Cinco ciudadanos búlgaros, que fueron detenidos en febrero, han sido acusados este miércoles de formar parte de una red de espionaje rusa con base en Gran Bretaña, pero que actuaba a lo largo y ancho de Europa, incluida España. Hay constancia de que, al menos doce espías de la Inteligencia Militar rusa -especializados en envenenamiento y desestabilización política- han entrado en nuestro país. Sus destinos, Barcelona, Valencia, Alicante y la Costa del Sol.
Aunque la operación policial está todavía bajo secreto, los detenidos son tres hombres y dos mujeres de origen búlgaro que trabajaban a las órdenes del Servicio de Inteligencia rusa y que contaban con abundantes medios materiales de última generación e infinidad de pasaportes falsos.
Orlin Roussev, 45 años; Bizer Dzhambazov, 41; Katrin Ivanova, 31; Ivan Stoyanov, 31; y Vanya Gaberova, 29 están acusados de conspirar «para recopilar información destinada a ser utilizada directa o indirectamente contra un enemigo, atacar a la seguridad y los intereses del Estado y con la intención de secuestrar a potenciales objetivos».
Según las acusaciones del fiscal, los acusados recibían las instrucciones de una persona llamada Jan Marsalek, que podría tratarse de un famoso financiero involucrado en el fraude de la compañía alemana Wirecard, que huyó a Rusia tras su colapso, encontrándose en estos momentos en busca y captura por la policía alemana.
Un agujero contable de 1,5 billones de euros
De acuerdo a la investigación, la cooperación entre Marsalek y el líder de este grupo, Roussev, empezó ya en 2014, justo tras la primera invasión de Ucrania y la anexión de Crimea, siendo Roussev experto en vigilancia digital y el uso de tecnologías de encriptación avanzadas. Según una investigación previa de Bellingcat junto al periódico Spiegel, Marsalek trabajaba con el GRU (Inteligencia Militar rusa) desde mucho antes del colapso de Wirecard. Marsalek desapareció cuando iba con destino a Rusia después de que los auditores descubrieran un agujero contable de 1,5 billones de euros de las cuentas de la compañía.
Entre los logros conseguidos por Marsalek para Rusia se encuentra la creación de compañías militares privadas (tipo Wagner) en países africanos y la obtención de información sensible de seguridad gracias al soborno de algunos policías austríacos.
España, el país donde los espías consiguen camuflarse fácilmente
Alguna de las actividades que han desarrollado Roussev y su grupo han ocurrido en territorio español, cosa que tampoco es de extrañar, pues España cuenta con una población de residentes rusos o de Europa del Este muy importante que hace que los espías se camuflen fácilmente.
Hasta la fecha, se tiene constancia la entrada de, al menos, 12 espías del GRU, algunos de la unidad especial 29.155 que se dedica al envenenamiento selectivo y a la desestabilización política, siendo sus destinos favoritos Barcelona, Valencia, Alicante y la Costa del Sol. Estos cinco nuevos espías vienen a engrosar la larga lista ya conocida. Veremos a donde nos conduce la investigación.
