténtica personalidad de carnicero del KGB. Los ataques incluyen bombardeos aéreos a población civil, colegios, centros comerciales o viviendas dejando un reguero de víctimas inocentes incluyendo niños, mujeres y ancianos. Investigamos el origen del combustible usado por los aviones rusos para perpetrar sus matanzas.
Hace unos días, el diario alemán Spiegel desvelaba el origen del combustible o fuel de aviación con el que se alimentan los aviones rusos responsables de estas masacres. Este fuel especial tiene un componente esencial que fabrica una filial conjunta de Gazprom y Wintershall DEA, empresa alemana de renombre.
En Europa debemos ser tontos, porque en los últimos años nos hemos convertidos en adictos dependientes al gas ruso, sin construir alternativa alguna. Pero además, les hemos facilitado los componentes y tecnologías esenciales para bombardear civiles. Pero resulta todavía peor la falta de reacción una vez comenzada la guerra. Vamos a explicar por qué.
Wintershall DEA, Basf y LetterOne
Wintershall DEA es una filial de la alemana BASF y LetterOne, la compañía propiedad de los sancionados Mikhail Fridman y Petr Aven, donde la mayoría de las acciones fueron aparcadas un día antes de la entrada en vigor de las sanciones en uno de sus socios históricos curiosamente no sancionado, Andrei Kosogov, todos viejos conocidos de España. Kosogov pudo hacer frente al pago de las acciones que adquirió con un bono que le entregó a los vendedores sancionados con pagadero a 10 años y un 2% de interés. Los expertos financieros consultados por Crónica Libre, opinan que esto no es más que un parking de acciones diseñado para evitar las sanciones, y por tanto, sancionable.
Desde el comienzo de la guerra, Wintershall DEA, que se autodefine como la “Compañía Europea independiente de gas y petróleo más grande” extrae más del 50% de su producción de estas materias de los territorios de Putin, no ha dejado de operar.
La alemana BASF no sólo no ha terminado sus operaciones en Rusia a través de Wintershall DEA sino que dice que no pueden negar que los productos de su filial no se estén usando con fines militares. Por encima, siempre se suman los beneficios e impuestos que recibe el régimen de Putin de la marcha de la compañía que terminan financiando la guerra de Ukrania.
Mikhail Fridman está imputado en la Audiencia Nacional
Y que decir del otro socio de Wintershall DEA, LetteerOne. Su fundador y mayor accionista antes de las sanciones, Mikhail Fridman, está imputado en la Audiencia Nacional por el asalto a la multinacional española ZED. En su otra inversión española, DIA, accionistas minoritarios, empleados y analistas, coinciden en las extrañas circunstancias que han rodeado la toma de control de la compañía de supermercados.
Pero lo más importantes son los lazos que los “dueños” sancionados de DIA han mantenido históricamente con Gazprom, desde acuerdos financieros, servicios bancarios o acuerdos en telecomunicaciones, todos ejecutados a través de la maraña de sociedades del entorno de Fridman: Vimpelcom (actual VEON), Alfa Bank, MIPR. Wintershall DEA, Nordstream (si, también han participado en este proyecto). Lo que sería un repoker de ases en la baraja de de Putin.
La autopista financiera que ha creado Letterone entre DIA y Gazprom
Por el momento, desconocemos en qué dirección funcionan las operaciones. No sabemos si los negocios con Gazprom han financiado la compra de DIA o si son las ventas de DIA las que financian a Gazprom y el combustible de los cazas. Pero lo que es seguro es que ese dinero a día hoy está manchado de la sangre de miles de inocentes mientras los cazas siguen surcando el cielo de Ukrania impulsados por este operativa.
Existe un consenso internacional donde la responsabilidad de la guerra de Ucrania no es más que de Putin. Pero ya va siendo hora de que aquellos que han financiado esta barbarie o lo que nos ha llevado a ella den la cara.
Esta redacción ha tratado de contactar tanto telefónicamente, como por correo electrónico con Día, sin que por el momento, hayamos obtenido respuesta alguna. Crónica Libre ha tratado de comunicarse con la empresa de comunicación que lleva en España a LetterOne y al cierre de esta edición no ha obtenido respuesta. Al igual que con el departamento de comunicación de BASF en Tarragona, con el que ha sido imposible contactar, ya que los responsables están ‘desconectados de su puesto’.
