Los diputados le han preguntado a Villarejo por diferentes exclusivas de Crónica Libre que el comisario jubilado no ha podido negar, pero han sido pocos quienes le han sacado información real y no opiniones. En el primer grupo estaría cómo la cúpula del PP le marcó los objetivos a investigar en 2012 a través de Alicia Sánchez Camacho y la falsedad del informe PISA contra Pablo Iglesias y de la cuenta en las islas Granadinas.
Mikel Legarza, diputado del Partido Nacionalista Vasco (PNV) lo ha resumido a la perfección: «Estamos en la tercera comisión de investigación sobre la utilización política de la Policía por parte del Partido Popular y con las conclusiones de la primera ya nos hicimos una idea clara«. Y es que esta comisión de investigación, en la que los partidos ni siquiera ha sido capaces de ponerse de acuerdo en la documentación a enviar a la Comisión de Investigación, ni en los comparecientes más allá del comisario José Manuel Villarejo y del ex dueño de la Banca Privada de Andorra (BPA), Higini Cierco.
Sin embargo, con mejor humor que en otras comisiones, el comisario José Manuel Villarejo ha respondido a las preguntas de todos los partidos e incluso al portavoz del PSOE, Felipe Sicilia, le ha dado datos importantes: a partir de abril de 2012 comenzó a tramarse la Operación Cataluña con la entonces secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, quien llegó a ponerle a Mariano Rajoy al teléfono. Es decir, el presidente estaba al tanto de todo desde el principio.
La ejecución en el Ministerio del Interior
Quién también estaba al tanto de todo -y dio la orden dentro del Ministerio del Interior- fue Jorge Fernández Díaz, que adoctrinó a sus subordinados como el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, y al Director Adjunto Operativo, Eugenio Pino, de cómo tenían que organizar esa brigada política que estaba compuesta por la mano derecha del DAO, José Ángel Fuentes Gago; el propio Villarejo; «mi igual«, el comisario Marcelino Martín Blas; el jefe de la UDEF, José Luis Olivera; y los responsables en Andorra, Celestino Barroso y Bonifacio Díaz.
Como publicó Crónica Libre en una investigación conjunta con La Vanguardia fue en el mes de noviembre de 2012 cuando, por orden de María Dolores de Cospedal, el comisario Villarejo entra en contacto con Alicia Sánchez Camacho quien le da una lista de objetivos entre los que se encontraban Artur Más, Xavier Trías, Oriol Pujol, Sandro Rosell o la empresaria, Susana Monge.
Villarejo ha admitido que esos objetivos eran correctos, aunque en algún caso, como el de Sandro Rosell, después de las investigaciones él realizó una nota informativa desmarcándole del independentismo.
El trabajo privado que se mezcló con la Operación Cataluña
Lo que sí ha repetido Villarejo en varias ocasiones es que las piezas de Gürtel siguen aumentando y que en este momento se encuentran en 50 piezas, todas ellas secretas.
Entre ellas, podría encontrarse el trabajo que el donante del PP, Alfonso García Pozuelo, dueño de Constructora Hispánica, le hizo al comisario Villarejo de manera privada contra Susana Monge y que se encubrió dentro de la Operación Cataluña.
Asuntos Internos presentó un informe al juez de la causa Tándem donde daba las cifras que el comisario puso como pago a ese encargo, como desvelamos en el reportaje Una ejecutiva del Barça y un político de ERC, víctimas del negocio de la Operación Cataluña.
Las operaciones contra Podemos
Pablo Echenique, portavoz de Podemos, le ha preguntado directamente por las maniobras contra su partido y en concreto con el audio publicado por Crónica Libre de Antonio García Ferreras, director de La Sexta, en el que reconocía que dio en horario de máxima audiencia la falsa cuenta de Pablo Iglesias en Islas Granadinas que había publicado Eduardo Inda. «Esa frase que ya se ha hecho famosa -recodaba Echenique- «Inda, voy con ello, aunque es demasiado burdo«.
Villarejo le ha recordado que en esa misma comida él le dijo que se la habían colado a Inda, al igual que el informe PISA. Y Echenique le ha preguntado qué le parece un periodista que se jacta de haber matado, mediáticamente, a Juan Carlos Monedero, como también publicó este periódico.
Villarejo ha intentado justificar al periodista apelando a que hay dueños de la cadena, como por ejemplo, Mauricio Casals o el imputado José Crehueras.
