El president Xi Jinping recibido por el presidente ruso Vladimir Putin. Foto: -/Kermlin/dpa -

El ocaso del predominio occidental

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Durante décadas nos hemos acostumbrado a que cuando se referían a Estados Unidos y Europa la expresión era “comunidad internacional”. El dólar y el euro eran las divisas del mundo, nuestras economías movían las finanzas globales, y nuestra diplomacia señalaba los buenos y los malos. Todo esto se está acabando y son muchas las claves que así lo muestran.

Cuando empezó la guerra de Ucrania y Occidente, o lo que viene a ser lo mismo, Estados Unidos y la UE (y poco más), o lo que viene a ser lo mismo, la OTAN, comenzó su carrera de sanciones contra Rusia. Unas sanciones que consistieron, entre otras cosas, en la incautación de sus activos en el extranjero, la suspensión de todos los contratos firmados y la salida de sus empresas en Rusia.

La incógnita era si esas medidas iban a dejar sola a Rusia frente al resto del mundo o, al contrario, eran los países de la UE y EEUU los que se verían solos ante el resto del mundo. Aquel argumento de Rusia colapsaría porque su PIB era apenas el de Italia y era insostenible, porque no es lo mismo tener un PIB vendiendo gas y petróleo al mundo que conseguirlo sirviendo cervezas en la costa, como sucede en España. El mundo necesita el gas y el petróleo ruso, pero puede prescindir de nuestras cañas, paellas y hoteles.

Ha pasado más de un año del inicio de las sanciones y podemos ir comprobando la soledad de Occidente. No solo en la economía global, sino también en influencia geopolítica.

Quedarte con la divisa en dólares o euros que tenga el país que moleste, como una de las medidas sancionadoras, tiene el inconveniente de que el mundo reacciona y quizá abandona tu moneda como intercambio internacional, si saben que en cualquier momento se la puedan quitar por el camino.

Nueva moneda de los BRICS

Y así tenemos que los denominados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) ya están trabajando en la creación de una nueva moneda que pueda reemplazar al dólar para el comercio entre ellas.

A nuestra soberbia europea esos países nos suenan lejanos y pobres, pero los BRICS representan ahora el 31,5% del PIB PPA mundial, mientras que la cuota del G7 ha caído al 30%. China es la mayor economía del mundo, India la tercera, Rusia la sexta y Brasil la octava.

Pero es que, además, tras la última cumbre de 2022 (organizada por Pekín) se reforzó la idea de ampliar el grupo y se espera que este año se incorporen más países al BRICS. Argentina, Argelia e Irán ya han solicitado oficialmente unirse al grupo, y varios otros están considerando públicamente la posibilidad de hacerlo, entre ellos Indonesia, Arabia Saudí, Turquía, Egipto, Nigeria y México. De ahí que se espera que en 2030 contribuyan con más del 50% del PIB mundial.

El jardín de la UE, como dijo Borrell, representa poco más del 14,2 del PIB PPA mundial. Evidentemente crear una nueva moneda para usar como divisa internacional no es cosa fácil, pero el vicepresidente de la Duma de Rusia, Alexandr Babakov, sugirió que la moneda del BRICS podría respaldarse en oro, metales, tierras, extensiones de terreno y otras materias primas. Según recordó, el dólar y el euro “no están respaldados por nada”.

Acuerdo entre China y mundo árabe

Mientras tanto, el pasado 9 de diciembre, en un encuentro en Riad entre el presidente chino, Xi Jinping, y el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman, se firmó un acuerdo entre entre China, la Liga Árabe y los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG). Se le calificó de “asociación estratégica integral” y una de las características era que China continuaría comprando petróleo y gas natural licuado “en grandes cantidades”, pero con un cambio: sería en yuanes, la divisa china, en lugar del dólar estadounidense.

Primer pago de gas licuado en yuanes

Y no solo sucede con las empresas asiáticas, en algunos lugares va más allá de una firma y ya se están ejecutando las compras. La empresa petrolera estatal de China, CNOOC, y la compañía francesa TotalEnergies, formalizaron el pasado 28 de marzo la primera compra internacional de una partida de gas licuado en yuanes y no en dólares, como parte de un intento del gobierno chino de establecer su moneda a nivel internacional y debilitar el poder del dólar sobre el comercio mundial.

La compra fue de al menos 65.000 toneladas de gas natural licuado (GNL), las cuales fueron importadas desde los Emiratos Árabes Unidos, donde TotalEnergies tiene una filial.

Acuerdos entre Brasil y China en yuanes y reales

Un día después, Brasil y China sellaron acuerdos comerciales en treinta sectores estratégicos que dejaban de lado al dólar estadounidense, para usar el yuan chino y el real brasileño en sus acuerdos comerciales.

No es Brasil el único país, el pasado 26 de abril se anunciaba el acuerdo en China y Argentina para sustituir el dólar por el yuan en su comercio bilateral. El acuerdo comenzará a regir este mes. Las empresas de Argentina pagarán con yuanes importaciones por valor de 1.070 millones de dólares en abril y hasta el momento hay programadas operaciones para mayo por unos 790 millones de dólares.

Previniendo desde 2017

Y es que las sanciones occidentales consistentes en apropiarse de la divisa en dólar y euro de los demás, no ha pillado desprevenidos al resto del mundo, que ya empezó a tomar sus precauciones. En 2017 el Banco Popular de China y el Banco Central de la Federación Rusa acordaron realizar las transacciones de petróleo en la moneda china a través de la plataforma de la Bolsa de Petróleo y Gas Natural de Shanghái, el primer paso para convertir el yuan en petrodivisa. El segundo, comprar 32 toneladas de oro para reforzar el valor del renminbi – literalmente, moneda del pueblo – y convertirlo en una verdadera moneda de reserva, tal y como hizo el Politburó en noviembre de 2022.

Caso Venezuela

Pagar en yuanes el oro negro era una petición que se extendió también a Irán y Venezuela, y ahora a todos los países de Consejo de Cooperación del Golfo: Arabia Saudí, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Catar y Omán. No olvidemos que Venezuela es otro de los países que ha visto “incautados” sus dólares en el extranjero. Su gobierno ha denunciado que tiene entre 24.000 y 30.000 millones de dólares bloqueados en el exterior por culpa de las sanciones de Estados Unidos y Europa.

China, el nuevo sancionador

Otro ejemplo de los nuevos vientos que corren es que ese abusón de patio de colegio que iba por el mundo sancionando países se está encontrando con otro nuevo actor que le está sancionando a él.

China estudia limitar el acceso de Occidente a materiales y tecnologías para industrias clave en los que tiene una posición de liderazgo, como la del automóvil inteligente y la fotovoltaica, según la última actualización del catálogo de tecnologías prohibidas o restringidas a la exportación que tramita el Ministerio de Comercio.

El pasado 30 de diciembre, China también anunciaba que una revisión de su catálogo de tecnologías sujetas a prohibiciones o restricciones de exportación. Entre ellos, las denominadas obleas fotovoltaicas. No es un asunto menor porque China acapara más del 97% de la producción mundial de obleas de silicio, láminas ultrafinas que se ensamblan para fabricar paneles solares.

A principios de abril, el Gobierno chino puso en marcha un examen con revisión de productos del fabricante estadounidense de chips de memoria Micron Technology por motivos de “seguridad nacional”.

En febrero, poco después de que Washington ordenara derribar un globo estratosférico chino por adentrarse en territorio estadounidense sin autorización, Pekín decidió sancionar a las empresas armamentísticas estadounidenses Lockheed Martin Corporation y Raytheon Missiles & Defense por “participar en la venta de armas a Taiwán.

De las medidas chinas no se está salvando ningún sector, en marzo se produjo una redada en las oficinas en China de la firma de abogados estadounidense Mintz y la detención de cinco de sus trabajadores locales y una multa a la auditora con sede en Londres Deloitte de unos 28 millones de euros por evaluar indebidamente la calidad de los activos una compañía financiera china.

Otra de las curiosidades que muestran el retroceso geopolítico de Occidente es que Estados Unidos invadió Iraq para quedarse con su petróleo y hoy se sabe que solo el 10% del crudo iraquí se exporta a EEUU, la gran mayoría es para China. Tanta bomba y muerte generada por Estados Unidos para ni democratizar Iraq, ni tampoco controlar su petróleo, algo que ha logrado China sin disparar un tiro.

Rusia también incauta

La percepción es que aquellos tiempos en que Estados Unidos y la Unión Europea sancionaban al resto del mundo y los demás se tenían que aguantar se han quedado atrás. Del mismo modo que China está respondiendo a la guerra comercial de Occidente, Rusia están reaccionando a las sanciones con similar contundencia. Por ejemplo, ante el embargo de activos rusos en el extranjero, Vladímir Putin, firmó un decreto gubernamental donde anuncia que en caso de incautación o restricción de los derechos de propiedad rusa en el extranjero, Rusia transferirá los activos extranjeros de países hostiles a una gestión temporal de la Agencia Federal Rusa para la Gestión de la Propiedad Estatal (Rosimushchestvo).

Según el decreto, las acciones de la empresa energética alemana Uniper, en su filial rusa Unipro y las acciones en filiales rusas de la empresa energética finlandesa Fortum, figuran entre los activos extranjeros que pueden transferirse a Rosimushchestvo.

Está decisión se toma en respuesta a la decisión a la del febrero pasado, de la Unión Europea, de aprobar crear un grupo especial de trabajo para el uso de los activos rusos congelados en interés de Ucrania, en los que expresó su intención de usar esos activos rusos, incluidos los privados, para reconstruir Ucrania tras el conflicto. Algo que la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, calificó de robo de los activos rusos en Europa.

La respuesta rusa -que no es otra que aplicar la reciprocidad- a las sanciones europeas de incautar bienes rusos en el extranjero supone ahora sembrar de incertidumbre legal el mundo porque cualquier empresa o ciudadano europeo puede terminar con sus propiedades en otro país incautadas si su gobierno europeo hizo lo mismo con las de ese país.

Expulsiones de diplomáticos

Estamos ante la misma reciprocidad que aplicó también Rusia expulsando a más de 20 diplomáticos alemanes tras la decisión de Alemania de declarar personas no gratas a más de 30 diplomáticos rusos acreditados en el país. No olvidemos que se trata del país más poderoso de la UE (Alemania) viendo como expulsan los diplomáticos el país que le suministraba el gas barato para mantener la economía de Europa.

Influencia en los conflictos armados

Otro de los ámbitos donde también destaca el papel en declive de Occidente es en la influencia en las crisis bélicas internacionales. La salida precipitada y humillante de las tropas de la Estados Unidos de Afganistán, junto con las delegaciones europeas evacuando de urgencia, incluida España, ya dejó una imagen elocuente para la historia.

Una nueva evacuación de nacionales hemos visto ahora en Sudán. Si observamos bien, los medios de los gobiernos occidentales lo más parecido que pueden presentar como un éxito de relaciones internacionales es su capacidad de fletar un avión y sacar a los compatriotas civiles y sus militares de los lugares en conflicto.

Sudán

En Sudán, Estados Unidos intervino en octubre de 2021 para para forjar un pacto hacia la democracia en Sudán, según Washington. Los dos líderes militares enfrentados, Abdel Fattah al Burhan, jefe supremo del ejército, y Muhammad Hamdan Dagalo, Hemedti, jefe de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) -una poderosa formación paramilitar no integrada en el ejército- aceptaron esa mediación, pero solo cinco horas después de haber terminado el encuentro con los representantes de EEUU, los dos generales apartaron del poder al líder civil que debía conducir al país a la democracia.

El conflicto de Sudán hoy se cuece con las influencias de las potencias rusa y china, y las locales de Arabia Saudí y Emiratos, por un lado, frente a Egipto, por otro. Estados Unidos y la UE ni están ni se les espera.

Ayuda humanitaria a Siria

La vergonzosa política exterior occidental la volvimos a comprobar en la reacción al terremoto en febrero de este año en Turquía y Siria. En este último país se sumaba a la destrucción y muerte que provocó la guerra de 2011 con sus cerca de 300.000 muertos y 13 millones de desplazados y refugiados.

Pero para Occidente la ayuda y solidaridad solo existía hacia Turquía, los sirios no existen. Ni Washington ni Bruselas levantaron las sanciones a Siria y quedó prohibida la ayuda humanitaria a Damasco. La ONG Oxfam denunciaba que «las zonas a las que se puede llegar desde Damasco tienen un acceso relativamente fácil, el problema es que cualquier ayuda que venga desde fuera tendrá que venir a través de Beirut, ya que el aeropuerto de Damasco apenas es utilizado debido a las sanciones internacionales«.

Los países que enviaron aviones de ayuda humanitaria a Siria fueron Argelia, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Libia, Irak, Irán y China; además de la asistencia enviada por Rusia, su aliado principal en la guerra; la India; y efectivos libaneses.

De nuevo Estados Unidos ni aparece ni se le espera. Solo aparecieron sus socios israelíes, bombardeando con aviones de guerra el aeropuerto de Alepo, nudo de comunicación vital de la limitada ayuda humanitaria que el gobierno de Damasco enviaba al zarandeado norte del país.

Guerra de Yemen

El último capítulo de la ausencia de Occidente en la resolución de una crisis internacional lo hemos visto en la guerra de Yemen.

Estados Unidos lleva más de 20 años entrometiéndose en la región y no ha logrado ni un solo avance de paz ni de democratización ni de derechos humanos en Libia, en Siria, en Iraq, en el conflicto palestinoisraelí, en Yemen o en Líbano. No solo no ha resuelto conflictos sino que se ha puesto al lado de países de países de los menos democráticos del planeta, como Arabia Saudí, mientras denunciaba la falta de democracia en otros, como Irán.

Son precisamente estas dos potencias, Arabia Saudí e Irán, las que se enfrentan en el conflicto de Yemen, que estalla a finales de 2014. En estos ocho años de conflicto se estiman en 233.000 los muertos provocados por la guerra, además de 4,5 millones de desplazados

Y en eso llega China

Ha sido China, con su diplomacia milenaria y su doctrina de no interferir en los asuntos internos de los demás, de no tomar partido por ninguna de las partes, la que ha logrado llevar a un acuerdo a ambos países que puede suponer el fin de la guerra en Yemen. El propio jefe de Estado chino, Xi Jinping, se involucró personalmente en la mediación viajando a Arabia Saudí en diciembre -su única visita al exterior en meses- y recibiendo en Pekín en febrero al presidente iraní, Ebrahim Raisi. Hoy Arabia Saudí e Irán han restablecido sus relaciones diplomáticas y han comenzado la liberación de prisioneros en Yemen.

Se trata de un acuerdo sin participación occidental que ha alterado la dinámica de las políticas globales vigentes hasta ahora. Según el periodista Javier García, residente en China, “el acuerdo rompe abiertamente con la doctrina Carter de 1980, según la cual la región del Golfo era competencia exclusiva de la influencia de EEUU”.

Las agendas de los presidentes

Por último basta repasar las agendas de presidentes como Lula, Xi Jinping, Putin o los líderes de India, Turquía, Irán o Sudáfrica, y comparar con la agenda de Biden o Borrell. Solo un ejemplo, el pasado 26 de abril, mientras ningún líder occidental estaba negociando ni planteando ninguna salida para la guerra de Ucrania, el presidente Jinping se comunicaba con Zelensky y el presidente Lula estaba de gira por Europa explicando su propuesta de paz.

El mundo ha cambiado. Va siendo hora de que los medios de comunicación no sigan hablando de “comunidad internacional” cuando hablen solo de europeos y estaodunidenses. Y de que los ciudadanos de estos países dejemos de considerarnos el centro del mundo, los más poderosos, los más ricos, los más influyentes, los más democráticos. Cuanto antes nos demos cuenta, menos dura será la caída.

Pascual Serrano

Pascual Serrano es periodista. Crítico con la prensa tradicional, en 1996 fundó la publicación electrónica Rebelión (www.rebelion.org). Su denuncia a los métodos de información de los grandes medios tradicionales se ha reflejado en libros como Desinformación (2009), o La prensa ha muerto: ¡viva la prensa! (2014). Otros libros publicados son Traficantes de información (2012), Medios democráticos (2016) y Paren las rotativas (2019).
Ha sido colaborador de Público, Eldiario.es y Sputnik.
En 2019 recibió el Premio de Periodismo de Derechos Humanos que anualmente concede la Asociación Pro Derechos Humanos de España (APDHE). En la actualidad dirige en Akal la colección A Fondo y colabora con varios medios, como Le Monde Diplomatique y Mundo Obrero.
Su último libro es Prohibido dudar. "Las diez semanas en que Ucrania cambió el mundo" (Akal).